Es la hora de las tortas!!!

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Cuando no sabes qué decir

Cuando no sabes qué decir
Guion
Miguel Á. Giner Bou.
Dibujo
Cristina Durán.
Formato
Rústica con solapas, 127 págs, color.
Precio
15,95€.
Editorial
Andana Gráfica. 2023.

Tras el éxito cosechado por Una posibilidad entre mil en 2009 y tres años después con su secuela espiritual, La máquina de Efrén, en 2015 Miguel Ángel Giner Bou y Cristina Durán publicaron Cuando no sabes qué decir, una obra con tintes autobiográficos con la que pretendían alejarse un poco del tono de las dos obras anteriores. Una amistad aparcada, el jazz y el cine se dan la mano para contar una obra en varias escalas temporales. La obra fue editada originalmente por Salamandra Graphic pero ahora es recuperada por el sello Andana Gráfica, del que el propio guionista es director editorial.


Un viaje en coche y un accidente en el que se ven involucrados unos perros sirven de detonante para que Manu, un crítico de cine, recuerde sus años universitarios y su grupo de amigos creado a partir de la afición común al cine. En varios niveles temporales la historia va recomponiendo, como si de un puzzle se tratase, lo que sucedió desde que el grupo universitario se hizo una piña y que años después se encuentra completamente disuelto. Por el camino, mucho jazz y mucho cine acompañarán las conversaciones entre sus protagonistas y darán una nueva dimensión a la historia.

Giner Bou y Durán se marcan un slice-of-life en el que cuentan una historia de juventud, amable y bien construida, que cautiva por cómo dosifica la información y mantiene la curiosidad por saber qué ha pasado con un grupo que se llevaba genial en la Universidad y ahora no mantiene apenas contacto. Juega con habilidad con las propias expectativas del lector y se mueve entre líneas temporales con acierto y sin que resulte lioso en ningún momento. Gran parte de culpa de esa claridad la tiene Cristina Durán, que utiliza el color con maestría y aplica paletas propias para cada línea: una con predominancia de verdes y lilas para el presente, otra con colores sepias para el pasado y otra en blanco y negro para las anécdotas de jazz o de las películas citadas a lo largo de la historia. Incluso se permite cambiar de estilo cuando están hablando de un cuento que está escribiendo uno de los personajes de la obra.


Y decía al principio que la obra tiene tintes autobiográficos porque, efectivamente, tiene una base en las vivencias del propio guionista o su grupo de amigos… pero luego deja detalles fácilmente comprobables, como la editorial Trencaclosques (curiosamente «rompecabezas» en valenciano) que editó la adaptación a cómic del cuento El origen de las sirenas, y que nos hace pensar que hay mitad de autobiográfico y mitad a servicio de la historia, lo cual la hace incluso más interesante, porque el lector juega a adivinar qué es verídico y qué no.

Aunque, como comentaba hace poco en la reseña de María la Jabalina, el dibujo de Cristina Durán cada día me fascina más. En este cómic, tal vez por el tono que tiene, no es de grandes alardes narrativos ni recursos visuales experimentales, pero en contraposición entra por la vista con muchísima facilidad, usa el color con gran habilidad para marcar la cronología, y tiene una composición de página maravillosa. Ningún encuadre ni perspectiva está por estar, y cada viñeta tiene su sentido y cumple su papel en la historia consiguiendo un efecto concreto… que es el que se necesita en ese momento. Se ha convertido en una de esas autoras cuyo nombre en la portada del libro ya justifica la compra, y esta obra, con sus años, y un arte no tan brillante como el de sus trabajos más actuales… es el ejemplo perfecto de por qué. Raramente decepciona.


En definitiva, Cuando no sabes qué decir es una preciosa historia de amistades marchitas, de amor por el cine y la música y un ejemplo perfecto de por qué Miguel Ángel Giner y Cristina Durán han alcanzado la reputación que tienen hoy día. Si en su día no os hicisteis con ella, es una oportunidad de oro para recuperar esta obra, con una edición revisada por los autores, con apéndices con listas de referencias y filmografía referida a lo largo de sus 120 páginas. Nostalgia, sorpresas y un pellizco en la barriga que te dejan con una sonrisa en los labios y ganas de volver a leerla.

Lo mejor: Las composiciones de página y el uso del color. Es una obra con muchos niveles y subtramas fabulosamente construida.

Lo peor: El runrún que te deja pensando qué fue verdad y qué no… XD

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