Es la hora de las tortas!!!

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Crítica cine: El Juego de Ender

Interrumpimos nuestra programación televisiva habitual para dar paso a la pantalla grande…

La semana pasada, aprovechando un viaje a Londres, acabé metido en una sala de cine en la que proyectaban Ender’s Game. ¿Cómo? ¿Pero no se estrenaba en noviembre? Ah, mira, la fecha de estreno en UK es el 25 de octubre. Pues adelante, ¿no?

Enders-Game-Movie-Poster

Y al sorprendente precio de 18.10 libras cada entrada (21.36€ al cambio, y nos quejamos de los 9 pavos que cuesta en España) allí nos plantamos, con expectativas contradictorias por ser uno de mis libros preferidos y a la vez algo que ha sido perpetrado por el culpable de X-Men Orígenes: Lobezno. Y la verdad, así se resume con bastante precisión mis sensaciones de la película. Pero ya llegaremos a eso…

A las 21:00 con puntualidad británica se apagan las luces del Odeon West End y se abren las cortinas que tapan la pantalla para dar paso al inevitable bloque de anuncios (desde telefonía hasta un híbrido que va a lanzar Audi) y trailers de películas por llegar (la nueva de Los Juegos del Hambre, la secuela de Thor y Gravity, que allí aún no ha sido estrenada) que duro VEINTE minutos.

Y ya por fin, la película empieza. Y la primera sensación desde prácticamente el principio es que Asa Butterfield, aunque es muy mayor para el papel, da el pego a la perfección como Ender Wiggin. Y que la historia está suavizada, y que va a todo trapo. Y éste es el principal problema de la película: no me convence absolutamente nada el manejo de los tiempos. Así como en el libro me quedé con la sensación de que la evolución de Ender desde el colegio hasta la Escuela de Batalla y de ahí a la Escuela de Mando es algo que va llevando su tiempo y esfuerzo por mucho que esté especialmente dotado, y que están forzándole contra reloj, en la película… no, no es así. Si te dicen que todo ocurre en dos semanas, te lo crees. Y salvo un par de escenitas en las que te cuentan que Ender entrena en sus ratos libres (aunque podría parecer casi que lo hace para acercarse un poquito más a la chica que le mola), no me quedé con la sensación de que le están llevando al límite en ningún momento.

El gran problema es que El Juego de Ender, además de una maravilla, es un libro muy denso. Pasan muchas cosas, pasan a todo trapo y muchas pasan en un plano mental y emocional, y las dos horas de la película se quedan MUY cortas. Y así como la evolución de Ender parece que esté ocurriendo a cámara rápida, otras tramas han sido directamente eliminadas. ¿Peter? Una escena, y el sádico sanguinario del libro se ha quedado en un hermano mayor un poco capullo. ¿Valentine? En dos o tres escenas de la película sale, no digo más. ¿El juego mental, el auténtico Juego de Ender? De puntillas. ¿Locke y Demóstenes? Je. No me hagas reír. Pero encima la escenita de acción del final es… excesivamente larga para mi gusto. Quizás si la hubieran hecho en dos partes hubiera podido ir a un mejor ritmo…

Vale, el ritmo es flojo, pero, ¿qué tal los personajes? Bueno. Aceptables, con matices.

Ya digo que Ender está muy bien, pero en ningún momento me transmite la sensación de aislamiento y agotamiento del libro. Y que muchos de los cambios que va teniendo parece que lleguen porque sí.

Bean… Bean es demasiado humano en la película. Es quizás lo que menos me ha gustado. Parece el gran amigo, el sidekick fiel. No, así no.

Petra. No está mal, pero me dio la sensación de que pasaba de ser una hermana mayor a insinuar una cierta química romántica.

Bonzo Madrid. Je. El nativo de Cartagena ha sido convertido en un latino que va gritando “pendejos”. Y el actor es de familia colombiana. Creo que se han confundido de Cartagena. Pero eso sí, consiguió transmitirme la sensación de ser el matón despreciable que era en el libro.

Graff. Otro que no me convence. Ha pasado de ser el bastardo frío que utiliza a los niños para conseguir sus fines a ser casi una figura paternal.

¿Merece la pena entonces? Pues no sé. A ver, me entretuvo y tal, pero es una adaptación un poco desangelada de un libro que tengo en los altares. Para los que han leído el libro posiblemente se quede corta, muy corta. Aunque da una visión adicional que tampoco está tan mal. Y para los que no… bueno, a lo mejor les pone en camino de leer un libro que merece mucho la pena, y que les llevará hacia esa puñetera maravilla que es Hijos De La Mente.

Y no olvidéis: la puerta del enemigo está abajo.