No recuerdo si es la cuarta o quinta lectura que le doy a esta obra. En tiempos en los que la cantidad de material publicado dificulta mucho la relectura de cualquier obra, el hecho de leer una cuatro veces dice mucho de ella. Pero hay algo que engrandece Crisis de Identidad hasta cotas al alcance de pocas, y es que en cada una de las lecturas me ha encogido el alma, ha llegado adonde muy pocas obras consiguen llegar. A pesar de sus casi quince años, no ha perdido ni un ápice de fuerza. La obra perfecta para dejar leer a todos aquellos que ven inconcebible que un cómic de tipos con vestimentas llamativas y superpoderes pueda resultar interesante y atractivo, tanto como cualquier otra obra de literatura «convencional». Una reflexión sobre la identidad secreta, el papel de los familiares de los justicieros y hasta dónde se puede llegar para cumplir tu función de defensa de la justicia.
Ralph Dibny, el Hombre Elástico, hace ronda con la novata Firehawk. Mientras hablan sobre por qué Sue Dibny es la mujer de su vida, llega la noticia de que ha sido asesinada. Comienza una búsqueda del asesino, a la vez que una preocupación por el bienestar de los seres queridos para todos los superhéroes. La búsqueda del culpable saca a la luz un ataque hace años a la propia Sue por parte de un villano, lo cual obligó a una parte de la Liga de la Justicia de por entonces a tomar una decisión muy controvertida.
Brad Meltzer construye su historia a partir de historias antiguas de la Liga de la Justicia de America. Concretamente, a partir del 122 y 166-168. Del primero hereda el título, La gran crisis de identidad. La Liga se enfrentó al Dr. Luz y Merlyn (dos personajes muy importantes en esta historia) y la principal consecuencia fue la sugerencia de Green Arrow de que los héroes se revelaran su identidad entre ellos para evitar problemas como el mostrado en esa historia. El otro arco en el que se basa, y al que se alude también en esta obra enfrentó a la Liga a la Sociedad Secreta de Supervillanos, permitiendo que los villanos consiguieran intercambiar personalidades con los miembros de la Liga de la Justicia.
A partir de estas aparentemente inocentes historias, el escritor construye un relato sobre la importancia de la identidad secreta a la hora de salvaguardar la seguridad de sus seres queridos, y lo hace con una sensibilidad y haciendo hincapié en una serie de puntos que no son nada habituales en el género: La necesidad de expresar los sentimientos y decir un «Te quiero» a tiempo, la reafirmación de la necesidad de la función que desempeñan los héroes a pesar de que con ello estén poniendo en peligro a sus familiares, y también los límites de hasta dónde deben llegar a la hora de conseguir proteger a los suyos.
Meltzer construye una historia en la que todo cobra otro sentido. Recuerdo lo que me impactó la primera vez que la leí porque me dio la sensación de que estos tipos con mallas habían parado y habían dicho «Bueno, dejemos de jugar que ahora toca ponerse serios, esto ha pasado de la raya». Y es que lo hacen tan bien… llegan tan bien al lector y mantienen tanto tiempo esa intensidad de lo que cuentan, que hacen de Crisis de Identidad un clásico instantáneo, una de esas historias que inmediatamente se convierten en un must-have en cualquier biblioteca.
Estoy hablando mucho de Meltzer, pero creo que es mérito de los cuatro: de Brad Meltzer por sus guiones, de Rags Morales por sus dibujos, de Michael Bair por sus tintas y de Alex Sinclair por su color. Porque todos brillan. Pocas veces hemos podido ver un mejor trabajo de Rags Morales, tan acertado, tan bien narrado, con esos encuadres y esas viñetas que se nos quedan grabadas A FUEGO en nuestro subconsciente: El abrazo de Ralph a Sue, la elasticidad incontenida en el funeral, la mirada de Bruce a Tim en el Batmovil, el ojo de Tim abrazado a Bruce, la mirada del Dr. Luz al lector cuando asimila lo que ha recordado, Green Arrow quitandose el antifaz o, por supuesto, Ralph apagando la luz de la mesita de noche de Sue en ese epílogo que te deja con ganas de darle un abrazo al héroe. Escribo estas líneas y solo con volver a recordar esos momentos ya se me eriza la piel…
Meltzer escribe la historia evitando a los pesos pesados, dejando que la cuenten personajes como el propio Ralph, Green Arrow, Hawkman, Zatanna… Lo hace siendo muy consciente de la estructura de la historia, planificando muy bien las emociones de cada capítulo: el primero donde se centra en la historia de Ralph y Sue, contraponiéndola con el dramático motor de toda la historia; el segundo con el comienzo de la búsqueda del responsable; el tercero con la revelación de lo que pasó hace años… Y así sucesivamente, cada capítulo tiene su propia entidad, aun formando parte de una historia común. En cada uno nos van a dejar alguna perla donde se profundiza en la relación entre los personajes y sus familiares (Tim-Jake Drake, Ollie-Connor, Ollie-Hal, Owen-Digger Harkness, Clark-Ma/Pa Kent, Clark-Lois, Ray-Jean…).
Esta edición incluye unos extras absolutamente maravillosos, donde todo el equipo recapacita sobre el proceso creativo, confesando confidencias de cómo se pensaron algunos momentos y cómo se fueron cambiando, de cómo las tintas modificaron algún despiste del dibujante o cómo el color de Sinclair engrandeció algunas páginas como la del funeral. Y lo hablan con mucha sinceridad y reconociendo sus fallos cuando toca. Hay momentos en los que Meltzer insistió en hacerlo de un modo y acabó reconociendo que se equivocaba y que Morales ofrecía una visión más interesante y viceversa. Nos va a permitir apreciar mucho mejor algunos momentos, y apreciar también esa narrativa de la que hablamos muchas veces pero que se puede ver como algo muy difuso. Además, Morales hace un listado de los referentes reales que escogió para dibujar a cada personaje, muy curioso. Se incluyen también las portadas alternativas y bocetos de su creación.
Porque ese es otro de los puntos fuertes de Crisis de Identidad. No lo he dicho, pero las portadas de Michael Turner fueron uno más de los elementos que convierten la obra en un torrente de emociones. Todas tienen un detalle que las hace brillantes: desde esa última que sirve para dar portada al tomo con los uniformes colgados, a la del segundo número con La Liga de la Justicia y Flash con los ojos cerrados, la del cuarto con esa Wonder Woman y su lazo de la verdad como fuente de iluminación, todas tienen algo…
En definitiva, Crisis de Identidad.
Una obra imprescindible. Crisis de Identidad consigue algunos de los momentos más intensos emocionalmente que se han podido ver en el cómic de superhéroes jamás. Una obra que sirvió de arranque para unos años brillantes en DC Comics, y que daría pie a unas series que cimentaron una Cuenta atrás a Crisis Infinitas, pero que se puede leer como un relato independiente y sin necesidad de saber lo que viene a continuación. Una historia que muestra un lado diferente de los superhéroes, que los convierte en personajes humanos y, más que nunca, de carne y hueso. Pero no sé para qué te hablo de ella, si te consideras aficionado al cómic… ya debes haberla leído.
Lo mejor: Imposible resumir lo mejor de la obra en un par de frases, solo decir que con el paso de los años no pierde nada de fuerza, sigue siendo absolutamente descorazonadora.
Lo peor: En su momento, se criticó mucho el final. Para mí, no hay nada que haya podido enturbiar todo lo que transmite.