Uno de los detalles positivos que tiene comprar la reedición de una obra legendaria es que no tienes que esperar indefinidas cantidades de tiempo entre un álbum y otro. En lo que llevamos de 2022 hemos visto tres entregas de la reedición que Norma está haciendo de la inmortal Corto Maltés, La Juventud, Tango, y ahora acaba de ver la luz Las Helvéticas. En su edición original, La Juventud apareció en 1981 y Las Helvéticas, en 1987. Nos ha llegado en poco más de siete meses lo que originalmente tardó en salir seis años.
En cambio, sabemos que esta reedición de Corto tiene los días contados. Tras Las Helvéticas, Hugo Pratt sólo publicó un título más protagonizado por el marinero, Mû. En pocos meses, a los que nos hemos puesto a completar la colección de Corto -más vale tarde que nunca- se nos acaba la que por méritos propios es una de las series más reputadas del cómic europeo. Disfrutemos lo que tenemos entre manos, que a partir de aquí ya sólo nos quedan relecturas de la legendaria obra del maestro italiano.
Intentar describir de qué va Las Helvéticas en pocas palabras es tarea complicada. A diferencia de las historias más conocidas del personaje, profundamente asentadas en el mundo real aunque con ocasionales pinceladas fantásticas, este álbum es una historia que se desarrolla en el mundo de las ideas. Todo empieza con un viaje -en la vida de Corto, todo empieza así- a Suiza, en el que nuestro protagonista acompaña a su amigo Jeremiah Steiner a una reunión de alquimistas. Allí les recibe un niño llamado Klingsor, que dice que puede tener cuatro años (en referencia a la novela El último verano de Klingsor de Herman Hesse, publicada en 1920, cuatro años antes de la ambientación de esta historia) o setecientos trece (como el Parzival de Wolfram von Eschenbach).
Y si ese principio ya es inusual, la cosa no se vuelve precisamente más normal según avanza la historia. Habla con imágnes que hay en una pared, entra dentro de un libro, conversa con la Muerte, con el caballero Klingsor, camina por una espada y baila con unos grabados medievales y todo acaba relacionado con la búsqueda del Grial. Como se puede apreciar, todo es muy simbólico, muy metafísico, tan extraño como fascinante.
Las Helvéticas es el álbum con el que Hugo Pratt cumple veinte años escribiendo y dibujando a su creación más conocida, y el paso del tiempo se nota en el trabajo del autor. El Pratt que publica La balada del mar salado en 1967 acaba de cumplir cuarenta años y ha recorrido medio mundo. El que firma esta penúltima entrega tiene ya sesenta y lleva ya una larga temporada asentado en Italia. Sus intereses, tanto argumentales como artísticos, han cambiado y se aprecia notablemente comparando estos dos títulos. La balada del mar salado es esencialmente un cómic de aventuras, de piratas en el mundo moderno, aunque tenga un importante componente histórico y político. Las Helvéticas, en cambio, es una historia onírica, esotérica, más basada en los mitos que en la realidad.
También es interesante la evolución artística de Pratt. Comparando La balada con Las Helvéticas, nos encontramos con la misma evolución que ya pudimos apreciar en Los Escorpiones del Desierto: ha pasado de un trazo detallado y realista a otro mucho más esquemático, más suelto. Narrativamente sigue siendo tremendamente eficaz y sus composiciones son impecables, pero no hay en sus páginas a estas alturas una sola línea que no sea imprescindible.
Podríamos decir que, aún siendo una lectura fascinante como todo lo que tocaba Pratt, Las Helvéticas es una de las historias de Corto Maltés menos amigables con el lector. No nos lleva a entornos paradisiacos, ni a vivir aventuras con uno de los más adorables canallas de la historia del cómic. En su lugar, nos presenta un delirio lisérgico y conceptual, que precisa de algo más de cultura por parte del lector, o en su defecto de una invesitigación para saber a qué se refieren ciertas referencias que trascienden la cultura popular. No es precisamente el álbum más recomendable para iniciarse en la lectura de Corto Maltés, pero claro, ¿quién empezaría una serie por su penúltimo capítulo?