Es la hora de las tortas!!!

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Corto Maltés: La línea de la vida

Corto Maltés: La línea de la vida
Guion
Juan Díaz Canales
Dibujo
Rubén Pellejero
Formato
Cartoné, 22,5 x 29,7 cm, 96 páginas
Precio
23 €
Editorial
Norma Editorial. 2024
Edición original
Corto Maltese: La ligne de vie FRA

Cuando falleció Hugo Pratt hace ya casi treinta años, nadie se imaginaba que en algún momento veríamos nuevos álbumes de su creación más icónica, Corto Maltés. Pero desde hace una década se planteó una nueva vida para el marinero de La Valeta, y tenemos a día de hoy dos series del personaje. La más reciente, firmada por Martin Quenehen y Bastien Vivès, es un reboot que trae a Corto al mundo actual y lleva dos álbumes. La otra, la de Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero, sigue tanto en tono como en estilo gráfico -ya hablaremos de eso más adelante- a la obra original, y tenemos ya en nuestras manos la quinta entrega, La línea de la vida. Por contextualizar, Norma ha recopilado todo el Corto de Pratt en un total de doce álbumes.

CORTO MALTÉS LA LÍNEA DE LA VIDA pg1

A diferencia de los de Quenehen  y Vivès, que respetan la esencia del personaje pero vuelan por libre, los álbumes de Díaz Canales y Pellejero están ambientados en la misma cronología que la serie original de Hugo Pratt y son respetuosos con ella de forma casi reverencial. Dos de los primeros álbumes de los autores españoles, Equatoria y El día de Tarowean, están ambientados antes del primer álbum de Pratt, La balada del mar salado, y nos presentan a un Corto joven, en la mitad de su veintena. Bajo el sol de medianoche, el primero de esta segunda vida del personaje, tiene lugar entre La balada y Bajo el signo de capricornio. Pero ya con el cuarto álbum, Nocturno Berlinés, dan un salto cronológico y nos encontramos con un Corto maduro, de treinta y muchos años, justo antes de , la que sería su última aventura clásica. Con La línea de la vida dan un salto de cinco años, y se llevan al personaje a la Guerra de los Cristeros en México.

Esta historia empieza con Boca Dorada, la bruja centenaria que se ha encontrado en otras ocasiones con Corto, haciéndole un encargo apropiado con los grises en los que se suele mover nuestro protagonista. Quiere que haga de intermediario para hacerse con unas estatuillas de jade que ha encontrado el arqueólogo -algunos dirían «saqueador»- norteamericano Edward Herbert en las ruinas de Chichén Itzá. Pero se verá metido sin quererlo en la Guerra Cristera, una guerra civil que se extendió por México entre 1926 y 1929, que enfrentó al gobierno con milicias católicas por la legislación sobre cultos religiosos en el país.

CORTO MALTÉS LA LÍNEA DE LA VIDA pg2

La madurez del personaje se aprecia no sólo en su aspecto, sino también en el tono de la historia, notablemente más oscura que sus aventuras de juventud. Aunque mantenemos las esencias de la serie, con visitas a parajes exóticos, la presencia de secundarios recurrentes -por aquí tenemos, además de a Boca Dorada, a Rasputín en un inesperado papel- y de figuras históricas -entre otros, veremos a Charles Lindbergh o Enrique Gorostieta-, quizás el tono de aventura y de fascinación ante culturas nuevas se ve ligeramente eclipsado por un cierto pesimismo. Boca Dorada le hace ver a Corto que la línea de la vida de su mano, a la que hace referencia el título, se está acortando apreciablemente. Y tenemos aquí un Corto que, por primera vez en su historia, empieza a ser consciente de su propia mortalidad. Siguiendo con la cronología del personaje, En Los escorpiones del desierto nos cuenta Pratt que Corto desaparece durante la Guerra Civil Española, a lo que se alude en este álbum en un pesimista augurio que recibe el personaje. En La línea de la vida a Corto le quedan como mucho diez años de vida.

CORTO MALTÉS LA LÍNEA DE LA VIDA pg3

Quizás es en Nocturno berlinés donde Díaz Canales y Pellejero hacen suyo, con ciertos límites, a Corto Maltés. Aún respetando el aspecto gráfico, los códigos, la estructura y el tono de la obra de Pratt, se aprecia ya en el tomo anterior una personalidad propia, que se acentúa en este último. Corto sigue siendo un personaje que se mueve a ambos lados de la ley, pero ya no es tan aventurero canalla como durante su juventud. Y el dibujo de Pellejero sigue siendo totalmente coherente con el de Pratt, mucho más cercano al estilo del creador del personaje que el de Bastien Vivès, pero se aprecia que es un dibujante distinto con una personalidad propia. Ambos autores hacen un trabajo que no puede ser catalogado por debajo de excelente.