Sin prisa, pero sin pausa, continúa por parte de Planeta Cómic la edición del Conan le Cimmérien de Glénat, que comenzó hace un par de años. Aunque aún nos llevan bastante ventaja en el país vecino — que llegó a su decimocuarta entrega el pasado verano — alcanzamos en España Conan el cimmerio 6. Sombras de hierro a la luz de la luna, que viene firmado en esta ocasión por Virginie Augustin.
Esta artista de Chatou es ya una veterana que acumula ya dos décadas de carrera en la BD y varios años previos de experiencia en animación. En España, hemos podido ver su trabajo en Alim el curtidor, con Wilfrid Lupano; Whaligoë, con Yann Le Pennetier; Las 40 elefantas, con Kid Toussaint, o Allí donde nacen las historias, la aventura de Valerian que realizó junto a Pierre Christin. Como mínimo, sabe rodearse de algunos de los mejores escritores del panorama BD o, lo que es lo mismo, los mejores escritores cuentan con ella.
Espero haber dejado claro así que contamos en Conan el cimmerio 6. Sombras de hierro a la luz de la luna con una artista de primer nivel, pero lo más curioso es que se lanza aquí con su primera historia larga como escritora y, por más que tenga la muleta del relato de R.E. Howard, demuestra unas tablas poco habituales en un primer guion.
El relato en cuestión es el octavo que Howard escribió con el personaje de Conan y aparecería por primera vez en la Weird Tales de abril de 1934 con el título Shadows in the Moonlight, pese a que el que había concebido el autor era Iron Shadows in the Moon. Como viene siendo habitual, no es la primera vez que se adapta en viñetas. Roy Thomas, John Buscema y Alfredo Alcalá lo harían en Savage Sword of Conan #4 en el 74, mientras que, más recientemente, sería el turno de Tim Truman y Tomás Giorello en Conan the Cimmerian #22-25, que deberiamos ver en el próximo volumen de Las Crónicas de Conan.
Al comenzar el relato, una mujer huye despavorida perseguida por un jinete hirkanio. Lo que ese jinete no sabe es que se va a topar con un Conan mugriento, hambriento y furioso, que ha sobrevivido a una reciente batalla contra sus compatriotas y a partir de aqui, ya nos podemos imaginar lo que va a pasar a continuación con nuestro incauto hirkanio. La joven, de nombre Olivia, resulta ser una princesa vendida como esclava que ha escapado de sus crueles captores. Juntos Conan y ella emprenderán una trepidante evasión que los llevará a una misteriosa isla desierta, que tal vez resulte no estarlo tanto.
El Conan de Augustin nos trae ecos de Frazetta y Buscema. Es ese Conan torvo, rudo y brutal ataviado con sólo un taparrabos y una espada. Es un Conan de una pieza, que poco tiene que ver con el pícaro enfundado en armadura de Pierre Alary en La reina de la Costa Negra, el soldado de elegancia épica de Ronan Toulhoat en El coloso negro, la fuerza de la naturaleza bestial e inhumana de Robin Recht en La hija del gigante helado o la versión madura que nos daba Étienne Leroux. Es este uno de los alicientes de Conan el cimmerio y es que, en cada entrega, tenemos una nueva visión y, no es de extrañar esta versión de Augustin absolutamente bárbara y salvaje y valgan más que nunca los términos. Ciñéndonos al relato deberíamos tener un Conan aún más animalizado y cubierto de barro, después de llevar varios días sobreviviendo a base de ratas crudas y sí, da cierto miedito.
En oposición a esta bestia parda tenemos a Olivia. Sensual y llena de erotismo, comenzará haciendo las veces de damisela en apuros — todo muy Howard y muy años 30 — pero en realidad es la verdadera dinamizadora del relato. Es ella quien aporta el contenido a la trama y a lo que hay bajo ella y no Conan. Hay momentos en Conan el cimmerio 6. Sombras de hierro a la luz de la luna donde el supuesto protagonista incluso desaparece completamente de las páginas y lleva ella todo el peso de la acción.
Y es que Belit estaba a punto de debutar en el siguiente relato de Howard y, por más que Conan el cimmerio 6. Sombras de hierro a la luz de la luna pueda tener algo de formulaico, la química que se establece entre ambos, favorece el componente romántico que da a la historia la intensidad que necesita. Y no me refiero al lado más carnal o sensiblero del romanticismo — que algo habrá, claro — sino a la parte más apasionada, escapista y aventurera. A la luz de la luna, escapando de grilletes hacia insólitas islas desiertas y ruinas de civilizaciones perdidas e incluso con piratas de por medio y un final en mar abierto hacia la libertad. Así es Conan el cimmerio 6 y es esta realmente la esencia de la aventura pulp.
Augustin sabe que para eso su estilo debe ser salvaje y exotico a la par que brutal, lo cual no debería ser tarea fácil. Sin embargo, como suele ser habitual en muchas de estos fenómenos que vienen de la animación, Augustin es capaz de adaptarse a lo que le venga y no tiene dos tebeos iguales. No hay más que ver los extras de este volumen para ver su variedad de registros y lo distinto podía haber sido su Conan.
En Conan el cimmerio 6. Sombras de hierro a la luz de la luna, mantiene una cierta estilización hacia la caricatura, como suele ser habitual en su trabajo, pero un tanto atenuada para la ocasión y milagrosamente integrada con esos Frazetta, Buscema e incluso casi podríamos decir que Alcalá, que han tocado antes al personaje y mencionamos hce unos párrafos. Augustin aumenta la cantidad de masas de negros y de hatching por encima de su look más habitual, yendo así al extremo más denso de su gama de registros, si acaso similar al de algunos momentos de Las 40 elefantas.
Aun con toda esta densidad, no olvidemos que la gran mayoría del tebeo es una persecución y esto precisa de un cierto ritmo, pero compensa con maestría la cantidad de información para no generar ruido y que todo sea tan trepidante y apasionante como nos pide el relato.
Conan el cimmerio es una serie cuyo mayor atractivo puede ser a la vez su mayor debilidad. Tener en cada número una visión autoral distinta es por un lado realmente estimulante y sugestivo, pero también hace que, como serie, pueda ser algo irregular. Afortunadamente, Conan el cimmerio 6. Sombras de hierro a la luz de la luna se sitúa sin problema en los primeros puestos de calidad de entre lo que nos han dejado ver hasta ahora. Y aún más afortunadamente nos queda un montón de Conan le Cimmérien por leer.