Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Marvel Omnibus. Conan el Bárbaro: La Etapa Marvel Original 5

Marvel Omnibus. Conan el Bárbaro: La Etapa Marvel Original 5
Guion
J. M. DeMatteis, Bruce Jones, Roy Thomas, Len Wein, Larry Hama, Steven Grant, Alan Zelenetz, Jo Duffy.
Dibujo
John Buscema, Gil Kane, Romas Kukalis, Marc Silvestri, Alfredo Alcalá, Val Mayerik, Richard Howell, Franc Reyes, Ron Wilson.
Tinta
Neal Adams, The Crusty Bunkers, John Buscema, Ernie Chan, Bob McLeod, Gil Kane, Romas Kukalis, Danny Bulanadi, Josef Rubinstein, Mel Candido, Alfredo Alcalá, Val Mayerik, Brett Breeding, Ricardo Villamonte, Bob Camp, Armando Gil, Franc Reyes, Dave Simmons.
Color
George Roussos, Don Warfield.
Formato
Cartoné con sobrecubierta, 1048 págs, color. 18,3x27,7 cm.
Precio
65€.
Editorial
Panini Cómics. 2021.
Edición original
Conan The Barbarian #116-149 y Annual #6-7, Conan of the Isles y What If? #39 (Marvel).

Acabada la memorable etapa de Roy Thomas al frente de más de 100 números de nuestro bárbaro favorito entramos en un período en el que se sucedieron diversos guionistas. Los números que contiene el enorme Marvel Omnibus. Conan el Bárbaro: La Etapa Marvel Original 5  incluyen la etapa de dos guionistas muy distintos, y a su vez con tonos bastante diferentes al guionista que había marcado una época al frente de esta colección. El quinto tomo de esta colección que edita Panini se lleva la palma en extensión, superando por primera vez las mil páginas, y contando con un precio de 65€. Con él atravesamos el ecuador de la colección que llegaría a los 275 números y que, si no me equivoco, Panini publicará en un total de 9 tomos. El contenido de este incluye los números 116 a 149 de la serie, además de los anuales 6 y 7, la novela gráfica Conan de las Islas  (cuya primera parte era precisamente el séptimo anual) y el número de la serie What If?  donde Conan se encuentra con Thor Odinson.

El encargado de suceder a Roy Thomas fue J. M. DeMatteis, un guionista que hoy día conocemos como uno de los profesionales más solventes de la industria y con grandes etapas e historias a sus espaldas. Aquí no era más que un recién llegado, trabajador, que se había encargado de algunos números sueltos, pero que esta sería su primera etapa larga en una serie. En sus números vemos muchos cambios respecto a lo que habíamos visto anteriormente. El primer número que podemos juzgar en profundidad es el 117, puesto que el 116 con el que abre la serie acredita tanto a Len Wein como al propio DeMatteis, pero era material recuperado de una historia escrita hacía años para un curioso experimento de Marvel donde una empresa discográfica publicaba unos discos con la versión interpretada de una historia de personajes del cómic. Algo así como los seriales radiofónicos. Por eso, DeMatteis solo tuvo que escribir los diálogos y retocar los textos del guión que Wein ya había escrito con anterioridad.


Pero centrémonos en el grueso de la etapa en solitario de DeMatteis. El principal cambio que salta a la vista es que por primera vez Marvel comienza a publicar historias completamente originales, abandonando la base de las novelas de Robert E. Howard que tan bien conocía Thomas y que siempre servían de inspiración para sus historias. Al igual que Thomas, DeMatteis también era gran admirador de la obra de Howard… pero casi aún más era admirador de la obra de Thomas al frente de la serie. Se puede decir que pasamos de cómics en los que se hacían continuos homenajes y guiños a las novelas de Howard a otros en los que se hacían continuos homenajes y guiños… a los primeros diez años de esta colección, con Thomas a los guiones. Y es que DeMatteis recupera a infinidad de personajes que ya habían aparecido previamente (Jenna, Murilo o las bestias Yag-Kosha o el hombre-simio Thak), ya sea con un participación en uno o varios números o como una mera mención o en forma de pesadilla.

Aún así se le nota especialmente primerizo. Sus primeros números son sobreexplicativos, cargados de muchísimo texto, y más pendiente de demostrar que conoce con creces la serie que por el desarrollo de los personajes. De hecho, es muy divertido leer los prólogos a cargo del propio DeMatteis, Bruce Jones o Roy Thomas (sí, hay cinco prólogos nada menos), porque en ellos el sucesor de Thomas comenta su relación con un Buscema que claramente veía verde a DeMatteis. Llegaron a hablar y el guionista intentó corregir todos aquellos aspectos que Buscema veía como problemáticos… y justo ahí se bajó de la serie. Y no le faltaba razón. Además de los personajes que habían aparecido previamente, DeMatteis introdujo numerosos personajes nuevos (Drogin, Vonndhar, el mudo Atreah o los jóvenes Dukenrik y Jonnwalli) pero en muchas ocasiones no sabía qué hacer con ellos y no tenían mucho sentido en las historias, desapareciendo o muriendo, a veces, sin pena ni gloria.


Lo peor de todo es que, cuando el guionista empieza a asentarse y a hacer historias más interesantes y centradas en el héroe más allá de los secundarios, realizando algunas historias en arcos de 2 o 3 números… abandonó la serie, dejando paso a un habitual del personaje, que ya había guionizado La espada salvaje de Conan  o unos números de Marvel Feature Red Sonja . Bruce Jones se mantendría hasta el 149, salvo algunos huecos puntuales y su etapa es muy diferente a la previa… pero también a la del propio Thomas. Las historias de Jones tenían un halo mucho más cercano al terror que a la aventura. Sí, las criaturas demoníacas, monstruos y hechiceros ya eran habituales en la serie, pero Jones apuesta más por zombis, dragones deformes, arañas gigantes o la recurrente diosa serpiente Ishiti. La acción tiende a pasar a la noche en lugar del día, y los escenarios suelen ser mucho más tenebrosos de lo habitual. Además, vemos a un Conan más astuto, que no se limita a golpear por golpear, sino que sopesa cada situación y está pendiente de la mejor salida, aunque no requiera violencia. De hecho, es algo que ya había sido motivo de crítica en su etapa en la colección en blanco y negro del cimmerio.

Si hemos hablado de los dos grandes guionistas de este tomo, hay que hablar de los dos principales dibujantes de estos números: John Buscema y Gil Kane. De Buscema se puede añadir poco a lo ya dicho por mi compañero Alain en sus anteriores reseñas. Como comentaba, su trabajo se convirtió en la imagen icónica del personaje, en la imagen que todos recordamos del Conan de Marvel, a pesar de que para muchos sea superior el trabajo de Barry Windsor Smith. No pretendo entrar en ningún debate, porque cada cual tiene su opinión, pero para mí el Conan de Buscema es el que se me viene a la cabeza cuando pienso en el bárbaro. Buscema abandonaría temporalmente la serie (quién sabe si por su idea diferente a la de DeMatteis de lo que debía ser la serie) y lo sustituyó nada menos que Gil Kane. El trabajo de Kane no le anda muy lejos al de Buscema, con una potencia y un dinamismo increíbles.


De quiénes sí hay que hablar más es de los entintadores. Para mí, el entintador perfecto es Ernie Chan, tanto entintando a Buscema como a Kane. Cuando ambos autores se entintan a sí mismos, también están a la altura, aunque me gusta mucho más como lo hace Buscema. Bob McLeod es mucho menos detallista que Chan entintando a Buscema, y sus tintas hacen el dibujo más limpio y dinámico… pero con perspectiva, sigo quedándome de muy lejos con Chan. El que sí me parece que es muy inferior es el que se quedaría bastantes números como entintador oficial: Danny Bulanadi, especialmente por lo feos que quedan sus rostros.

Hay guionistas invitados como Jo Duffy o Larry Hama y dibujantes  de la talla de Alfredo Alcalá o un primerizo Marc Silvesti (además enterrado bajo las tintas de Bulanadi), pero son trabajos de relleno que no alcanzan la altura de los equipos titulares, en mi opinión.

El tomo se completa con el anual 6, que supone la vuelta de Roy Thomas (aunque ya lo tenía escrito previamente) junto a Gil Kane y la novela gráfica Conan de las Islas, que fue fruto de un cambio de editor. La historia estaba prevista publicarse como tres anuales consecutivos, pero Larry Hama, que sustituyó a Louise Jones como editora, pensó que no era tan buena idea y suspendió la publicación de la segunda y tercera parte de la historia. La historia se recuperaría cinco años más tarde, en forma de novela gráfica en la que se incluían las tres partes de la historia. El What If?  incluido es la historia ¿Y si Thor de Asgard se hubiera encontrado con Conan el Bárbaro?  Una historia al más puro estilo de estos enfrentamientos: Thor se encuentra con Conan, se pelean, pero acabarán colaborando para hacer frente a un hechicero enemigo común. El tomo cierra con otros tantos artículos y bocetos, completando un absoluto goce para los fans de la serie.


En definitiva, Marvel Omnibus. Conan el Bárbaro: La Etapa Marvel Original 5  marca un cambio de época respecto a los cuatro tomos anteriores publicados por Panini. El baile de guionistas y dibujantes será habitual a partir de ahora, pero al menos el trabajo incluido en este tomo, sin estar en mi opinión a la altura de las cotas tan altas que alcanzara Roy Thomas, sigue suponiendo un buen disfrute y una oportunidad de recopilar toda la colección en unas ediciones tan bonitas y espectaculares como incómodas de leer… Este tomo de más de 1000 páginas pondrá a prueba vuestros brazos y piernas si lo intentáis leer en sesiones de más de una hora de lectura. XD

Lo mejor: A pesar de caer un poco en calidad, sigue teniendo cosas muy destacables. Buscema y Kane, sobre todo si los entinta Ernie Chan. A pesar de ser un precio alto, creo que por relación calidad y número de páginas sigue mereciendo la pena.

Lo peor: La manejabilidad de un tomo tan grande y pesado.