Tras la salida de Christopher Priest de la colección, la serie Conan el Bárbaro comenzó a dar ciertos bandazos y mostrar algunos signos de improvisación. Eran tiempos de cambios continuos en las series, y Conan no era diferente al resto. Llama mucho la atención al leer la introducción de Michael Higgins cómo lo que tenía pensado se iba cambiando continuamente y se tenía que adaptar a las constantes rotaciones de equipos creativos en según qué serie. Marvel Omnibus. Conan el Bárbaro La Etapa Marvel Original 9 contiene los números que se publicaron hasta el retorno de Roy Thomas a la serie, y son números en los que destaca un continuo cambio de rumbo, sobre todo con historias autocontenidas en un solo número y muchos autores implicados. Este tomo de Panini contiene los números 214 a 240 de la etapa, aproximándonos cada vez más al final de la cabecera.
Otra de las características de estos números que salta a la vista es que estamos ante una franquicia que cuenta con tanto bagaje y está basada en una serie de novelas míticas, que hace que cada autor tenga su propia concepción o idea de lo que quiere hacer con la serie. Eso nos proporciona un cambio de rumbo frecuente con cada salida de autor. Por ejemplo, los primeros números del tomo, escritos por Charles Santino, con la colaboración en los argumentos de Val Semeiks, como cuenta también el propio autor en la introducción, son números que buscan cambiar a Conan de localizaciones, y por eso lo lleva a la región de Turán, a los territorios periféricos al mar de Vilayet y a los desiertos que llevan a esa zona. Son localizaciones poco exploradas con anterioridad y que proporcionan entornos más exóticos para las aventuras. Igualmente se propone huir de esa indumentaria siempre igual, y lo cambia continuamente de ropas.
Estos primeros números son historias que comienzan y acaban en cada uno de ellos y que dan una sensación de lectura ligera, que entretiene, pero deja un poso algo menor que en etapas previas con un desarrollo de tramas más trabajado. No dura demasiado porque entramos poco después en un baile continuo de autores que alternan guiones de Larry Hama, Michael Fleisher, Don Perlin o el propio Michael Higgins, con dibujos de autores como Alfredo Alcalá, Gary Kwapisz, Don Perlin o un Geoff Senior que me sorprendió con ese estilo tan realista y un cambio de rumbo bastante interesante. El dibujante se había prodigado previamente en series del universo 2000AD o en las franquicias de Transformers, y no era un autor que siguiera particularmente, por lo que el único número que dibuja me llamó especialmente la atención.
Tras ese baile de equipos creativos llega a la colección alguien con la experiencia de Gerry Conway, quien comienza a hacer historias desarrolladas en dos números. Sí, son historias con algo más de desarrollo sin una ubicación tan evidente o explicitada como en los números de Santino y Semeiks, pero aunque los dos números de cada historia mantengan el mismo dibujante, cada una de las tres historias (dobles) tiene a un dibujante distinto y ni José Delbo, ni Frank Springer ni Dwayne Turner están a la altura con un dibujo, en algunas ocasiones, bastante pobre. Es en el número 232 cuando llega Michael Higgins dispuesto a cambiarlo todo.
Cuenta Higgins que, consciente de los tumbos que iba dando la serie y las decrecientes ventas, intentó hacer un reinicio. Su intención inicial era volver a rehacer las historias que ya había contado Roy Thomas pero con una narrativa más descomprimida, desarrollando mucho más algunas de esas aventuras que habían tenido lugar en solo uno o dos números. Planificó incluso cambiar la periodicidad de la serie a semanal, pero tras el fracaso de Action Comics Weekly, solo consiguió una periodicidad quincenal que tampoco acabó de funcionar. Así su idea original, que podemos conocer a pleno detalle porque la cuenta en su introducción, quedó completamente desvirtuada y acabó siendo Conway quien escribió la serie cuando planteó esos cambios. Cuando el guionista abandonó la cabecera, Higgins pudo ponerse por fin al frente junto a un dibujante que le había parecido especialmente prometedor en sus primeros trabajos: Ron Lim.
Hay que reconocer que los números de Higgins son, con mucho, lo mejor del tomo. No son ese reinicio tan radical que quería haber hecho pero, al menos se le ve una dirección clara, contando la historia desde el futuro en que el rey Conan le cuenta a su hijo Conn lo que había sucedido, con la idea de mantener para su arco de nada menos que nueve números al mismo dibujante. Pero Ron Lim comenzó a calar en la editorial y Higgins volvió a sufrir otro revés, siendo sustituido por Rodney Ramos y sobre todo Gary Hartle, quien se encarga de cerrar la historia en sus últimos números. Higgins introduce a un compañero de aventuras para Conan, Jorrma, crea un triángulo amoroso con la joven Melanie, y presenta a una poderosa hechicera, Acegra, como nemesis del cimmerio. La historia recupera ese espíritu de columna central narrativa que va desarrollándose lentamente mientras en cada número se enfrentan a una nueva aventura, y por fin la serie deja de tener ese halo de improvisación.
Por suerte o por desgracia, Roy Thomas llevaba presionando a la editorial para regresar a la que había sido su casa durante muchos años, y al final acabó saliéndose con la suya, escribiendo ya el último número de este arco con el que cierra todo lo que había planteado Higgins. Ese guion lo firma con el alter ego Justin Arthur… ¿os suena ese nombre? Sea como sea, Thomas se quedaría ya en la serie como guionista único hasta el cierre en el número 275, aunque de eso ya hablaremos más adelante…
En definitiva, Marvel Omnibus. Conan el Bárbaro La Etapa Marvel Original 9 es un tomo bastante irregular, probablemente de los peores que ha tenido la serie hasta el momento, sobre todo, debido a la falta evidente de rumbo que había con respecto a la colección, dejándola en manos de autores con muchas ideas pero poco espacio para desarrollarla y cambiando continuamente de equipos creativos. Con todo, son historias que el buen fan del personaje sabrá disfrutar, aunque no esté en lo más alto del nivel creativo que ha llegado a tener. Resulta interesante ver esos primeros trabajos de Ron Lim o descubrir autores como Geoff Senior.
Lo mejor: Pese a los continuos cambios son historias entretenidas.
Lo peor: El nivel de algunos dibujantes. La sensación continua de improvisación.