Parece que fue ayer, pero fue concretamente hace 5 años, en marzo de 2019, que Panini editó el primer omnibus de la serie Conan el Bárbaro de Marvel. Hoy hablamos de Marvel Omnibus. Conan el Bárbaro La Etapa Marvel Original 10, tomo que contiene la friolera de los últimos 35 números de la serie. En estos números se da la curiosidad de que vuelve el guionista que comenzó la serie, probablemente, el que mejor ha comprendido el trabajo original de Robert E. Howard, y más respetuoso ha sido con su trabajo: Roy Thomas. Un pesado tomo de casi 1000 páginas para cerrar los 275 números de esta fabulosa edición de Panini.
Probablemente una de las cosas más interesantes de esta edición son las propias introducciones a cargo de sus autores originales. Concretamente, las de Roy Thomas son especialmente detalladas, como dan fe las 8 páginas en las que el guionista habla de cómo retornó a una de las series por las que más se le recuerda y las condiciones de esta segunda etapa. Porque si en los primeros números había ejercido de negociador de los derechos del personaje, director editorial, coordinador editorial y guionista, en esta ocasión regresaba bajo el mandato de Mike Rockwitz, sin ningún tipo de decisión sobre los equipos creativos que le acompañarían en sus guiones.
Lo cuenta el propio Thomas, pero cualquiera que haya seguido estos 275 números se habrá dado cuenta antes: desde su salida de esa primera etapa hasta este regreso, pasaron muchos autores que, en su mejor intención, acabaron llevando la colección y al personaje por parajes bien diferentes. Si bien era de agradecer el intento por apartar al personaje de ese yugo de los relatos originales, llegado el momento, la calidad de las historias comenzaron a flojear y la inercia iba siendo cada vez más negativa. Por eso, una de las cosas que tenía más claras Thomas en su regreso, era la necesidad de recuperar el rumbo original, aunque eso supusiese hacer como si los tomos 5 a 9 de esta edición no hubiesen existido.
Y es algo que queda muy palpable, sobre todo, en los primeros números de este tomo que hoy reseñamos: De entrada, vuelve a adaptar relatos de Howard, o al menos intenta ambientarlos alrededor de historias ya conocidas. En segundo lugar recupera personajes emblemáticos, desde Red Sonja a Zula, sin dejar de lado a otros secundarios o villanos como el propio Devorador de Almas. Y una vez se da cuenta de que se le agota el material que adaptar, recurre a esos relatos de otros autores, de los que inicialmente había renegado, pero de los que, por otro lado, podía rescatar algunas cosas interesantes.
Así, Thomas recupera ese tono de luchas entre bandos, sacerdotes y hechiceros malvados, jóvenes enamoradizas y monstruos… muchos monstruos y criaturas de todo tipo: vampiros, hombres mono, o hasta el propio Shuma-Gorath que Marvel había importado previamente para la colección del Doctor Extraño pero que en este universo es donde originalmente había sido concebido. El lector fiel a la colección no tardará en recuperar esa sensación de los primeros 115 números de la serie, puesto que Thomas tiene una capacidad narrativa muy particular e identificable.
Para el dibujo, esta última etapa comienza con Gary Hartle, con un estilo más clásico pero que funciona muy bien con la serie. Pero Hartle no estuvo más de 7 números en la colección, teniendo que recurrir a otro dibujante que fuese el oficial, salvo algún fill-in ocasional. El elegido fue Mike Docherty, quien siempre consideró este como uno de sus trabajos más relevantes en su carrera. Tuvo la suerte de venir acompañado de «nuevos» entintadores: Ernie Chan regresó durante unos cuantos números y luego le sustituyó nada menos que Alfredo Alcalá. Entre estos entintadores y el propio estilo de Docherty, hay números en los que, salvando las distancias, vemos rasgos del propio Buscema en el dibujo. Los últimos números estaban entintados por Ricardo Villagrán, con un toque muy personal, y una exploración hacia el puntillismo, como técnica para aportar sombras y tramas que le dan un toque muy europeo, hasta el punto en que ese dios roca de dos caras del final de la adaptación de Conan el Renegado, tiene un toque que me llegó a recordar, salvando las distancias, a Moebius.
En definitiva, Marvel Omnibus. Conan el Bárbaro La Etapa Marvel Original 10 es un cierre más que digno de la colección, con el regreso del hijo pródigo, Roy Thomas una vez resuelta la salida de Jim Shooter, cuyas diferencias le habían obligado a abandonar la editorial años antes. A pesar de no estar a la altura de su primera etapa en la colección, se vuelve a acercar a los relatos originales de Conan o de esos escritores que continuaron publicando novelas ambientadas en la Era Hiboria. El tono de las historias recupera ese acercamiento a la acción más pura, y monstruos que derrotar, con guiones sencillos que no se complicaban demasiado buscando subtramas o elementos que se conectaran de un número a otro. Incluso en un arco argumental que llega a extenderse por diez números, cada número es básicamente un enfrentamiento con enemigos puntuales, de camino a completar su misión original. Se cierra por fin una edición fantástica que nos permite completar toda la serie en un formato respetuoso con el original, con contenido extra y un tamaño aumentado.
Lo mejor: Roy Thomas haciendo lo que mejor sabe, y recuperando un estilo que a algunos fue lo que nos enganchó al personaje cuando empezamos a leer sus cómics de Marvel.
Lo peor: Si el peso ha sido un problema recurrente para el manejo de los tomos hasta ahora, en este último, con 928 páginas se hace especialmente evidente.