Si hicieras una encuesta sobre qué campo del conocimiento es el que, a priori, menos apropiado sería para hacer un webcómic de humor, la Filosofía estaría muy alto en la lista resultante, luchando quizás por las primeras plazas con la Economía. Y no, la Ingeniería ni siquiera aparecería en ella. Dilbert empezó haciendo humor ingenieril para todos los públicos hace 28 años y ahí sigue.
El caso es que pensar que el humor y la Filosofía no se mezclan bien puede ser una primera idea razonablemente lógica. Y quizás lo sea para ciertas personas. Pero poder disfrutar del humor con sistemas de pensamiento es, en definitiva, ser capaz de mirarse al espejo con autocrítica, porque antes o después te vas a ver reflejado en alguno de los enfoques vitales satirizados. Vamos, que aquí hay leña para todos.
Cómics Existenciales
El primer pensamiento que cruzó mi cabeza cuando abrí este tomo fue «joder, qué dibujo más feo». No hay que perder la perspectiva de que el cómic es un medio mixto, híbrido entre texto e imágenes, y en la parte visual hay que reconocer que Corey Mohler no es precisamente un autor dotado. Pero, en cambio, lo que le falta en aptitudes artísticas lo suple de sobra con ingenio y mala baba, los cuales vas apreciando según te vas sumergiendo en la lectura. Para que os hagáis una idea, estamos ante una obra similar a Los Caballeros de la Mesa del Comedor. Salvando las distancias, por supuesto, que no es el mismo tipo de humor el que se puede hacer del nihilismo que de una partida de D&D.
¿Qué tipo de historias tenemos aquí, entonces? De todo un poco. Partidas de póker en las que se aplican diversos sistemas filosóficos como método de deducción, filosofía aplicada a las relaciones paterno-filiales, superhéroes lógicos (espectacular la tira del Capitán Falacia), competiciones deportivas, filósofos en el mercado laboral, parodias de películas como Los Caballeros de la Mesa Cuadrada y de series como Sexo en Nueva York… Decían hace años Albert Monteys y Manel Fontdevila en ¡Para ti, que eres joven! que el humor inteligente es ese que te hace arquear una ceja y decir «qué agudo», pero que no te hace esbozar ni una mísera sonrisa. Vamos, lo que hace El Roto. Cómics Existenciales viene a demostrar que eso es falso. Hacía mucho que no me reía tan a carcajadas como en este tomo, y no es que la temática tratada sea precisamente humor básico nivel tronista de Mujeres, Hombres y Viceversa.
¿En qué se traduce todo esto? En una lectura absorbente, crítica, divertida… y lenta. Tremendamente lenta. En los tiempos que vivimos, dominados por el decompressive storytelling, un tomo de 100 páginas puede durar… ¿qué, diez minutos? Leer la misma cantidad de páginas de Cómics Existenciales puede llevar fácilmente tres veces ese tiempo. Dicho sea de paso: no es una lectura para meterse un atracón. Está concebida como tira online, y como tal debe dosificarse. Intentar meterse todo el libro de una sentada puede llegar a saturar y hacer que no se disfrute como debe. Lo bueno es que, dado que casi todas son historias de entre una y cuatro páginas, se puede pausar la lectura en cualquier momento y retomarla cuando vuelva a apetecer.
Stirner
Stirner es una editorial dedicada a literatura, política y filosofía. Cómics Existenciales es su, hasta el momento, única incursión en el mundo del cómic. Les damos, por tanto, la bienvenida oficialmente y esperamos que no sea la última. Por ello, quizás no encuentres esta obra en tu librería especializada habitual, y tengas que ir a una librería generalista o pedirle a tu librero que te traiga un ejemplar.
Corey Mohler
En contra de lo que pudiera parecer, el autor no tiene ningún tipo de formación académica en el sector. Estudió Matemáticas y trabajó como ingeniero de software. Tal batiburrillo (matemáticas, cómics, filosofía y programación) sólo podría darse en un residente de Portland. En esa ciudad le echan algo al agua, seguro. ¿Habéis visto Portlandia? Pues eso. Lleva cuatro años publicando su tira online, y ya tiene más de doscientas colgadas. Su avatar es Simone de Beauvoir.
En resumen…
La Filosofía y el Cómic no son compañeros habituales, pero tampoco son ajenos. Hace no demasiado hablamos aquí de un manga basado en La Enfermedad Mortal de Kierkegaard, y el Miracleman de Alan Moore está fuertemente influido por la obra de Friedrich Nietzsche. Incluso la combinación Cómic/Filosofía/humor ya tiene algún antecedente en el Epicuro el Sabio, de William Messner-Loebs y Sam Kieth. Para todos aquellos con inquietudes en este campo del saber, capaces de reírse de sí mismos, y de los demás también, pero sabiendo por qué y de qué se ríen, Cómics Existenciales es una parada obligatoria.
Para los que no llegan a hacerse una idea de qué se pueden encontrar en este tomo, marchando el proverbial botón de muestra.
Y recuerda: que un texto sea difícil de comprender no quiere decir que sea profundo. Puede que simplemente esté mal escrito.