Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Colección Jim Starlin 8. Warlock y la Guardia del Infinito

Colección Jim Starlin 8. Warlock y la Guardia del Infinito
Guion
Jim Starlin
Dibujo
Ángel Medina, Rick Leonardi, Tom Raney
Tinta
Terry Austin, Bob Almond, Keith Williams
Color
Ian Laughlin
Formato
Cartoné, 248 páginas
Precio
19.95 €
Editorial
Panini. 2018
Edición original
Warlock & the Infinity Watch 1-10 USA

Una pregunta recurrente en el mundo del cómic es quién es más importante en la creación de un personaje, el autor que lo escribió por primera vez o el que lo dota de trasfondo y personalidad. Así, ¿quién es el auténtico creador de Batman, Bob Kane o Bill Finger? ¿quién hizo de Lobezno el personaje que ha acabado siendo tan popular, Len Wein o Chris Claremont? Con Adam Warlock ocurre algo parecido. Técnicamente, es una creación de Stan Lee y Jack Kirby en plena Silver Age, aunque en aquella época fuera conocido simplemente como Él. Quien le dio nombre y creó las primeras historias que giraban alrededor de él fue Roy Thomas. Y quien llevó a su punto álgido a este extraño personaje fue Jim Starlin, autor con el que asocia a la mayor parte de sus grandes historias.

warlock y la guardia del infinito 7

Warlock y la Guardia del Infinito

Terminado El Guantelete del Infinito, llega el momento de que Jim Starlin comience la segunda parte de su gran trilogía de los años 90. Habiendo dejado la serie de Estela Plateada, donde comenzó esta gran época de la Marvel cósmica, en manos de Ron Marz, su sucesor laboral y espiritual, llega el momento de poner el foco en un nuevo personaje. Y no podía ser otro que Adam Warlock, personaje con el que ya brilló en los años 70, en una gran etapa recopilada en el tomo de Panini La saga de Thanos. La nueva serie regular del personaje, creada por y para Jim Starlin, recupera partes de las ideas desarrolladas por el autor en los 70, pero arranca rindiendo un sentido homenaje al autor que realmente le dio a Warlock el trasfondo que tiene, Roy Thomas.

Como ya comentamos en la reseña del tomo anterior de la Colección Jim Starlin, la epopeya de este autor continúa, después del Guantelete, realmente en este tomo. Abrimos el tomo con un juicio con todas las entidades cósmicas habidas y por haber, presididio por el Tribunal Viviente. El motivo es que Eternidad señala que la última vez que un ser de carne y hueso tuvo la omnipotencia que da el Guantelete del Infinito en su mano la cosa acabó como el Rosario de la Aurora. Y sí, la moralidad de Warlock no es comparable a la de Thanos, pero las mentes mortales no están preparadas para la omnipotencia y la omnisciencia. Teniendo en cuenta que estamos ante una colección protagonizada por un grupo cuyos miembros son cada uno guardianes de una Gema del Infinito, nos hacemos una idea del resultado del proceso judicial cósmico, ¿no?

warlock y la guardia del infinito juicio

Así, Adam Warlock desmantela el Guantelete y pone cada una de las seis gemas en las según el capaces manos de un nuevo guardián. Él se queda con la Gema del Alma, con la que ya había tenido experiencias en el pasado. La Gema del Tiempo queda en manos de Gamora, la del Poder, en las de Drax, la de la Mente en las de Dragón Lunar, la del Espacio en las de Pip el Troll, y falta por desvelar la identidad del misterioso guardián de la Gema de la Realidad. También es cierto que, si te fijas con atención, todas las pistas de quién es el sexto miembro de la Guardia del Infinito están encima de la mesa.

Una vez entregada cada Gema a su responsable, Adam cruza su camino de nuevo con el Alto Evolucionador. Retomamos así las mencionadas historias creadas por Roy Thomas en los 70, en las que Warlock era una especie de Jesucristo Cósmico en la Saga de la Contratierra, con lo que el reencuentro con los personajes de aquella época podría ser visto como una especie de Segunda Venida.

La segunda mitad del libro recopila los cruces que tuvo esta serie con la Guerra del Infinito, sirviendo cada uno de los números implicados como ampliación de escenas ya vistas en el evento principal.

En resumen…

En este tomo, tenemos un Jim Starlin que, temporalmente, abandona el alcance global que tuvo el Guantelete y retomará en la Guerra, con lo que funciona como pequeño interludio de calma entre dos eventos. Starlin trata aquí sus inquietudes clásicas, religión, libertad, responsabilidad, política… pero lo hace de una forma más calmada y menos psicotrópica que lo que hizo en los 70. Todos aquellos que disfrutaran su etapa en Estela Plateada meses atrás también lo harán en Warlock y la Guardia del Infinito, serie que pasa a ser el epicentro de todos los sucesos cósmicos de Marvel mientras Starlin hacía de showrunner de esta parcela.

En el plano artístico, tenemos a tres dibujantes, Ángel Medina, con el que Jim Starlin ya había tenido una larga relación en Dreadstar, Rick Leonardi, el cual siempre es bienvenido, y un Tom Raney en los primeros momentos de su carrera, que volvería al rincón cósmico en un par de ocasiones más, una en la colección Warlock Chronicles, que formaría parte de los eventos La Cruzada del Infinito y Thor: Sangre y truenos, y la otra, como dibujante de la serie central de Aniquilación: Conquista, evento del que surgió la encarnación moderna de los Guardianes de la Galaxia.

Y ya que mencionamos a los Guardianes, estamos aquí ante un grupo en el que aparecen Drax, Dragón Lunar, Gamora, Adam Warlock, y un secundario cómico de pequeño tamaño. Si cambiamos a Pip el Troll por Mapache Cohete, tenemos aquí la base del grupo de Dan Abnett y Andy Lanning, etapa en la que se basan las películas de James Gunn. Así, podríamos decir que este tomo siembra las semillas de una de las franquicias cinematográficas más exitosas del Universo Marvel.