Volvemos a la Colección Jim Starlin. Hoy, el primer tomo (de dos) que recogen los tie ins del Guantelete del Infinito. En el tomo de hoy, los números de Estela Plateada. Y además, el primer tomo (de tres) que incluye material no producido por Jim Starlin.

El Guantelete del Infinito y Estela Plateada

En este tomo tenemos los tie ins de Estela Plateada con El guantelete del infinito. O más bien, lo que ocurre en la colección de Estela Plateada mientras estaba siendo editado El guantelete del infinito.

¿Que qué diferencia hay?

A ver, las portadas originales de los nueve números de este tomo tienen en su esquina superior derecha la leyenda “An Infinity Gauntlet crossover”, con lo que lo que Panini ha metido en el tomo es lo que Marvel señaló que tenía relación con el evento en su día. Pero también hay que decir que la relación es, en el mejor de los casos, muy tangencial. Sin ir más lejos, el tomo se abre con el número 51 americano, en el que Estela pretende darle una lección de moral a Nova, la heraldo que llevaba Galactus por entonces. También ocurre algo parecido en el número 54, cierto supervillano clásico ha soltado a todos los animales de un zoo para que estén libres durante el apocalipsis que parece venir con la muerte de medio universo, lo cual es una excusa para un recital de mamporros.

Otra de las características de este tomo es que, salvo una, ninguna de las historias que nos cuentan es real. Tenemos personajes sustituidos por dobles, versiones alternativas de momentos que ya hemos visto, recuerdos del pasado de Estela Plateada (que tampoco vienen demasiado a cuento después del reciente número 50 tan solo unos meses atrás), o justas medievales en un plano psíquico.

¿Es alguno de estos números imprescindibles para una mejor comprensión del evento central?

No, en absoluto. Como ya hemos dicho, los tie ins del Guantelete dan un toque de color adicional a la historia central, pero no la modifican ni la amplían. Así, aquí podemos ver qué ocurre en la trastienda de momentos como la llegada de Estela al Sancta Sanctorum de Stephen Extraño, uno de los puntos álgidos de la historia. En este caso, se aparta el foco de la escena principal y nos desviamos a mirar lo que está pasando con Drax y el Señor del Fuego. O también vemos qué pasa por la cabeza de Estela antes de lanzar ese primer ataque fallido a Thanos. Lo dicho, revisitamos escenas de la historia principal y miramos alrededor de lo que está pasando en lo que ya conocemos, pero no se nos va a contar nada que no conozcamos ya.

Ron Marz

El sucesor de Jim Starlin al frente de la serie es un autor neoyorquino cuyo primer trabajo profesional es una historia corta en un especial del Hombre Imposible en agosto de 1990. Tras esto, coescribe con Jim Starlin dos números de la serie mensual de Estela Plateada para acabar siendo su sustituto regular a partir del número 51, justo donde empieza este tomo, a la tierna edad de veinticinco años, y aquí permanecería durante nada menos que 52 números, siendo su principal trabajo para Marvel. Para esta misma editorial en la que debutó, hizo también la serie limitada Poderes Cósmicos y unos números de la serie de Thor, parte de un crossover llamado Sangre y Truenos en el que estuvieron implicadas además las series de Estela Plateada, Warlock y la Guardia del Infinito y Las crónicas de Warlock, que le llevaría a colaborar de nuevo con Jim Starlin.

También ha trabajado una larga temporada en DC, y también en su lado cósmico. Desembarcó en Green Lantern en el número 48 de la serie de 1990, arrancando con la historia Crepúsculo esmeralda, en la que convirtió a Hal Jordan en Parallax y presentó a Kyle Rayner, el siguiente portador del anillo. En total, entre la serie central, anuales, novelas gráficas y series limitadas varias, Marz escribió más de 100 números de Green Lantern, siendo prácticamente el showrunner de la franquicia desde que entró hasta la llegada de su sustituto, Geoff Johns.

En otras editoriales, ha sido el guionista que más números ha escrito de Witchblade en Top Cow, y fue uno de los pesos pesados de CrossGen, editorial para la que creó las series Mystic, The Path, Scion y Sojourn. Actualmente está en IDW, haciendo series como Dread Gods o Demi-God.

En resumen…

Que el Ron Marz primerizo que escribe estos números no está a la altura de Jim Starlin es algo que no le pillará a nadie de sorpresa. Que se dedica a mimetizar el estilo -o, al menos, a intentarlo- de quien le apadrinó en sus primeros pasos, tampoco. Pero también es cierto que defiende su debut de forma más que correcta, y que para ser su primer trabajo profesional y ser, para qué negarlo, un Jim Starlin de Hacendado que escribe la mayoría de estas historias alrededor de la misma idea, estamos ante un tomo que cumple sobradamente con lo que se espera de él.

(¿En serio hay un Kree llamado Torpe Metepatas…?)