Lo he dicho un buen puñado de veces ya. Estén más o menos inspiradas las películas de superhéroes (¿se pueden considerar un género en sí mismas ya?), tienen una muy agradable consecuencia indirecta para el lector de cómics, y es la reedición de material de limitada comercialidad que en condiciones habituales estaría en el limbo del material olvidado, si no directamente inédito.
Desviemos por un momento la mirada hacia el último gran fracaso en taquilla del género superheroico, Los Cuatro Fantásticos de Josh Trank. Recaudó en EEUU unos paupérrimos 56 millones de dólares. En 2015, el precio medio de una entrada de cine en ese país estaba por debajo de los ocho dólares y medio. Eso quiere decir que más de seis millones y medio de americanos vieron esa película en salas comerciales. Por aquella época, la colección mensual del grupo vendía unos 30000 ejemplares. Hubo 220 espectadores de una película que fue un fracaso por cada lector mensual de una colección que, sin estar entre los superventas, no funcionaba mal. Es totalmente lógico, entonces, intentar aprovechar estos estrenos para intentar pescar lectores nuevos.
En el mercado español eso se empezó a hacer en el pasado tímidamente por parte de Zinco, haciendo coincidir los lanzamientos de volúmenes en tapa dura más lujosos (y caros) de lo habitual con las películas de Batman de Tim Burton. Tiempo después llegaron los coleccionables populares de Planeta, de los X-Men, Hulk, El Castigador, Los Cuatro Fantásticos o Spiderman. Hoy en día se tiende a otro tipo de producto, a volúmenes unitarios para compradores puntuales (como ha hecho Panini con los tomos dedicados a Pantera Negra) o a colecciones en tapa dura de corta duración. Así han llegado las dedicadas a Wonder Woman o la Liga de la Justicia de ECC, o al ciclo del Infinito recogido en esta Colección Jim Starlin que ha lanzado Panini aprovechando la próxima Vengadores: Infinity War.
El Guantelete del Infinito: Prólogo
El segundo tomo de esta serie continua con los números de la serie mensual de Estela Plateada publicados en La resurrección de Thanos, el tomo anterior, en el que el Titán loco volvía a la vida y conseguía las seis Gemas del Infinito. En esta entrega, la historia avanza un paso más en dirección al evento que ha hecho historia, y tenemos a Thanos montando todo el entorno en el que se desarrollará la partida de ajedrez cósmica que es el El Guantelete del Infinito.
El tomo empieza con un interludio de tres números que continúa el último número del tomo anterior, totalmente ajenos a la trama del Infinito pero también escritos por Jim Starlin. Aquí el autor vuelve a sus inquietudes sociopolíticas, que ya mostró de una forma razonablemente clara en su etapa en Warlock durante los años 70. La trama de Dinamo City es una pequeña historia totalmente randiana en la que el indivíduo se ve oprimido por los impuestos, la burocracia y el estado. Nada que no nos hubiera dejado ver quince años atrás.
Tras esta primera historia aparentemente intrascendente, nos encontramos con que Thanos ya ha montado el objeto alrededor del que gira toda esta epopeya cósmica: el Guantelete del Infinito. El poder absoluto ya está en la mano del Titán Loco, aunque no la experiencia o la consciencia necesaria para utilizarla. A lo largo de estos números, se irán colocando las piezas en su sitio. Mefisto ocupa su posición como lugarteniente manipulador y traicionero de Thanos, cual Yago con Otelo en la tragedia Shakesperiana, y veremos reaparecer personajes que dábamos por perdidos desde más de una década atrás. Thanos envía a Estela y a Drax al interior de la Gema Alma (recordemos, ese paraíso que resultaba ser el descanso final de Adam Warlock). Allí encuentran a todos los personajes que Starlin creó en su anterior saga cósmica: Adam Warlock, Gamora, Pip el troll, el juez Kray-Tor… Tras reacciones viscerales, traiciones y manipulaciones varias, ya estamos listos para lo que sería el gran evento de Marvel de los 90. A un lado, todos los héroes de la editorial, capitaneados por los personajes cósmicos creados por Jim Starlin, el Gran Arquitecto del Universo (cósmico). Al otro lado, el Titán loco con la omnipotencia enfundada en la mano derecha.
La relevancia de estos números no es tan alta como la del tomo anterior, en el que presenciamos la resurrección de Thanos y la recolección de las seis gemas en La búsqueda de Thanos, ni tampoco la del punto álgido de esta saga que veremos en el siguiente tomo, pero para tener una visión global de la historia es imprescindible. Es aquí cuando Thanos monta el Guantelete. Es aquí donde se prepara el regreso de Warlock, el personaje central de la saga. Y es ésta una de las mejores etapas de la historia de Estela Plateada, no a la altura de la reciente de Slott y Allred, pero quizás justo detrás.
Los autores
Lo que nos encontramos en este tomo es exactamente lo que se espera de los autores implicados. Tendremos una buena ración de soliloquios contemplativos que identifican inconfundiblemente a Jim Starlin, un ritmo pausado que puede llegar a crispar al lector que busque historias más ágiles y que harán la delicia de los que disfrutamos de esta mezcla entre epopeya cósmica y tragedia shakespeariana que suele firmar el autor de Detroit. Este casi año de la colección de Estela Plateada es, para bien y para mal, una obra representativa de lo que nos va a dar Starlin, con sus virtudes y sus defectos, con todo lo que se espera de él.
Al dibujo, Ron Lim cumple haciendo exactamente lo que se espera de él. Es un autor ágil, de trazo razonablemente dinámico, cuyo estilo recuerda bastante al de Starlin como dibujante y capaz de cumplir con unas fechas de entrega que hoy en día se nos antojan alienígenas. Durante los meses en los que salieron los números que recoge este tomo, Lim era el dibujante regular de Estela Plateada y de Capitán América, y también tenía tiempo para hacer portadas y fill ins puntuales en What if y en Doctor Extraño. Tal volumen de producción hace que, aunque cumpliera, lo hiciera sin estridencias artísticas, incluso con algún que otro error de perspectiva y de proporción, aunque tampoco son de los que hacn daño a la vista, como los que acabarían siendo omnipresentes con el advenimiento, poco tiempo después, de Rob Liefeld y compañía.
Y a partir de aquí…
Tras el número 50, llega El guantelete del infinito y Jim Starlin abandona el puesto de guionista de la serie, siendo sustituido por Ron Marz. Como spin-off del Guantelete tendremos una nueva serie, Warlock y la Guardia del Infinito, pasando ésta a ser la nueva serie troncal escrita por Starlin en la que irá planteando el desarrollo mensual de la Saga del Infinito.
Ediciones previas
Aunque estemos hablando de uno de los puntos álgidos de la historia cósmica de Marvel, este material se ha editado en muy contadas ocasiones, estando hasta el momento parte del mismo inédito en castellano.
La primera edición de los números incluidos en este tomo fue en la segunda serie que Fórum dedicó a Estela Plateada, llamada Silver Surfer, entre los números 3 y 12, entre 1992 y 1993. Hubo una reedición parcial de esta macrosaga, ya de la mano de Panini, en 2008-2009, en una colección de cuatro volúmenes dentro del sello Marvel Gold llamada Thanos: La Saga del Infinito. Los dos primeros recopilaron casi todo el material del anterior volumen de esta Colección Jim Starlin, y los dos últimos contenían tres números de El guantelete del infinito cada uno. Así, el número 40 del tomo anterior y este tomo completo no se han reeditado desde el Silver Surfer vol. 1 de Fórum hace ya veinticinco años.
Como curiosidad, el número 39 aún sigue inédito en castellano. Tampoco supone un problema, es un clarísimo fill in escrito por Alan Grant, y tiene la curiosidad de que es el único contacto que ha tenido el autor escocés con el personaje y una de las escasísimas ocasiones en las que ha escrito para Marvel en sus casi cuarenta años de carrera.
En resumen…
Estamos ante un material necesario para comprender en toda su magnitud El guantelete del infinito. Aunque en el volumen anterior viéramos la resurrección de Thanos y cómo consigue las Gemas del Infinito, es en este tomo donde el Guantelete aparece por primera vez y donde el Titán Loco emprende su camino hacia la omnipotencia, cuyas consecuencias se desarrollarán en el siguiente tomo de esta colección.