Un año ha pasado ya desde que vio la luz, gracias a la cercanía del estreno de Vengadores: Infinity War, el primer volumen de la Colección Jim Starlin. En un total de doce volúmenes que suman la friolera de 2976 páginas, Panini ha recopilado por primera vez el núcleo central de la masiva epopeya que el autor de Detroit construyó alrededor de dos personajes, Thanos, su más conocida creación, y Adam Warlock, un personaje técnicamente creado por otros autores pero al que nadie ha dado tanta profundidad como él. Y ahora, con el segundo tomo dedicado a La Cruzada del Infinito, la última parte de la Trilogía del Infinito original, nos despedimos de esta serie.
La Cruzada del Infinito: el final
Comentábamos en el tomo anterior que no terminaba de cuadrar el hecho de que la Diosa, siendo la parte buena de Adam Warlock, utilizara la manipulación y el control mental para lograr sus fines. Más o menos podía funcionar como crítica a la religión organizada, uno de los leitmotiv más habituales en la obra de Jim Starlin, pero cada vez que se mencionaba eso de «la parte buena» tocaba torcer el gesto.
Hasta este último volumen.
No vamos a decir que haya ningún giro argumental de última hora que arregle los problemas que arrastraba la Cruzada desde el primer momento. No es el caso, sigue siendo la historia más estirada de las tres que conforman la Trilogía del Infinito, y las críticas de Jim Starlin a la religiosidad son un tanto superficiales, planteando un enfrentamiento entre dos bandos, los personajes racionales y los borregos pertenecientes a un rebaño incapaz de pensar por sí mismos. Pero sí es verdad que en este tramo final se añade un nuevo ingrediente a la historia que hace que, en cierto modo, todo funcione un poco mejor. Y es que, además de bien y mal, la Diosa y el Magus encarnan la feminidad y la masculinidad, y el enfrentamiento de estos dos principios vitales matizan el conflicto de una forma que da profundidad al maniqueísmo con el que arranca la historia en el tomo anterior y hace que funcione algo mejor.
Como en todo macroevento superheroico, estamos ante una historia con un fuerte componente palomitero, con su correspondiente ración de tortas, de batallas más grandes que la vida y de combates entre héroes con planteamientos distintos. Funciona desde los orígenes del Universo Marvel, funcionaba en los 90 y ha seguido funcionando en el salto a la gran pantalla, haciendo que Civil War sea uno de los mayores taquillazos de la historia del cine de superhéroes. Y aquí no es menos. El gran momento de este estilo en la recta final de la Cruzada del Infinito es la batalla entre Thor y Drax. ¿Quién es más poderoso, un dios Asgardiano o el poseedor de la Gema del Poder?
Pero, del mismo modo, como en todo cómic escrito por Jim Starlin hay momentos para la introspección y la reflexión filosófica. En este tomo, destaca el cuarto número de Warlock Chronicles, un cómic en el que todo lo que ocurre es básicamente una conversación entre Adam Warlock y el Magus, entre un ser amoral y uno malvado. Y aunque se usen incorrectamente como equivalentes, amoral y malvado no son sinónimos.
Próximas reediciones
Jim Starlin siguió vinculado a Adam Warlock tras el final de la Cruzada del Infinito. Nada más terminar este evento, las dos series protagonizadas por este personaje, Warlock Chronicles y Warlock and the Infinity Watch, se vieron invloucradas en otro crossover, Sangre y truenos, en el que también participaron Thor y Estela Plateada, personajes escritos por entonces por Ron Marz, autor al que ya hemos visto regularmente en tomos anteriores de esta Colección Jim Starlin.Warlock Chronicles terminó en su octavo número, la parte 10 de 13 de Sangre y Truenos, pero Warlock and the Infinity Watch siguió adelante, escrita por Starlin hasta el número 31. Sin embargo, Panini ya ha anunciado que, de momento, no tiene planificado continuar con las reediciones del material de esta época. El siguiente volumen que toma el testigo de esta serie será Poderes Cósmicos, serie limitada que no había sido reeditada desde que vio la luz de la mano de Fórum allá por 1994. Después, volverá Jim Starlin con El abismo del Infinito y Marvel: El fin. Y después ya iremos viendo.
En resumen…
En la conclusión de esta Colección, hay que señalar de nuevo que La Cruzada del Infinito es quizás la parte menos interesante de la Trilogía, pero también hay que reconocer, vista en su conjunto, que estos tres años de historias son uno de los grandes momentos álgidos de la Marvel cósmica, sólo superadas por las historias que el mismo autor hizo en los años 70 con Adam Warlock y el Capitán Marvel, y quizás igualadas por la era de Dan Abnett y Andy Lanning iniciada en Aniquilación en 2006. Es, por tanto, el final de una época que ha hecho historia y que, por fin, recibe una recopilación en un formato a la altura de lo que merece.