En 2013 se emitió el capítulo 22 de la octava temporada de How I Met Your Mother. Un capítulo muy especial en el que Barney expresaba su amor sin tapujos a la película Karate Kid. Con la particularidad de que para Neil Patrick Harris el auténtico villano de la cinta era Ralph Macchio y no William Zabka. En su opinión, Johnny Lawrence era un pobre chaval que, de golpe y porrazo, comenzaba a ser acosado por un paleto que provocó que su vida se derrumbase. Poco podíamos imaginar que ese gag se acabaría convirtiendo años más tarde en una realidad gracias a la extinta plataforma Youtube Red que decidió apostar por Cobra Kai, la que a la postre ha sido una de las series más estimulantes de los últimos años.
Golpea primero, golpea duro, sin piedad!
Ciertamente, para el que esto escribe, Cobra Kai es una pequeña joya. Una producción que se sirve de una poderosa dosis de nostalgia para presentarnos un puñado de personajes que lejos de maniqueismos se mueven en una escala de grises, dejando claro que eso del bien y el mal es cuestión de perspectiva. Además la serie es francamente divertida y está repleta de valores como la amistad y el compañerismo, a la par de dejar en evidencia a una sociedad que a menudo niega las segundas oportunidades a quien más las necesita. Sin olvidar, por supuesto, la brutal denuncia que hace del acoso escolar.
Y lo mejor es que todo esto sale de una película estrenada en 1984 que, todo sea dicho, no era demasiado buena ni en sus escenas de acción (pero qué banda sonora de Bill Conti con temas de Survivor y Joe Exposito). Con todo, esa producción contó con una serie de animación, dos secuelas en 1986 y 1987 con Ralph Macchio y otra en 1994 con Hilary Swank. Por último en 2010 se estrenó un remake con Jackie Chan como maestro y Jaden Smith como chaval en apuros, muy maja por cierto.
Y ahora ya sí, los tebeos de Cobra Kai
Cobra Kai es un filón. Netflix supo ver la oportunidad y rescató la serie tras la desaparición de Youtube Red, convirtiéndola en un fenómeno mundial. Mientras tanto, el noveno arte no era ajeno a este diamante en bruto… O por lo que desde IDW no tardaron en hacerse con los derechos. Algo que no es de extrañar, pues bajo su ala se cobijan tebeos de franquicias como G.I.Joe, Transformers, My Little Pony, Terminator, Back To The Future o mis adoradas Tortugas Ninja. Para llevar a cabo esta adaptación se ha contado con la pluma de Denton J. Tipton, que tiene en su curriculum tebeos de X-Files, Doctor Who o Pesadillas, por lo que el encargo no le pilla de nuevas.
Como es de esperar, de cara a parecerse a lo que vemos en la pequeña pantalla, el foco del protagonismo se enchufa directamente hacia Johnny Lawrence, que sigue tratando de hacer de Cobra Kai una plataforma para ayudar a chavales (y de paso, pero no menos importante chinchar a LaRusso). En los cuatro números que ocupa esta miniserie, el rubiales contará de nuevo los hechos que acontecieron en el filme original, pero desde su punto de vista.
Lo primero que hay que reconocer es que estamos ante una miniserie entretenida que indudablemente gustará a los fans de la franquicia. Tiene momentos muy divertidos y grandes puntos cómicos, sobre todo a la hora de mostrar el abismo generacional y cultural que separa a Johnny de sus fieles oyentes Aisha, Hawk y, por supuesto, Miguel. El autor ha optado por centrarse en la diversión, dejando de lado todo el dramatismo palpable de la serie. Esto sin embargo juega un poco en contra del resultado final, porque en esencia se limita a contar todo lo que sabemos tanto por la película como por las dos primeras temporadas que Cobra Kai nos ha mostrado a modo de flashbacks, aunque sí que es cierto que detalla un poco más cómo fue la relación de Johnny y Ali (Elisabeth Shue).
La miniserie además se lee en un suspiro, por lo que deja con una sensación de oportunidad perdida de ahondar en el trasfondo tan fascinante que tiene Cobra Kai. Es cierto que en este tipo de productos las manos de los guionistas están bastante atadas sobre lo que pueden o no hacer de cara a no contradecir futuros argumentos de la ficción catódica. Pero como digo, una vez leído no puedes evitar pensar que Tipton ha tirado por el camino fácil. Lo que hay que reconocerle es que se las apaña de maravilla para retratar perfectamente a los distintos protagonistas de cara a presentarlos a lectores que no los conozcan de nada, quedando una historia perfectamente comprensible y accesible para todo el mundo.
La parte artística es obra de Kagan McLeod. El dibujante, que tiene obras en su haber como Kung Fu Infinito (publicada en España por Norma en 2015) o algunos números de Street Fighter V G.I.Joe, hace un trabajo que solo podemos tildar de correcto por culpa de una lacra que suelen portar todas las adaptaciones basadas en series o películas protagonizadas por actores de carne y hueso. Esto no es otra cosa de la imperiosa necesidad de hacer que los dibujos se parezcan lo máximo posible a sus homólogos reales. Ya lo vimos no hace mucho en la adaptación de John Wick y es algo que seguirá pasando. McLeod es mucho mejor ilustrador que narrador, pues la secuenciación de las escenas es algo torpe, sobre todo las de lucha, que no llegan a resultar molestas pero sí que le resta enteros al conjunto.
https://youtu.be/kZQ4BFs9Ri4
Por último destacar que la edición de Norma es impecable, otorgando a la edición de la miniserie una encuadernación en cartoné destinada sin duda a llamar la atención de posibles compradores que se acerquen motivados por su afición a la ficción televisiva. Este volumen también incluye un buen número de portadas alternativas de la versión original.
Estupendo para regalar y con suerte despertar el gusanillo.