Rick Remender es hoy en día uno de los escritores con más tirón entre el público. Ya vaticinamos lo que estaba por venir hace años, antes de Ciencia Oscura, antes de Low, Seven to eternity o Tokyo Ghost… y por supuesto, antes de Clase Letal. Sin embargo, más allá de ese guionista fresco, imaginativo y casi impredecible que ojeamos en 2011, los años nos han dado perspectiva para ir viendo sus muletillas y vicios.
El tiempo nos ha dejado ver que tiene la manía de empezar con premisas muy espectaculares que no siempre sabe a dónde llevar, que se deja llevar por la sobreabundancia de texto en off, que los personajes a veces son un tanto de cartón y que juega mucho al engaño tirando de cliffhanger gratuito. Sin embargo, hay una serie donde se las ha arreglado para que todas esas cosas que serían defectos en cualquier otro título, no sólo no desvirtúen la historia sino que la hacen más grande y esa serie es Clase Letal.
Si estableciéramos una división por temporadas, podríamos decir que en el tomo anterior terminaba la primera de Clase Letal. Despues de presentarnos a Marcus, Saya, María, Viktor, Shabnam, Willie, Billy, el maestro Lin y todos los demás personajes que pululan por la escuela de asesinos King’s Dominion. Aquello ya acabó como el rosario de la aurora y es hora de comenzar un nuevo curso con nuevos alumnos, nuevas rencillas, nuevos villanos y algunas cosas que se quedan como estaban, pero siguen dando juego.
Clase Letal nº5: Carrusel es un arco de presentación de todo el nuevo panorama y como tal presentación (sobre todo de personajes) Rick Remender no dudará en recurrir en todos los viejos trucos que conozca. Veamos: la fiesta de presentación, los festivales de insultos para poder poner en boca de los personajes de forma explícita y exagerada los rasgos definitorios de los otros, una carta de uno de los personajes describe al resto e incluso una partida de D&D donde cada personaje dice manifiestamente su alineamiento… vamos, sutileza cero, pero cumple su objetivo y en solo un tomo tenemos radiografiados a todos los personajes lo justo para que cuando tengan lugar esos giros que siempre suceden en Clase Letal, te deje con el culo torcido y ganas de más.
Y por si fuera poco, de los cinco números que recopila, le sobra uno completo para abrir otra trama completa y para una nueva pirueta para tirarnos a la cara.
Lo que hace que esta serie funcione es que Remender consigue hacer de su falta de sutileza y sus limitaciones una virtud. Por ejemplo, nada más empezar ya tenemos un festival de captions de voz en off de Saya. En cualquier otra serie, habría resultado cansino, acartonado y redundante, pero en Clase Letal se transforma en un apoyo a ese tono tan admirablemente absurdo y emo de drama adolescente. Lo que en otra historia nos habría provocado echarnos las manos a la cara, aquí nos lleva a la sonrisa cómplice.
Estamos ante una serie adolescente para un público de más de 30 y de un ámbito muy concreto, como demuestra la época en que se ambienta o las referencias a D&D. Clase Letal es una serie para ver con nostalgia y con una idealización de lo adolescente tan inverosímil, acartonada y afectada, como fresca, flipante y orientada al espectáculo puro, a la acción desenfrenada y los giros argumentales que provocan luxaciones. Con todas sus pequeñas torpezas, con sus villanos poochie y sus trampas argumentales Clase Letal es una de las las mejores series del mercado actual y sin duda la más trepidante.
Sin duda una enorme parte de la culpa de que Clase Letal sea tan vertiginosa la tiene Wes Craig y su compinche al color, Jordan Boyd, que sigue la pauta marcada por Lee Loughridge al inicio de la serie con colores sólidos e intensos. Craig es uno de los dibujantes actuales mejor dotados para las escenas de acción. Resuelve con cierta elegancia las secuencias de calma, pero con su trazo sencillo aunque no exento de cierta suciedad y sus composiciones locas consigue que Clase Letal se mueve a esa velocidad de pánico que nos estremece.
Mantener esta fórmula donde todo es cada vez más intenso durante 5 tomos es increíblemente difícil y eso, por más que se le puedan criticar otras muchas cosas a Remender, es un mérito que ninguna otra serie consigue a este nivel en la actualidad. Estamos ante la serie regular más flipada que se publica hoy día y nada es demasiado sagrado, cualquier trampa vale para que Clase Letal sea lo más molón que puedes leerte.