Saludos espaciales, mis queridos lectores. Hoy seguiremos a dos desgracia a dos héroes del espacio a lo largo de sus aventuras. Con todos nosotros, Clarke & Kubrick.
Estos dos antihéroes de un futuro sucio y demasiado parecido a nuestro presente son los protagonistas de una de esas series de ciencia ficción que nacieron en los tiempos de las revistas de cómic españolas. Y un ejemplo de movilidad, porque nacieron en Rambla y se fueron a vivir a Cimoc. Y si nos ponemos estrictos, tuvieron una especie de “episodio piloto” con otros nombres en la revista 1984.
Vamos; que estaban en todas partes, como la chatarra espacial.
Los inútile trabajadores espaciales que nos presenta Alfonso Font en estas páginas son los descendientes de muchos otros aventureros del espacio. Es fácil pensar en aquellos tripulantes de la Nostromo, pero a mí personalmente lo más antiguo que me viene a la cabeza es aquel par de pilotos que tuvieron que hacer Un anillo alrededor del Sol, allá por 1938.
Y no hay que haber leído demasiado a los clásicos para pensar en Valerian y en Laureline. Si es que con mirar al alienígena amarillo de la portada vemos a un shingouz despistado…
Donde quizás no los veo es en una cantina espacial, esperando por pasajeros a los que sacar discretamente del planeta…
Y es que los guiones de Font se alejan del camino marcado por La Guerra de las Galaxias y se acercan más a la ciencia ficción europea de los 70 y 80. Mezclando sátira, crítica, denuncia social y humor con la excusa de que estamos en el futuro.
Tendremos casi siempre historias cortas llenas de trabajo rutinario, intentos de estafa, malentendidos, planes que no funcionan… Concretamente once historias cortas y dos largas.
Pero a diferencia de otros pícaros o estafadores de los diferentes mundos del futuro, estos gafe muchachos a los que enseguida cogemos cariño son más las víctimas que los estafadores.
La lectura de estas historias puede hacerse algo lenta. Estamos ante unas aventuras donde se habla mucho. Tendremos mucho texto que leer y el interlineado entre frases hará que sea algo lento.
¿Y qué tipo de futuro se nos presenta en estas páginas? Uno en donde lo necesario para la acción es real y posible. La “ciencia ficción dura” se ha ido de vacaciones y está en un crucero alrededor de las Lunas de Saturno.
Hablemos del dibujo y del color. Font tiene un dibujo que podríamos clasificar como sucio. Desde los propios personajes y sus caras mal afeitadas hasta sus uniformes, que no son precisamente ejemplos de la elegancia espacial de Flash Gordon.
A juego con sus personajes e historias, los ambientes y paisajes están llenos de detalles sucios y mundanos. No estamos ante un futuro limpio y aséptico como el de aquella Odisea Espacial del 2001 (que, por cierto, parece haber influido algo en los nombres de nuestros aventureros).
Pero todo es creíble.
Desde las sucias calles a las selvas llenas de plantas y animales. Desde un paisaje montañés que vemos totalmente real hasta esas naves espaciales a medio camino entre la ingeniería real y la imaginación de autores como Kirby.
El color es el típico de la época. Y carga con la herencia de las limitaciones de las imprentas de ese momento histórico. Por eso podremos tener cambios de color o contrastes arriesgados como verdes y rosas decorando interiores. Pero eso es parte del encanto de este tomo de ECC.
Hablemos de la edición. Se echa de menos un índice. A modo de extras tenemos seis páginas de bocetos, estudios de personaje e ilustraciones. También tendremos portadillas hechas con viñetas en blanco y negro.
¿Por qué leer Clarke & Kubrick?
Aventuras creíbles de personas normales. La mezcla de humor, aventura y crítica social.
¿Por qué no leer Clarke & Kubrick?
Buscas aventuras pulp llenas de emoción y héroes sin tacha ni fallo.
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