Desde que nos quedamos a medias con el continuará con el que terminó Strangers In Paradise XXV, estábamos contando los días hasta la llegada de Cinco Años, el anunciado crossover del Terryverso. Y tras la celebración del 25 aniversario de la serie que marcó toda la obra de Terry Moore, hemos tenido que esperar exactamente 25 meses para leer su conclusión.
Cuando decimos crossover no lo hacemos con las connotaciones negativas que tiene el término en el género superheroico. Estamos ante el gran evento que unifica -más o menos- todas las series del autor, que llevamos viendo que comparten universo desde la aparición de Tambi en Echo y quedó mucho más claro en Strangers in Paradise XXV. En Cinco Años tenemos el desarrollo y conclusión de la trama de la bomba Phi descubierta en SiP XXV: hemos dado un puñado de pasos atrás en la paz mundial y hay una nueva carrera armamentística por el desarrollo de un arma de destrucción masiva como nunca antes se había visto. No es que pueda aniquilar toda una zona del planeta, o incluso destruirlo: puede acabar con el universo entero. El reloj del apocalipsis sobre el que están las protagonistas en la portada no es casualidad. Si acaso, podemos decir que es demasiado optimista. Se ve que marca cinco minutos para la medianoche. y en el mundo real estamos a poco más de minuto y medio.
Para ello, toca reunir un equipo de intervención para evitar que esta bomba sea construida nunca. Y fundamentalmente, nos encontraremos un más difícil todavía con las chicas Parker y personajes de Rachel Rising en una misión internacional para salvar la existencia. Se nos había anunciado Cinco Años como la historia en la que se juntarían todas las creaciones del autor y técnicamente es así, pero en tan solo diez números americanos no hay sitio para desarrollar una trama y dar momentos de gloria a todos los personajes. Así, Francine queda casi relegada al papel de madre abnegada que se queda en casa cuidando de las hijas, Sam de Motor Girl se limita prácticamente a un par de cameos y Julie de Echo tiene un papel importante en la trama -la idea de Phi se presenta originalmente en su serie- pero básicamente tiene un par de apariciones secundarias y una hacia el final con su pequeño momento de gloria personal. ¿Quiénes son las grandes protagonistas de Cinco Años, entonces? Katchoo, siempre Katchoo, Rachel y Zoe, un personaje que se apropia de la escena cada vez que aparece y al que volveremos a ver en Serial, la última creación de Terry Moore.
A estas alturas de su carrera, Terry Moore ha descubierto la fórmula con la que se siente cómodo y no se mueve de ella. Es muy distinto, tanto en su técnica gráfica como en sus planteamientos emocionales, del autor que empezó SiP en los lejanos años 90, pero si has leído las más recientes Motor Girl o Echo sabes perfectamente qué te vas a encontrar. Como guionista destaca especialmente en la caracterización de personajes y en los diálogos -es, sin duda, uno de los mejores dialoguistas del indie americano-, y como dibujante, tiene un trazo muy limpio y es muy bonito de ver, y una narrativa clara pero sin lugar a experimentos de ningún tipo. El mayor pero que se le puede poner quizás es que hay ciertos personajes a los que cuesta distinguir de otros en alguna ocasión.
Si bien es cierto que siempre es agradable reencontrarse con Francine y Katchoo -si no estás enamorado de la una, la otra o las dos, háztelo mirar-, hay que decir que Cinco Años es quizás una de las menos inspiradas de las obras personales de Terry Moore. La historia está bien planteada y es interesante, pero da la sensación de que todo ocurre demasiado rápido. Sí, es cierto que es una carrera con cuenta atrás contra el fin del mundo, pero quizás habría requerido más páginas para desarrollar con más profundidad los acontecimientos, y para darle más cancha a alguno de los personajes, que se quedan en simples guiños. Pero aún así, un Terry Moore por debajo de su nivel habitual está por encima de la media.