Se lleva repitiendo de un tiempo a esta parte como si fuera un mantra que Image es la sucesora de lo que en su día fue Vertigo, y no sólo por el hecho de que las series publicadas bajo este sello sean propiedad de sus autores, que también. Aparte del tema de la propiedad intelectual, tanto la editorial presidida por Todd McFarlane como el difunto sello adulto de DC Comics coincidían en una libertad creativa casi absoluta y una búsqueda de temas nuevos y formas diferentes de contar las cosas. Pero Image terminó imponiéndose a Vertigo por dos motivos principalmente. Uno de ellos son unas condiciones económicas notablemente más ventajosas para los autores que trabajan para la editorial de Portland. Y el otro es que, al ser una editorial totalmente independiente, no tiene, a priori, límites sobre lo que se puede contar y lo que no. Ha habido títulos dentro de subsellos de DC que han tenido problemas con la línea editorial de la casa madre, como el reciente Second Coming de Mark Russell, en Vertigo, o, algo más atrás, The Boys de Garth Ennis, en Wildstorm. Esto no ocurre en Image. Si en esta editorial, Rick Remender quiere lanzar su propia versión de los Cuatro Fantásticos en la que Reed Richards es un científico loco y un padre espantoso que tiene un lío con su ayudante, lo hace y ningún editor se le va a quejar.
Porque a grandes rasgos esa es la idea detrás de Ciencia Oscura. Remender coge el concepto de los 4F, lo reduce a sus características más básicas y con ellas construye una historia totalmente nueva pero que deja un toque conocido en el fondo del paladar. ¿Y qué es lo que caracteriza a la Primera Familia de Marvel? ¿Qué es lo que les hace ser lo que son? El dato fundamental es el hecho de que son una familia. Eso sí, son una familia articulada alrededor de un científico tremendamente brillante, cuyo objetivo vital es forzar las leyes de la física hasta donde sea posible, lo cual hace que, en más ocasiones de las que debería, sus seres queridos pasen a un segundo plano. A eso le podemos añadir que los Imaginautas de Marvel son los responsables de buscar los límites de la realidad en su universo superheroico, que el líder del grupo tiene una némesis, y que si estos dos tipos remaran en la misma dirección, el Universo Marvel podría ser una auténtica utopía.
Y sobre estas ideas básicas, Rick Remender crea su propia historia añadiendo un par de ideas súper locas que hacen de Ciencia Oscura uno de los cómics más imaginativos y a la vez más desquiciados de los últimos tiempos. En una historia que comienza in media res, conocemos a Grant McKay, fundador de la Liga Anarquista de Científicos, un tipo que ha dedicado toda su vida a la investigación transdimensional y a la construcción de un artefacto al que llama el Pilar, un aparatejo que sirve para pegar brincos entre dimensiones y que, como no podía ser de otra forma, empieza a fallar al poco de comenzar la misión. El concepto del multiverso de Ciencia Oscura es también conocido para los lectores de cómic superheroico, pero llevado al límite. Tal y como hemos ido leyendo a lo largo de las últimas décadas, un cambio en la vida de un personaje provoca una realidad totalmente distinta a la conocida. En el Otros Mundos Batman: Terror Sagrado, Oliver Cromwell vivió diez años más, y el eco de ese cambio en la historia hace que Estados Unidos sea un estado teocrático en el S.XX. En La era de Apocalipsis de Marvel, la muerte de Charles Xavier en el pasado hace que nadie pare los pies a Apocalipsis cuando intenta conquistar el mundo. La idea de Rick Remender va un paso más allá: ¿y si no sólo las decisiones de determinadas personas clave tuvieran la influencia suficiente para crear una línea temporal paralela? ¿y si se creara una nueva dimensión por cada decisión que toma cada ser vivo desde el origen de la vida en la Tierra? Así, tenemos mundos razonablemente parecidos al nuestro aunque con importantes cambios, como el hecho de que los nativos americanos sean una civilización tecnológicamente avanzada, y otros tan diferentes como que las especies que los habitan no son ni remotamente reconocibles.
Aunque la idea de partida de Rick Remender, la deconstrucción y posterior reconstrucción de los 4F, sea tremendamente potente, hay que reconocer que según va avanzando la historia va divagando cada vez un poco más. No vamos a decir que cueste seguir la historia, pero sí que es cierto que lo que inicialmente es una versión over the top de los orígenes del Universo Marvel, poco a poco empieza a liarse con más y más historias paralelas, haciendo que cueste un poco seguir la trama. Quizás en este caso, la recopilación de la serie en estos volúmenes de lujo que acaba de empezar a lanzar Norma, en tamaño oversized y cartoné con sobrecubiertas, es una buena opción. No sólo permite disfrutar en un tamaño mayor el impresionante arte de Matteo Scalera, auténtico protagonista de la serie, sino que además, al disponer el lector del equivalente a tres tomos de tapa blanda de golpe, la inmersión en la lectura será mayor.