Fue muy difícil elegir sólo 15 historias. Lo que tienen en común las protagonistas de nuestro cómic es que son mujeres que han roto con los estereotipos, mujeres que han deseado y que han luchado por realizar sus deseos, mujeres que no han actuado sólo para ellas mismas y que han pagado muy alto el precio de querer imponer su presencia en el espacio público. Sergio y yo queríamos transmitir a las chicas y a los chicos que lean estas páginas, que el mundo se puede cambiar cuando hombres y mujeres colaboran sin miedo a la libertad de las unas y de los otros. Entrevista a Assia Petricelli en Rai Cultura

Vivimos una época dorada para la literatura feminista. De un tiempo a esta parte las librerías se llenan de libros (y cómics) destinados a dar a conocer la historia y los principios del movimiento feminista. Ya es muestra de que vamos por el buen camino la proliferación de cómics protagonizados por mujeres (y no necesariamente escritos por mujeres), como Leñadoras, Fuerza-V o Paper Girls; pero también son cada vez más los cómics orientados a difundir las vidas de mujeres que han marcado hitos en la historia con su trabajo o sus reivindicaciones, como Valerosas o Sally Heathcote, sufragista. ¿Son cómics necesarios a día de hoy? Más que como elementos reivindicativos, su función es la de echar luz sobre personajes de nuestra historia reciente muchas veces eclipsados por los hombres, o cuya historia simplemente no trascendió las fronteras de su país en suficiente medida (antes de la existencia de internet y las redes sociales, sus hazañas no obtenían tanta difusión como ahora). Este Chicas Malas rompe una lanza a favor de esas mujeres que no se conformaron con el papel al que la sociedad las había relegado.

Angela Davis

Cuando se habla hoy de patriarcado suelo arquear una incómoda ceja. No es cierto que vivamos en una sociedad patriarcal: hoy el Estado no pone impedimento a las mujeres para votar, casarse o divorciarse con quien quieran, presentarse a cargos públicos, conducir un vehículo, abrir negocios o expresar públicamente sus opiniones. Otra cosa bien distinta es que la sociedad en su conjunto (no el Estado como estamento público) pueda aún mostrar algunos comportamientos sutil o abiertamente machistas, como el techo de cristal en algunas empresas o expresiones que se pueden escuchar en la calle como “mujer tenías que ser”, que no hacen sino dar combustible a las reivindicaciones feministas. Esto no fue siempre así, como demuestran las historias recogidas en Chicas Malas, donde se nos muestra la vida y lucha de 15 mujeres (lástima, ninguna española) que se rebelaron contra esas normas, legales o sociales, que las constreñían en la cocina, cuidando de los niños o, simplemente, detrás de cada gran hombre.

Tenemos historias tristes como la de Olympe de Gouges, autora de la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana (1791) que parafraseaba la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano del 26 de agosto de 1789, el texto fundamental de la revolución francesa, y que por sus ideas progresistas fue condenada a la misma guillotina que los reyes que ayudó a derrocar. Pero también a grandes pioneras con reconocimiento internacional, como Hedy Lamarr, actriz de la época dorada de Hollywood y que inventó junto al músico George Antheil la tecnología que más adelante daría paso a la comunicación inalámbrica; la periodista Nellie Bly, que inventó el periodismo encubierto al hacerse pasar por loca en un manicomio y destapar los malos tratos a los que se sometía a las pacientes; la italiana Elvira Notari, una de las primeras directoras de cine y precursora del melodrama urbano en su país; la física y química Marie Curie, una de las dos únicas personas en tener dos Premios Nobel de diferentes disciplinas; o la ciclista Alfonsina Strada, la única mujer que ha participado en un Giro de Italia masculino.

Aleksandra Kollontái

Pero también hay sitio para las activistas políticas, como Nawal El Saadawi, que se enfrentó a la dictadura egipcia de Mubarak con sus ideas feministas; o la rica y noble rusa Aleksandra Kollontái, que renunció a sus privilegios para defender al proletariado oprimido por el zar, y posteriormente luchó por los derechos de las mujeres oponiéndose al mismísimo Stalin; o la boliviana Domitila Barrios de Chungara, que defendió las mejoras en las condiciones laborales de los mineros de su localidad, enfrentándose también al presidente Barrientos.

Y no podemos olvidar a aquellas mujeres que se alzaron desde su condición oprimida para luchar no sólo por su libertad y sus derechos, sino por los de todos los hombres y mujeres que sufrían persecución por motivo de su raza o sexo, como la soldado Antonia Masanello, que se hizo pasar por hombre para luchar junto a Garibaldi por la unificación de Italia; la afroamericana Angela Davis, que luchó junto a los Panteras Negras contra el racismo imperante en la Norteamérica de los años 70; Claude Cahun, que con su ambigüedad sexual se abrió hueco en el movimiento vanguardista de principios del siglo XX y formó una célula de resistencia ¡de 2 personas! con la que tuvo en jaque al ejército nazi en Jersey durante la ocupación alemana de la isla; Franca Viola, que fue la primera mujer, en la Italia de 1966, que llevó a juicio a su violador para evitar el matrimonio reparador (una normativa que no se derogó hasta 1981); la cantante sudafricana Miriam Makeba, que con su música dio voz a las personas de raza negra de todo el mundo y contra el imperialismo en África; o la partisana italiana Onorina Brambilla, una de tantas que, como las Lobas belgas de La Louvière, formaron parte de la resistencia contra la ocupación nazi en Europa.

Marie Curie

En historias cortas de 4 páginas, la guionista Assia Petricelli y el dibujante Sergio Riccardi lanzan luz sobre las vidas de 15 mujeres rebeldes, chicas malas que, en la medida de sus posibilidades, hicieron del mundo un lugar mejor. Haciendo uso de un estilo de narración y dibujo amable, caricaturesco y no carente de humor, desdramatizan sus vidas, que no hubieron de ser fáciles, para hacer con ellas un muestrario de lo que las mujeres son capaces de hacer si se levantan y alzan sus puños contra las injusticias a las que se las sigue sometiendo en la sociedad. La lucha no es vertical, sino horizontal: su mayor enemigo es la misma sociedad que les otorga un lugar inferior al del hombre. Una vez que esta lucha horizontal esté ganada, la vertical se ganará sola.

Los autores:

Assia Petricelli es autora de documentales y audiovisuales de entretenimiento educativo para jóvenes y adultos. Su pasión es la narración por imágenes. Escribe guiones de cómics para distintas revistas. Sergio Riccardi, escenógrafo en el cine y en la televisión, trabaja como diseñador de personajes, animador y creador de guion gráfico. Además se dedica a ilustrar libros infantiles y cómics. Esta obra fue galardonada en 2014 con el premio Andersen (revista mensual de literatura e ilustración infantil) al mejor cómic.

Nawal El Saadawi

La editorial Liana estrena su sello Bromelia de cómic con este Chicas Malas, un cómic necesario para descubrir las vidas de estas mujeres que dejaron su huella indeleble en la sociedad de su época y, por ende, en la de generaciones futuras.