Se dice desde hace tiempo que los nuevos tomos de Usagi Yojimbo no están a la altura de los momentos dorados de la serie, décadas atrás. Pero también es cierto que es difícil estar a la altura de la propia leyenda de una de las obras más importantes del cómic independiente americano, más aún cuando lleva la friolera de treinta y cinco años publicándose. Aún así, Stan Sakai es uno de esos autores que se ha ganado por derecho propio que se preste atención a cada título nuevo que lanza al mercado. Incluso cuando es un cómic infantil, como este Chibi Usagi: El ataque de los Yuyu Chibis.
Chibi Usagi -no, nada que ver con Sailor Moon– es una versión suavizada, tanto estética como argumentalmente, del personaje, que ya llevamos viendo desde hace tiempo. Ha aparecido en historias de complemento en la serie principal, como ya pudimos ver en Misterios, y coprotagonizó su propio cómic en el Free Comic Book Day de 2020, compartiendo páginas con la versión clásica de Miyamoto Usagi. Este particular team-up, por cierto, se incluye en las últimas páginas de este tomo.
El ataque de los Yuyu Chibis nos presenta a las versiones chibi -término de sobra conocido para los consumidores de cultura japonesa, quizás no tanto para el lector medio de cómic americano- de Usagi, Gen y Tomoe, que se encuentran a un Dogu, una curiosa criatura hecha de barro, mientras pescaban anguilas. El Dogu les pide ayuda para rescatar a su pueblo, capturado por el malvado Rey Salamandra y su ejército de Yuyu Chibis. Y allá que se van los tres amigos a ayudar al necesitado, cuales Quijotes infantiles.
La historia que nos cuentan aquí JUST Sakai -el equipo creativo formado por JUlie y STan Sakai- tiene todos los elementos de una entrega de Usagi Yojimbo, pero dulcificada para ser apta para el público infantil, de 6 a 9 años, al que va enfocada. Las referencias a la historia y mitología de Japón están presentes, aunque no tienen tanta importancia como en los tomos del Usagi adulto. Así, por ejemplo, los Dogu son unas figuritas de barro que datan de la prehistoria del país. El Rey Salamandra, en lugar ser el anfibio que es esta criatura en la realidad, está más cercano al elemental del fuego que se suele encontrar en fantasía heroica. Y los Yuyu Chibis -en el original, Heebie Chibis, un intraducible juego de palabras con heebie jeebies, miedo- no dejan de ser una horda de yokai.
Esta obra viene firmada por la familia Sakai al completo. Stan, al frente, como creador de los personajes, pero también compartiendo tareas de guión y dibujo con su esposa Julie Fujii Sakai, con la que se casó en 2015, menos de un año después del fallecimiento de su anterior pareja. El color es de Emi Fujii, la hija de Julie, que utiliza paletas de colores muy similares en las escenas del Usagi adulto y el del Chibi, pero en las de la versión infantil son más planas, apreciándose diferencias entre ambas pero de manera sutil.
Siendo consciente del público objetivo de esta obra, el resultado final es más que respetable. Si alguien espera una obra a la altura de las entregas de la serie principal de Usagi Yojimbo, sin duda se sentirá decepcionado. Pero Chibi Usagi es una historia que puede gustar a los más pequeños de la casa, y servir como presentación de un personaje que, en años posteriores, puede llegar a fascinarles como lleva haciendo a lectores de generaciones previas durante más de tres décadas.
