Voy a ir de frente: Tras la lectura de Geiger, estoy completamente dentro de este universo creado por Geoff Johns y Gary Frank en el subsello Mad Ghost. Como comentaba en la reseña de la serie introductoria, los directores de orquesta han planificado un buen número de series que construyan la historia, pero alternando entre géneros muy diferentes, especialmente por la época y atmósfera en que están ambientadas cada una de ellas. El hecho de que los Sin nombre sean héroes de épocas que abarcan desde finales del siglo XVIII hace que vayamos a poder disfrutar de historias de magia con soldados británicos, monstruos glaciares, héroes radiactivos o familias futuristas, entre otras muchas. Después de la primera serie, Planeta nos trae Chatarra Joe, una serie de los mismos autores, con tintes bélicos y ambientada en la Guerra de Vietnam, donde fue activado por primera vez este robot militar destinado a cambiar el potencial armamentístico de EE.UU.
Esta miniserie alterna dos épocas: 1972, con la primera misión de Chatarra Joe y un pelotón que no sale de su asombro al descubrir que el novato que se ha unido al pelotón es una máquina, y el presente donde «Muddy» Davis decide abandonar la tira cómica que le ha mantenido desde que volvió de la Guerra de Vietnam, sin saber bien si lo que vivió allí fue real o no. Al barrio de Davis llegan unos nuevos vecinos, aunque las capacidades sociales del veterano no están en lo más alto de sus capacidades, además de que el dibujante ha perdido la inspiración artística tras el fallecimiento de su esposa. Todo cambiará cuando su antiguo compañero de pelotón vuelva a aparecer en su vida a la misma vez que un misterioso grupo está intentando localizar al robot militar.
Como decía al principio, de todas las series anunciadas, y simplemente por ver la portada, esta y Casaca Roja eran las que a priori me interesaban menos, porque el género bélico no es precisamente mi fuerte, y sea en la Vietnam de los años 70 como en los tiempos de los casacas rojas británicos, me parecían las menos atractivas a pesar de que sus equipos creativos sí me parecían muy interesantes. Pues menos mal que, tras la satisfactoria experiencia de la lectura de Geiger, decidí entrar de lleno con todas las series que publiquen, porque con Chatarra Joe me lo he pasado francamente bien. La química entre Johns y Frank hacen que la lectura sea fulminante y sin pie a plantearte leerla en más de una sesión. Una vez empiezas a leerla, no da lugar a que puedas pensar en abandonar la lectura y solo estás deseando leer más y más hasta llegar al final.
Aunque pueda dar la impresión de ser una serie bélica, nada más lejos de la realidad, porque aunque sí vemos los inicios de las aventuras del robot, cuando salta al presente vamos a ver una serie con ese espíritu de película ochentera a lo Terminator o Starman, en la que un humano tendrá que aprender a relacionarse con un ser no-humano dando pie a divertidas situaciones que relajen un poco la tensión de la parte más puramente de thriller. El hecho de que además, vayamos combinando esas líneas argumentales con saltos hacia el pasado que permiten comprender mejor el bagaje del protagonista y cómo ha llegado al punto «actual», no hacen sino aumentar el disfrute de su lectura.
Una vez más, el dibujo de Frank es una de las facetas más atractivas del cómic. Sin duda, la química con el guionista es un punto muy a favor de la serie, porque es innegable que entre ambos no solo se complementan, sino que suman con la combinación, pero es que dando eso por asumido, la parte puramente gráfica es muy pero que muy disfrutable. Con una narrativa muy cinematográfica y una potente expresividad de los personajes, la historia se deja leer prácticamente sola, y algunas escenas las vamos a leer con la sensación de que estamos viendo una película, por los cambios de foco, y la potencia de ciertos planos. Brad Anderson complementa muy bien el trabajo de Frank, con paletas discretas que toman protagonismo cuando toca hacerlo.
En definitiva, Chatarra Joe es una serie que forma parte de un universo concreto, pero que se puede leer de manera independiente sin miedo a no entender lo que estamos leyendo. Una serie que nos retrotrae a un tipo de cine de hace 3-4 décadas muy concreto, pero que funciona igual de bien. Historia entretenida, muy adictiva, y que puede gustar a todo tipo de lectores. No os dejéis engañar por la portada y el protagonista, que tiene tanto de bélico como podía tener Depredador: es una historia en la que hay militares, hay escenas en la guerra, pero no son las que van a mover el peso de la historia. Si con Geiger ya estaba dentro de este mundo de los Sin nombre, con Chatarra Joe estoy contando los días hasta que nos llegue la siguiente de las series. Quiero más. No… necesito más.
Lo mejor: Se le podrán achacar mil cosas, pero la manera de contar historias que tiene Geoff Johns me sigue suministrando momentos de verdadero disfrute lector. Y si encima está dibujado por Gary Frank, ni te cuento…
Lo peor: Entrar en este universo demasiado tarde, y que se te acumulen lecturas y compras de las que puedes arrepentirte por no haberlas hecho en su momento.