El año pasado comentamos el cómic Averno, el trabajo con el que Sarah con Hache había triunfado en una exitosa campaña de crowdfunding y que posteriormente publicó en España a través de Serendipia y en Holanda a través de Reboot Comics. Su gran acogida hacía inevitable su continuación, Celestial, que se gestó con el mismo modus operandi, esto es, su correspondiente campaña de crowdfunding (que volvió a arrasar, superando con creces el 250% de la financiación necesaria para salir adelante) y posteriormente su lanzamiento a tiendas a través de la editorial de Ciudad Real.
La historia se continúa desde el anterior libro: Tras la apertura de una grieta que conectaba cielo e infierno, por la que entraban pajarillos a los terrenos gobernados por el Diablo, este enviará a su hija a investigar la causa de dicha brecha entre mundos. Satanna aprovechará ese mundo de bondad y ángeles sin sexo para dar rienda suelta a todas sus tentaciones, así como a poner a prueba el autocontrol de los puros seres que habitan el cielo. ¿Creéis que lo conseguirán? Evidentemente no.
Celestial sigue siendo una obra erótica que prioriza la diversión y las escenas picantes, pero algo ha cambiado con respecto al anterior libro. Y es que precisamente lo que menos me había gustado de Averno era un guion un poco más disperso, que hacía que pareciese un conjunto de escenas o sketches sin una línea argumental, no tanto clara, sino con peso y protagonismo. En ese sentido, esta segunda historia cumple con creces las expectativas en cuanto a historia, porque ya se adivina mucho mejor una historia río, sin que ello obligue a quitarle sitio a escenas divertidas y picantes. Es más, las escenas de tramas secundarias aportan mucho más a la historia, como el origen del cuerno cortado del Diablo o la Inmaculada Virgen que se mantiene firme a cualquier tentación. Todo ello, teniendo claro que la trama principal sigue siendo el averiguar el origen de la brecha abierta entre mundos.
Pero si algo sigue llamando la atención a primera vista es el fabuloso dibujo de Sarah, con un estilo cartoon que sienta de fábula a una historia como esta: Sensual, divertido y con un manejo del color en el que cambiamos las paletas violáceas y rojas por otras más amables, azules y amarillas que dan un aspecto calmado al cielo y sus habitantes. Además, hace un trabajo fantástico a la hora de diseñar los escenarios, aportando un aspecto de oficina, con sus ángeles en camiseta y dulces asistentes de aspecto inocente y minifaldas imposibles.
En todo caso, hay que dejar muy claro que el lector que se acerque a Celestial o a Averno, va a encontrarse con una historia con la única pretensión de hacer pasar un rato divertido de lectura y despertar sensaciones estimulantes a través de una historia sencilla y simpática. Que nadie espere una compleja trama de intrigas palaciegas ambientadas en el Inframundo o luchas de poder por gobernar cielo o infierno. Ni es la pretensión de su autora… ¡ni falta que le hace! Hay cómics en los que lo que nos apetece es echar un buen rato de lectura y sacarnos una sonrisa, y en ese aspecto, sobre todo ahora con este segundo libro de la serie, Sarah con Hache lo consigue y con creces.
En definitiva, Celestial desmiente aquel dicho de «Nunca segundas partes fueron buenas», brindándonos una continuación de la historia planteada en Averno pero con un camino central mucho más evidente y manteniendo el mismo espíritu de divertir con sus juegos entre el bien y el mal, así como por sus situaciones picantes. Con un final abierto a otra nueva aventura, espero que estemos ante el comienzo de una larga serie en el que podamos seguir conociendo a Satanna, el Diablo y ¿por qué no? a Angie… Para lectores juguetones que no se dejen escandalizar y sepan entender el juego de su autora.
Lo mejor: La mejoría en cuanto a historia y guion. El dibujo de Sarah sigue siendo… celestial.
Lo peor: Aléjense mentes sensibles o devotos creyentes sin sentido del humor.