Aprovechando la versión cinematográfica de nada menos que M. Night Shyamalan, Astiberri reedita una de las obras más aclamadas del artista suizo Frederik Peeters. Castillo de arena está escrito por el cineasta Pierre Oscar Lévy quien, a pesar de haberla concebido inicialmente como un cómic, siempre tuvo en mente que era una obra perfecta para ser adaptada a la pantalla grande. Ha tardado pero finalmente, diez años después ha conseguido hacerlo, y de manos de uno de los referentes del thriller sobrenatural.
La acción se sitúa en una cala de una playa cualquiera, donde acaban llegando trece personas. Su llegada coincidirá con la aparición de un cadáver, a partir de lo cual comenzarán a aflorar sospechas y acusaciones hasta que se den cuenta de que algo raro sucede allí. El tiempo avanza a un ritmo fuera de lo normal, y tampoco parece posible salir de esa zona. Ante tal escenario, el ser humano se comporta como solo el ser humano es capaz de comportarse…
La obra tiene muchos puntos de interés. Posiblemente el más llamativo sea el brillante trabajo de Peeters en la narración, manejando a la perfección la tensión de la historia y las expresiones de los propios personajes, revelando mucho más de lo que aparenta ser. Porque estamos ante una historia con reminiscencias a Buñuel y que aparenta estar centrada en un misterio sobrenatural… pero realmente Lévy y Peeters nos están haciendo un análisis del ser humano, concentrando en un período de tiempo muy concreto reacciones habituales y comunes a lo largo de toda una vida.
El hecho de que el tiempo esté acelerado nos muestra todo un carrusel de reacciones: la desconfianza, el racismo, el odio, el deseo, la desesperación… Vemos a los personajes comportarse de una manera que, en esta obra concreta limitada a un solo día, nos resulta llamativa pero que si se hubieran distribuido a lo largo de años no resultarían tan chocantes para el lector, serían mucho más comprensibles. Los autores juegan precisamente a confundir, a mostrarnos una historia onírica en la que los personajes no consiguen despertar de su pesadilla y sacan lo mejor y lo peor de cada uno de ellos. Son familias que no se conocen, y que se ven envueltas en esa situación, actuando cada una de un modo diferente y revelando la naturaleza del ser humano. Como cabe esperar, los niños son los seres más puros, los que se alejan de los problemas con una actitud de avanzar hacia delante, en lugar de quedarse arrinconados por el pánico.
Pero que nadie se deje engañar. El principal problema que puede tener esta obra es su apariencia de historia de suspense con un misterio «por resolver». El conflicto no es más que un McGuffin para mostrar la naturaleza humana, y que nadie espere una historia donde todo queda explicado y justificado. La idea original es la búsqueda del impacto en el lector por ver condensado todo, y está bien hilado por dicho misterio, pero insisto y aviso para que nadie se lleve a desilusiones esperando algo más cercano a las obras del director indio.
Eso sí, el ritmo de la obra es trepidante, y está conducido por un brillante Peeters que hace que la lectura sea tan magnética como disfrutable. Te bebes literalmente las 100 páginas de historia de una sentada y tiene muchas capas de lectura sobre las que volver una vez finalizada la primera de ellas. Un Peeters especialmente brillante, y que vuelve a sacar oro del uso del blanco y negro.
En definitiva, Castillo de arena es una obra que invita a la reflexión, a la autocrítica y a valorar la relatividad del tiempo. Plasmado como un cuento que alterna el costumbrismo, el género negro y el thriller sobrenatural, resulta una lectura muy entretenida y que alienta al diálogo una vez finalizada para discutir sobre ella. Con un dibujo a la altura del mejor Peeters, y esta edición en gran formato, cartoné y papel offset, podemos considerarla la «edición definitiva» de una de las mejores obras del genio suizo. Y si no de las mejores, de las que más poso va a dejar en el lector tras su lectura…
Lo mejor: La reflexión que hace sobre el ser humano, oculto tras una historia con un misterio sobrenatural.
Lo peor: Leerla esperando que todo va a quedar resuelto.