Con frecuencia comentamos que el cómic infantil cada vez está recuperando con más decisión el sitio que llegó a tener en el mercado español cuando muchos de nosotros empezamos a leer. Cuando yo era niño los kioscos (sí, los cómics se compraban allí) estaban repletos de publicaciones infantiles, los propios periódicos traían suplementos infantiles repletos de cómic. Con el tiempo, el mercado ha pretendido seguir vendiéndonos cómics a los niños de antaño, ahora que tenemos un poder adquisitivo muy superior al de entonces. Eso provocó que cada vez fuera más difícil encontrar publicaciones orientadas directamente a un lector infantil, y mucho menos si buscábamos ediciones originales y no importaciones de otros mercados. Casa Desastre es la señal más evidente de la salud de un mercado infantil de cómic que no solo busca traer nuevos lectores, sino que además se esfuerza por aportar propuestas originales y novedosas en cuanto a contenido. Blackie Books ha publicado este título, además, en castellan y en catalán.
La obra viene acompañada de un fajín promocional con multitud de referencias con las que atraer al público y, aunque entiendo que cualquier esfuerzo es poco para captar la atención del público en una librería hoy día, creo que Casa Desastre tiene una personalidad muy potente por sí misma, y no busca hacer homenajes ni evocar ninguna otra serie, sino crear su propio universo de personajes imposibles que seguro van a sacar una sonrisa a los más pequeños. Y es que entre los personajes encontramos desde un tallarín, a un fantasma, una planta que riega y cuida el jardín, una bota vieja o un topo, entre otros muchos. Lejos de esas otras obras con animales antropomórficos, aquí todo cobra vida, sea animal, vegetal o hasta ropa.
El planteamiento de este libro me parece que tiene especial interés para un mercado infantil, porque está planteado en pequeños capítulos independientes en los que se nos presenta a cada uno de los personajes, pero que además vienen precedidos de una pequeña introducción en texto con una fuente de gran tamaño (no olvidemos para quién está pensado este libro) de una o dos páginas. Eso permite que aquellos niños que no estén aficionados a la lectura de libros sin ningún tipo de ilustración, tengan un breve contacto con ella, y puedan descubrir que no es algo tan temible o aburrido como algunos piensan.
Los capítulos acaban conectando a todos los personajes y construyendo una historia que va desmadrándose cada vez más, por lo que la lectura global acaba siendo una experiencia interesante. Gran parte de cómics infantiles están pensados en historias cortas a modo de gags, pero esta combina esa fórmula para crear una historia río donde acaban confluyendo todos. El combinar texto con cómic al uso, así como historias cortas que acaban formando parte de una más larga conforman una experiencia lectora que puede resultar muy novedosa para los peques.
En definitiva, Casa Desastre es un cajón desastre de personajes muy locos, con un dibujo desenfadado y divertido que enganchará a los más pequeños de la casa. Una historia contada planta a planta de un edificio donde conviven una serie de personajes variopintos, con un tono muy simpático y gamberro que resulta bastante divertido. Si piensas en un cómic que regalar a un niño a partir de los 6-7 años, creo que esta es una buena opción por lo completa que resulta y el tono que emplea, algo que les resultará llamativo a los lectores.
Lo mejor: Gamberro y desenfadado. Combina texto con cómic, historias cortas y largas, puede ser una gran oportunidad para acercar el cómic a los niños.
Lo peor: Que el edificio no tenga piscina… bueno, algo se nos ocurrirá.