Tras Generaciones y Tiempos precarios, La Cúpula nos trae la última obra de Flavia Biondi. Con La casa de las magnolias la autora italiana vuelve a contarnos una historia de relaciones personales y de vidas con obstáculos que superar, con el mismo tono pausado y cercano al que nos tiene acostumbrados. Biondi nos presenta a dos personajes heridos, en un momento complejo de su vidas, que van a coincidir en un punto en el que tanto pueden ayudarse entre sí como hacer que caigan aún más en el pozo del que intentan salir.
Ada es profesora, y se muda a un pequeño pueblo de la Toscana a realizar una sustitución, huyendo de una ruptura. Amelia, sin embargo, vuelve al pueblo de su infancia a intentar concretar la venta de la casa de su abuela, tras su fallecimiento. Acaba de abandonar su puesto de trabajo y vive con continuos ataques de ansiedad. Ambas coinciden en el hotel de la localidad y, a pesar de sus diferencias, ambas encuentran en la otra una oportunidad para apoyarse en un momento difícil, aunque en algún caso ni sea consciente de ello…
Biondi cuenta la historia tomándose su tiempo, presentando la información justa y mostrándonos los «bordes cortantes» que han ido provocando las heridas de ambas protagonistas con paciencia. A pesar de compartir el mal momento en sus vidas y algunas síntomas de patologías psiquiátricas, Ada y Amelia son muy diferentes: una es impetuosa e impertinente, y la otra es discreta y apocada. Esos rasgos tan opuestos no hacen sino complementarse entre sí, y dan pie a una amistad sincera entre ambas.
El tema de la salud mental tiene gran peso en la obra, aunque deja entrever poca documentación al respecto, puesto que la representación de algunas de las patologías que se utilizan como motor narrativo y de caracterización no son del todo exactas. En ese aspecto, si se mira desde el punto de vista de la Medicina Gráfica, puede encontrársele alguna pega. No obstante, si se entiende como mero componente narrativo, reconozco que son elementos que enriquecen la historia y sirven para impulsar la relación entre ambas, puesto que precisamente esa debilidad hace que se entiendan mejor entre sí.
El dibujo de Biondi es tan sutil y atractivo como siempre, aunque en esta ocasión introduce un elemento nuevo como es el color. Sus primeras obras jugaban con el blanco y negro o el bitono, mientras que esta es a todo color. La paleta elegida es muy agradable, con tonos predominante cálidos para ambientar ese pequeño pueblecito campestre, inteligentemente enriquecido con unos toques verdes en momentos en los que pasamos a localizaciones con mucha vegetación. Esos momentos se reciben como un pequeño oasis dentro de la propia narración, y contribuyen a las ganas de relajarse junto a las protagonistas, aislándose del resto de los problemas del día a día.
En definitiva, La casa de las magnolias es una obra que se apoya en la dificultad de compaginar los problemas personales con las relaciones personales, avanzar en la vida y no anclarse en los recuerdos, y superar las diferencias familiares dando importancia al vínculo de la sangre. Una obra con una historia sencilla, pero con numerosas subtramas que no hacen sino mantener el interés por la lectura en todo momento, invitando a seguir averiguando las peculiaridades de cada uno de sus personajes y los detalles de sus pasados. Obra amable, pausada como la vida en la Toscana, en la que el aire cálido y los sonidos del campo casi atraviesan las páginas de este cómic.
Lo mejor: El tratamiento de los personajes, muy interesante. Resuelven los problemas de una manera realista, nada gratuita o facilona.
Lo peor: A pesar de ser comprensible el papel que juegan las enfermedades en la obra, en algunas facetas se muestra poco documentada.