Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Carretera fantasma 1

Carretera fantasma 1
Guion
Jeff Lemire
Dibujo
Gabriel Hernández Walta
Color
Jordie Bellaire
Traducción
Santiago García
Formato
Cartoné. 136 páginas. Color
Precio
18€
Editorial
Astiberri . 2024
Edición original
Phantom Road #1-5 (Image)

Raro es el mes que no encontramos un nuevo lanzamiento de Jeff Lemire en librerías. Sólo en los últimos, ya tenemos Mitos del Huerto de los Huesos, Little Monsters, Cazarranas, Los Increíbles Antiadolescentes, Laberintos o este Carretera Fantasma. En la misma semana de publicación de esta reseña llegará Las efímeras y es que esto es un no parar. Ante tal ingente producción, es normal que haya altibajos y, aunque tenga su legión de fans incondicionales, sin entrar en cuántas de cal y cuántas de arena nos dé, tenemos que admitir que tiene un poco de todo.

He aquí, sin embargo, que si nos vamos al plano gráfico, tenemos dos nombres que sí son garantía absoluta de calidad. Hablamos de dos autores que, sea mejor o peor el conjunto de la obra donde participan, sabemos que su trabajo va a ser, como mínimo, impecable. Así, a los colores tenemos a Jordie Bellaire, la artista que, por sobrados méritos propios, se ha labrado el título de reina del color en el comic-book USA.

Carretera fantasma 1

Y sabéis que he dejado lo mejor para el final y es tenemos al melillense Gabriel Hernández Walta al dibujo, que es sin duda el plato fuerte de Carretera fantasma. Walta y Lemire ya habían coincidido antes en Sentient o Barbalien, haciendo equipo también con Bellaire en esta última. Sin embargo, ambos títulos eran proyectos contenidos, miniseries de seis y cinco números respectivamente, y esta es la primera vez que se embarcan en una serie regular, que ya lleva en USA 5 números más de los que recoge este volumen de Astiberri y no tiene aún previsión de final.

Carretera fantasma nos cuenta la historia de Dom, un camionero en ruta que se topará con Birdie, una joven que acaba de sobrevivir a un accidente, y con un extraño objeto que a partir de ahora será su carga. El objeto llevará a nuestra pareja protagonista a una especie de mundo reflejo fantasmal, algo similar al mundo del revés de Stranger Things, lleno de monstruos y misterios en el nuevo rumbo que están obligados a seguir.

El principal reclamo de Lemire en Carretera fantasma es jugar a la trampa de darnos la información con cuentagotas, sembrar preguntas y, sobre todo, ocultar respuestas. Al terminar el tomo, la curiosidad está picada y el equipo gráfico se encarga de tenerte a bordo, pero no puedo evitar poner dos grandes pegas a la propuesta de Lemire. La primera es que este tomo se pasa en un suspiro y apenas nos ha presentado la historia, con énfasis en «apenas». Carretera fantasma 1 es prácticamente un pitch, el planteamiento de un relato que casi no llega a arrancar y que funciona por los anzuelos y ciertas semillas sugestivas en los personajes, que Walta se encarga de convertir en propuestas sólidas con su arte.

Carretera fantasma 1

La segunda pega es que para sembrar los misterios es manifiestamente tramposo, no deja que la pregunta nazca en el lector sino que amaga con enseñarte sus cartas, sólo para esconderlas acto seguido. Asoma la patita de los daddy issues — no podían faltar con Lemire — de todos los personajes, pero no nos dice en qué consisten. Nos deja caer que hay antecedentes a esta historia, pero no nos dice cuáles… incluso recurre a los flashforwards al inicio de cada capítulo y hasta al viejo truco del tipo enigmático que sabe todo lo que pasa, pero sólo da las respuestas justas. Y claro que todo esto forma parte del repertorio de argucias de guionista y si no existieran las historias serían muy aburridas, pero Lemire no está lo suficientemente hábil como para que no le veamos cómo se ha escondido la carta en la manga.

Afortunadamente, los trucos de Lemire están respaldados por magia real y esa magia nació en Melilla. No acierto a explicar cómo lo hace, pero resulta del todo hipnótico y en este caso es el extremo opuesto al enfoque de Lemire. La manera más directa de captar la atención sería recurrir a angulaciones locas o composiciones de página rupturistas — como veíamos, por ejemplo en Gideon Falls —, pero Walta es tremendamente frontal y neutro en sus puntos de vista. Rarísima vez tira ángulos de cámara diagonales y sus composiciones casi nunca rompen las estructuras clásicas, salvo por algunas viñetas a sangre que utiliza siempre con sutileza. Incluso para el cambio de plano de realidad entre nuestro mundo y este mundo fantasma que nos propone, se maneja con delicadeza con esa línea coloreada y la perfecta sincronización con Bellaire, que altera levemente la paleta y atenúa la rugosidad de la textura.

Carretera fantasma 1

Sin embargo, el motivo por el que con tan poco es capaz de tanto es sobre todo por su increíble precisión a la hora de trasladar la emotividad de los actores de su historia. Son los personajes que Walta dibuja los que sustentan Carretera fantasma, los que consiguen asentar en el suelo las propuestas vagas y taimadas de Lemire, los que aportan peso y sensación de verosimilitud a lo que estamos leyendo.

El resultado es que, incluso con algunas reservas, Carretera fantasma termina por resultar una historia intrigante y cautivadora, en la que tal vez se echa en falta algo más de chicha, pero que sale del todo airosa en la misión de engancharnos a la lectura del siguiente tomo, que no debería tardar en salir en los USA y esperemos que tengamos pronto por estos lares. No puedo negar cierto miedo sobre lo que está por llegar ante el empeño de esconder sus cartas y a saber cómo terminarán por solventar la historia, pero eso está aún por ver y nos quedan todavía muchos kilómetros por delante.