Daiba y los suyos, que siguen luchando en la Tierra, deben tomar una decisión porque soplan vientos aciagos. Por su lado, Harlock se dirige al planeta Hebimelda, morada de su difunto amigo y sus recuerdos, antes de la batalla definitiva contra las mazon. ¡¿Quién aparece ante la tripulación de la Arcadia cuando están haciendo acopio de fuerzas y moral en la taberna…?! ¡Una historia de piratas espaciales que triunfa en todo el mundo!
En este noveno y penúltimo volumen, todos los bandos implicados en la lucha por la Tierra van tomando posiciones y se preparan para el enfrentamiento final. Tras lo visto en el número anterior, parecería que, a falta de sólo dos números para la conclusión de la historia, el ritmo narrativo se iría acelerando hasta alcanzar el crescendo final. No obstante, este número es tan solo un remanso antes de acometer el desenlace. Tanto los héroes como los villanos de esta historia se mentalizan y se preparan para la última batalla, que decidirá el futuro de nuestro planeta.
Nada más empezar el tomo nos encontramos con que se están sucediendo enfrentamientos entre las fuerzas armadas terrestres y las tropas de mecanizados de mantenimiento de la paz y el orden. Este tema no volverá a ser mencionado en este volumen, puesto que inmediatamente pasamos a una escena en la que la Arcadia escapa de las tropas de defensa Gaia. Por su parte, Daiba, Zero y Miyu escapan junto con Namino (la mazon infiltrada como secretaria del Primer Ministro de la Tierra) de un bombardeo ordenado por el Cuartel General de Operaciones de la Tierra. Así, el primer tercio de este volumen termina con el feliz reencuentro de los protagonistas a bordo de la Arcadia. El resto del tomo se lo toma con más calma, primero viendo cómo la reina Raflesia de las mazon decide reunirse con Harlock para parlamentar antes del combate decisivo, y luego en el planeta Hebimelda, en el que Harlock visita la tumba de su amigo Hoshino junto con Emeraldas y Miyu, ex-esposa e hija de éste, respectivamente.
Sensaciones encontradas me han asaltado en la lectura de este tomo. Sólo con hojearlo he podido constatar que tiene mucho menos diálogo que volúmenes anteriores y, efectivamente, lo he leído en menos de una hora. Las casi 200 páginas de este noveno volumen expresan la calma tensa que sienten los protagonistas. La nave Arcadia recibe nuevas incorporaciones, como la mazon Namino y los hijos de Zol, el guerrero tokaga que espiaba para las mazon, y que se redimió justo antes de morir (como vimos en el volumen 6). Sólo el tiempo dirá si estos nuevos reclutas estarán a la altura durante el combate que está por venir. La inmortal obra de Leiji Matsumoto tiene en el guionista y dibujante Kouichi Shimaboshi al más digno heredero, enriqueciendo el rico Leijiverso con un lenguaje narrativo y un trazo más acorde con los nuevos tiempos.
Con este noveno tomo de Capitán Harlock: Dimension Voyage nos plantamos en el penúltimo de la colección. El guionista y dibujante Shimaboshi nos la deja botando para el gran final, que promete estar cargado de acción y emociones. Recordemos que Capitán Harlock es una serie de aventuras en la que la acción queda en segundo plano. El punto fuerte de esta colección es la introspección y el desarrollo de los personajes. El laconismo y estoicismo de Harlock contrasta con la algarabía de su tripulación en sus celebraciones, y es ese contraste el que le hace destacar por encima de todos los demás. El que vista siempre de negro, mientras los demás tripulantes de la Arcadia visten colores claros, no hace sino acentuar su imponente figura y su soledad. Es el héroe romántico, siempre triste, siempre solitario. Quedaos con vuestro Jack Sparrow. Yo crecí y me quedo con mi Capitán Harlock.
