Hemos oído hablar tantas veces de aquellas series de los 80 a punto de ser canceladas a los que llegaba un nuevo autor con una visión, las revolucionaba y convertía, no sólo en un éxito, sino en un clásico inmortal. El Daredevil de Frank Miller, La Cosa de Pantano de Moore, el Thor de Simonson… pero no es tan habitual una etapa de estas características en nuestro siglo.
Cuando llegamos a finales de 2004, en un momento en el que estaba naciendo una nueva Marvel, el cambio de siglo no había sido especialmente amable con el Capitán América y las ventas no funcionaban. Fue entonces cuando llegó un guionista pujante, que se había granjeado cierta popularidad en DC con series como Batman, Catwoman o Gotham Central. Su nombre era Ed Brubaker y, para acompañarle, volvía a Marvel Steve Epting, un dibujante con una dilatada carrera con la casa de las ideas en series como Los Vengadores o Factor-X, que regresaba tras una temporada fuera.
Mezclando la influencia de Steve Englehart o Jim Steranko con James Bond, Tom Clancy, El caso Bourne o la serie 24 e incorporando a lo gráfico los nuevos dictados que había venido marcando Bryan Hitch, nos daban una historia trepidante; una historia que mezclaba la tradición con una visión completamente nueva que se convertiría en un clásico instantáneo.
Llegarían después para apoyar a Epting Butch Guice, Luke Ross. Mike Perkins, Michael Lark y tantos otros hasta dejar un total de 8 años de historias memorables en aquellos Estados Unidos muy marcados con el 11S y dejando surgir muchas de las aguas políticas en las que nadamos hoy en día y que Brubaker integra con la tradición del capi como si siempre hubieran formado parte.
Más de 4 horas de monográfico para repasar este clásico moderno, que cumple 20 años.