El Universo Marvel está formado por miles de personajes. Una cantidad que no deja de crecer gracias a que dicho cosmos de ficción no es otra cosa que un gigantesco engranaje que no puede parar de girar (y generar ingresos). Desde hace años los cómics han quedado relegados a una especie de laboratorio de I+D de Marvel Studios. Es más, la división editorial va a rebufo de lo que pasa en las películas (y ahora también series de Disney +), lo que ha provocado que hoy estemos leyendo esta miniserie protagonizada por el Caballero Negro.

Supongo que todos habéis visto ya el filme de Eternals. En él Kit Harington interpreta a Dane Whitman, alias el Caballero Negro (o al menos en algún momento lo será). Su papel es pequeño, casi irrelevante, pero la segunda escena post créditos parece augurarle un futuro protagonismo en el Universo Cinemático de Marvel.

El Caballero Negro de Marvel. Del mito artúrico al héroe de las viñetas

Pero mejor hagamos algo de historia. El Caballero Negro que hoy protagoniza la miniserie “La maldición de la Espada de Ébano” debutó en el número 47 de Avengers, por Roy Thomas y John Buscema. Se trata del sobrino del primer Caballero Negro, que se enfrentó en varias ocasiones a los héroes más poderosos de la Tierra. Además era descendiente de Sir Percy de Scandia, el primer Caballero Negro según los mitos artúricos.

Dane Whitman ha tenido varios momentos en los que ha brillado. En los noventa llegó a ser pieza clave en Los Vengadores de Bob Harras, fue miembro de Héroes de Alquiler de John Ostrander y Pascual Ferry y más recientemente tuvo una serie regular (abortada al cabo de cinco capítulos) escrita por Frank Tieri. La Marvel de Cebulski es más prudente, por lo que directamente ha decidido dedicarle una miniserie cuya continuación está garantizada una vez el personaje vaya ganando protagonismo en pantalla.

Para narrar las aventuras de este moderno Caballero Negro nos encontramos a Simon Spurrier. El veterano escritor de 2000 AD ya se había fogueado con Dane Whitman en un especial de la saga King in Black, además de llevar unos años escribiendo varios títulos de la franquicia mutante como Legión, Senda de X o Caballeros de X. Ahora bien, una vez terminado el tomo, que me ha gustado mucho, me parece que estamos ante el mejor trabajo del guionista en Marvel Cómics.

El punto de partida es sorprendente, dejándonos ver a un Dane Whitman como no habíamos visto nunca. Spurrier retrata al héroe como una persona emocionalmente rota y profundamente deprimida. En los primeros compases de la historia observamos cómo Whitman se sincera en su apartamento con un trasunto de Alexa. Este será prácticamente el único momento de calma (aunque profundamente angustioso) de los cinco números de La maldición de la Espada de Ébano. A partir de este momento los acontecimientos irán a toda pastilla, sin dejar un momento de respiro al lector.

Spurrier aprovecha muy bien el metraje del que “dispone”. No se deja prácticamente nada de la mitología del personaje, cuyas raíces artúricas están más presentes que nunca en la trama. Veremos al mencionado Sir Percy de Scandia, a Merlín y asistiremos a una yincana histórica con la finalidad de hacerse con todos los objetos de ébano que el mítico mago fabricó en su momento.

Para darle algo más de chicha al asunto, mencionar que el Caballero Negro tendrá una especie de sidekick en la forma de una doctoranda que quiere entrevistarse con Whitman. Además contará con la ayuda de Elsa Bloodstone (queremos reedición de Nextwave, ya) y todos juntos deberán enfrentarse a un asesino en serie que está liquidando a especialistas sobre el mito artúrico.

Me ha gustado especialmente como es representada la “maldición” a la que hace referencia el título de la historia, con algunas escenas de acción potentes que entroncan a la perfección con esos pequeños momentos en los que vemos a un Dane Whitman en uno de sus peores momentos a nivel anímico. La historia es toda una montaña rusa de emociones con no pocas sorpresas que gustará mucho a los aficionados al personaje y a todos aquellos que quieran disfrutar de una historia con regusto Marvel que no esté arraigada en la compleja continuidad o circunscrita al crossover de turno.

En la parte artística tenemos al genial dibujante español Sergio Dávila. Sergio debuta en Marvel tras una larga temporada trabajando en otras editoriales como Dynamite o DC (en las series de Injustice). Su trazo es espectacular y detallado, su narrativa fluida, la pena es que el color es quizás demasiado “luminoso”, para el tono de la serie. Aún así, Sergio cumple con creces y estoy deseando leer su historia de la Capitana Marvel.

En definitiva un tomo que quizás os puede pasar desapercibido pero al que recomiendo le deis una oportunidad.