El nombre de Ram V — nom de plume de Ramnarayan Venkatesan — suena cada vez más en el boca a oreja de los aficionados al cómic. Actualmente en DC se encarga de Detective Comics, una de sus principales cabeceras, con lo que podríamos decir que ha trascendido el estatus de promesa que se le podría adjudicar en los tiempos de Justice League Dark, Catwoman o incluso La Cosa del Pantano y no creo exagerar cuando digo que le anda cerca el estatus de estrella. Sin embargo, pese a su éxito en DC, Ram V no olvida que son sus obras para el mercado independiente, como Costas Salvajes o The Many Deaths of Laila Starr, las que lo pusieron en el candelero y es por esto que sigue acudiendo a él de vez en cuando, como es el caso de Image y la obra que nos ocupa, Blue in Green.
En esta ocasión, Ram V viene de la mano de Anand RK (Anand Radhakrishnan), su compatriota y viejo compinche en Grafity’s Wall y Radio Apocalypse, cuyo trabajo en Blue in Green resulta indisoluble de la labor del colorista John Pearson.
Juntos y tomando para esta novela gráfica el título de una canción de Miles Davis, nos sumergen en esta historia en la que la música y los demonios personales son los protagonistas. Blue in Green sigue a Erik Dieter, un músico que se gana la vida dando clases, que tendrá que volver a la casa de su infancia cuando reciba la noticia de la muerte de su madre. Allí encontrará una foto misteriosa que lo conducirá a una búsqueda que se convierte en obsesión y que tal vez encierre más de lo que está dispuesto a creer.
Es difícil definir qué tipo de historia es Blue in Green. Comienza como una historia intimista de dramas personales de Dieter, pero en cuanto nos despistamos, gira hacia las historias de detectives, enzarzado en su búsqueda, y si no paramos a pestañear, se convierte en una historia de terror sobrenatural. La verdad es que toda la trama de Blue in green no deja en ningún momento de saltar entre estos tres vértices del triángulo y cada una de estas facetas alimenta a las demás.
La lectura de Blue in green es inmersiva, a la vez que triste y un tanto desconcertante y si hay que achacarle algún desacierto es que quizá hacer recaer demasiado el peso de la acción en la voz en off en primera persona, que nos acompaña durante todo el tomo.
En un primer momento, casi puede parecer que la voz en off es un recurso para tapar algún tipo de carencia narrativa de Anand RK, pero como se puede ver en los extractos de guion que tenemos en los extras, esa narración fragmentaria y dispuesta en estáticas aisladas de secuencialidad dudosa es cosa de Ram V. Tal vez sea porque conoce a su dibujante o bien porque se trata de un efecto buscado, como la narración de un recuerdo al revisar viejas fotos. En cualquier caso es uno de los aspectos que más llaman la atención en Blue in Green y consiguen que aquello que al principio puede desorientar, se convierta en una seña de personalidad de la obra.
Pese a este curioso planteamiento narrativo, la labor gráfica de Anand RK sigue actuando como aglutinador, pero no a nivel de acción sino de atmósfera. Su estilo que mezcla el lápiz, en un crosshatching enérgico y desordenado, con tintas y aguadas nos hace llegar reminiscencias de Bill Sienkiewicz y dota a toda la obra de un clima de extrañeza y misterio.
Blue in Green es tal vez el tipo de propuesta que podríamos ver hoy en día en Vertigo si el sello no hubiera desaparecido y siguiera fiel a sus principios. Podríamos decir que es una revisión moderna de esas historias que utilizaban el terror adulto para hablar de cuestiones de mayor calado y, si no existiera esa pequeña maravilla que es The Many Deaths of Laila Starr (a puntito de salir por nuestros lares), probablemente Blue in Green fuera lo mejor que ha salido de la pluma de Ram V.
