Desde luego que los aficionados a Tsutomu Nihei estamos de enhorabuena con Panini Comics. Además de disfrutar de Aposimz (su última locura), la editorial italiana está insuflando nueva vida a algunas de las obras cortas del genial mangaka de 51 años como son Abara, o la que nos ocupa, Biomega, en su flamante formato Master Edition.

Para quién no lo sepa, el llamado Master Edition es un formato de gran tamaño (para lo que suele ser normal en el manga), que con sus 17×24 cm se asemeja mucho al comic book yankee para que os hagáis una idea. Un formato que recuerda poderosamente a los magazines originales que publicaron la obra en Japón en la revista Ultra Jump de Shueisha entre junio de 2004 y enero de 2009.

Los seis volúmenes de Biomega fueron editados por Panini por primera vez en formato tankoubon. Luego tuvieron una segunda vida, reunidos en dos tomos triples en lo que se denominó Ultimate Edition, y ahora tenemos entre manos la monumental Master Edition que le sienta de miedo al trabajo de Nihei.

Biomega es una obra de acción y ciencia ficción que nos traslada a un futuro distópico en el que el sistema solar está controlado por mega corporaciones. La acción se focaliza en nuestro planeta Tierra, que ha sido asolado por un virus extraterrestre que muta a sus víctimas en una especie de zombis sin voluntad a los que se llama “Drones”.El héroe de la función es Zoichi, un humano artificial que, acompañado por una I.A en su moto, recorre el mundo tratando de encontrar más supervivientes a tan letal plaga.

Estamos ante la que es, posiblemente, la obra más accesible de Tsutomu Nihei. El autor de Blame es conocido por unos guiones retorcidos que suelen causar perplejidad al lector al no saber este qué es lo que está leyendo. Es famoso por coger a sus aficionados de la mano y, cuál adulto que suelta a un niño en mitad del bosque para que aprenda a orientarse, realiza el mismo ejercicio con nosotros.

No obstante, en Biomega nos encontramos con un Tsutomu que abraza su lado más convencional (sin que esto sea algo para nada peyorativo). En este primer volumen nos encontramos con todo un mundo de ficción cuyo autor ha realizado una gran labor de worldbuilding para que entremos en la historia antes de terminar el primer capítulo. Objetivo que en mi caso ha conseguido más que de sobra.

El autor esgrime, una vez más, su inmenso talento a la hora de crear una ambientación turbia y malsana que puede llegar a producir cierta incomodidad. Además, cede casi todo el impacto a imágenes desoladoras o perturbadoras en detrimento de unos diálogos diseminados, en ocasiones, con cuentagotas, que ofrecen la información justita para seguir el hilo argumenta,l pero dejando la mayor parte del trabajo al impacto gráfico.

El ritmo que otorga Nihei a los acontecimientos es tal que te acabas bebiendo las más de cuatrocientas páginas que tiene este primer tomo de una sentada. Ojo, que la acción a raudales no confunda a nadie. Pese a lo que pudiera parecer, este seinen tiene muchísima chicha. Es cierto, que está diseminada, pero el guion ofrece interesantes reflexiones relativas a cuestiones tan trascendentales como el libre albedrío o el determinismo.

En definitiva, estamos ante un gran manga de ciencia ficción repleto de acción y buenos momentos, que supone la puerta de entrada perfecta para conocer el particular universo de locura surrealista que es la obra de Tsutomu Nihei.