Hay quien dice que los números de Biblioteca Marvel Los 4 Fantásticos 13 son el comienzo de la curva descendente. La verdad es que es algo complicado de precisar, porque además esta es una entrega un poco rara. Tan solo tiene tres números de la serie regular, un annual, al margen de algunos complementos humorísticos de Not Brand Echh, con lo que la muestra es algo menos fiable. En cualquier caso, yo diría que la gráfica que dibuja esta etapa no es una montaña, sino una meseta y que todavía caminamos en la parte llana de lo alto.
Arranca Biblioteca Marvel Los 4 Fantásticos 13 justo justo en el punto en que a la vez salía el Silver Surfer #1, con Stan Lee apropiándose del personaje sin Kirby, dando lugar a un cisma frío, que terminaría por culminar con una separación completa del dúo creativo en 1970. Pero quedan aún casi tres años de Lee y Kirby, solo que el Rey, dolido, decidirá aflojar el pistón con la creación de personajes y conceptos y en este tomo asistimos a algunas de sus últimas propuestas originales para la Edad de Plata Marvel.
Así, en Biblioteca Marvel Los 4 Fantásticos 13 debutan Ronan el acusador, la Inteligencia Suprema kree, La Colmena — hogar de los cuatro científicos que terminarían como el Enclave —, el ser aquí llamado simplemente Él — que derivará en Adam Warlock — o Psicoman. Vamos, que no termino de ver aquí aún la bajada de ritmo.
De hecho el Annual #5 es una de esas historias que hoy en día serían una serie entera con varios tie ins. Los annuals aún eran eventos y aquí se unen Los Inhumanos, la Pantera Negra y la mitad de los 4 F contra la amenaza de Psicoman. Y digo la mitad porque, por si fuera poco, Reed y Sue se quedarán en el Baxter en esta aventura ante la noticia del embarazo de la segunda. Evento con todas las letras, vamos.
Kirby y Lee aún están cómodos y se permiten, a su manera y en un tebeo para chavales, jugar con ideas complejas, como una IA personificada en manos de una supuesta justicia absoluta, vueltas de tuerca sobre el determinismo y el objetivismo y, una vez más, cómo el hecho de ser una familia influye sobre todas estas otras ideas, normalmente generadas desde la individualidad. Pero repito que esto sigue siendo un tebeo para chavales y, ante todo, habrá tortas a cascoporro, culebrón pasado de drama, chaladuras pseudocientíficas y todo ello con el volumen al once, como no puede ser menos.
Decir que Kirby estaba aquí con Joe Sinnot completamente tremendérrimo es caer en lo obvio y el tiempo no le ha hecho perder un ápice de intensidad. Sin embargo, me gustaría romper una lanza en favor del paso de los años por los diálogos de Stan Lee. De acuerdo que son toscos, engoladamente dramáticos y, por supuesto, llenos de machistadas y otros frutos de las ideas de su momento. Sin embargo, el tiempo nos aporta una perspectiva desde la que dichas líneas de diálogo resultan aún mucho más irreales e hiperbólicas. Sin embargo, eso no es para nada una debilidad. Hoy, más conscientes que nunca de su artifciosidad y falta de realismo, se nos sitúa estas historias en un registro dramático por encima de la realidad y las ubicamos dentro de ese terreno del icónico con la fuerza que solo en ese plano se puede conseguir.
Como notas al margen en Biblioteca Marvel Los 4 Fantásticos 13, tendríamos aquí la primera historia de Estela Plateada en solitario — aquí aún con Kirby — y algunas piezas de supuesto humor al que sí ha pasado peor el tiempo. La verdad es que no es que hagan mucha gracia que digamos, pero dan cierta ternura y además en una de ellas tenemos una de las pocas representaciones de Stan Lee sin su icónico look de gafas oscuras y bigote.
Sea como sea, por ahora, esto sigue siendo, como reza su cabecera, el mejor tebeo del mundo.