Menudo gustazo está siendo redescubrir los orígenes de La Casa de las Ideas con la nueva Biblioteca Marvel. Ya hemos disfrutado de las primeras andanzas de casi todos los personajes principales de la editorial. Tanto grupos como Los 4 Fantásticos o Los Vengadores, como héroes en solitario de la talla de Thor, Spider-Man, Hulk o Doctor Extraño. Hoy vamos a hablar de unos personajes que fueron distintos a todo lo que habíamos visto hasta ahora. Llegamos a 1963 con La Patrulla-X de Stan Lee y Jack Kirby.

La Patrulla-X. Temidos y odiados

Los miembros de la Patrulla-X destacaron rápidamente por varios motivos. El primero y más evidente es que fueron los primeros mutantes del Universo Marvel, pero todavía quedaban muchos años hasta que Chris Claremont los posicionase como uno de los pilares del medio. El segundo, es que eran adolescentes. Hasta ese momento en Marvel solo había habido un adolescente que no era otro que el trepamuros. No contamos a Bucky porque pertenecía a la Era Timely.

En la editorial no abundaban los héroes jóvenes. Esto se dice que es al odio que tenía el propio Stan Lee a la figura de los sidekicks, elemento muy común en la mitología de su gran rival DC Comics. Pero La Patrulla-X sería distinta. Scott, Warren y compañía compartirían con Spider-Man el hecho de ser unos parías. Si bien es cierto, en el caso de los mutantes este rasgo se acrecentaría notablemente, incluyendo muchas semejanzas con el mundo real al ser víctimas de sufrir una persecución racista por el mero hecho de haber nacido con una diferencia genética que los diferenciaba del resto de seres humanos.

Desde la génesis del grupo, Lee y Kirby dejaron patente que La Patrulla-X estaría condenada a sufrir este escarnio público mientras salvan el mundo en repetidas ocasiones. Ambos autores sembraron las semillas de unos frutos que fueron recogidos por el mencionado Chris Claremont, guionista que ahondó especialmente en el carácter diverso que debían tener los mutantes, pues el homo superior habitaba en todo el globo, no solo en Estados Unidos.

Volviendo a las aventuras de esta primigenia Patrulla-X, debo reconocer que son unos tebeos la mar de divertidos y eficaces. El equipo creativo presenta en pocas páginas a los cinco mutantes originales, a su maestro y a la que será su némesis definitiva: Magneto. El maestro de magnetismo aparece de hecho en cuatro de los seis capítulos incluídos en este primer volumen, por lo que la sensación de continuidad está plenamente establecida ya en el Universo Marvel. Este hecho, unido a la presencia de Namor en uno de los episodios también ayudó a sentir que estamos ante un cosmos común donde cualquier personaje puede aparecer en cualquier momento en cualquier título.

Sí que es cierto que, fruto de la época, este primer volumen de la Biblioteca Marvel Patrulla-X tiene varios momentos que nos harán torcer un poco el morro. El primero tiene que ver, como seguro que todos imagináis, con Jean Grey. Al ser el único personaje femenino de la serie, con un carácter de armas tomar bastante insólito para ser los años sesenta, le toca ayudar en la limpieza y la cocina de la mansión de Xavier. El otro, bastante más sonrojante, es que todos los miembros masculinos, salvo Bobby Drake, querían chuscarse a Jean Grey. Lo de los chavales tiene un pase, pero que el calvo en silla de ruedas también pues resulta cuanto menos turbio. En el caso del Hombre de Hielo tenemos el germen de una trama que no estaba llamada a florecer hasta este siglo con la salida del armario en All New X-Men. Y digo yo, ¿Bendis hizo los deberes o fue pura chiripa?

En lo referente al plantel de enemigos, pues además del sempiterno Magneto o del mencionado Namor, también harán sus debuts Mercurio y la Bruja Escarlata como miembros de la Hermandad de Mutantes Diabólicos, el Sapo, la Mole, el Desvanecedor… Un plantel de villanos que a menudo repetiría el tropo de “mutante nuevo que es deseado por las dos facciones”. Pero, ay amigos, ¿qué sería del cómic de superhéroes sin sus tópicos?. Que si la pérdida de poderes, que si la aparición de países inventados con nombres rimbombantes como Santo Marco…

En la parte artística nos encontramos al rey, al mismísimo Jack Kirby realizando unos diseños de personajes sencillos pero muy icónicos. Destaca que en estos primeros números cuenta con el entintado de Paul Reinman o Chic Stone, que aportan sobriedad a sus lápices.

En definitiva, tenemos un comienzo notable para una serie que irá a más con el tiempo, en la que sus autores decidieron poner más énfasis en las relaciones entre personajes que en la propia acción. La Patrulla-X siempre fue una serie distinta, siendo este uno de sus rasgos más importantes.

La edición de Panini incluye un buen número de extras como la reproducción del correo de los lectores original, textos de Stan Lee, Pin Ups, reproducción de publicidades de la época o la sección “La era Marvel”, de Sergio Aguirre.