El Universo Marvel, tal y como lo conocemos, comenzó en 1961 con la publicación del primer número de Los 4 Fantásticos. Poco a poco fueron saliendo el resto de series protagonizadas por Hulk, Thor, Daredevil, Iron Man, La Patrulla X, Los Vengadores o nuestro querido amigo y vecino Spiderman. Si algo distinguió a este nuevo cosmos de ficción de DC, su competidora directa, fue que todos estos nuevos y fantásticos personajes habitaban en la misma ciudad, por lo que no resultaría extraño que se encontrasen unos con otros.
Con esta cuarta entrega de la Biblioteca Marvel dedicada y protagonizada por el Asombroso Spiderman llegamos ya a 1965. El universo creado por Stan Lee, Steve Ditko y Jack Kirby ha alcanzado velocidad de crucero y no hay quien lo pare. Debido a esto, el primer número que nos encontramos nos muestra un encontronazo con el Amo de pista (villano que había debutado en las páginas del Increíble Hulk) y con Daredevil. Un choque inocente que cumple con todos los tópicos del cómic clásico de superhéroes. Desde el maloso, cuyo único propósito es enriquecerse, hasta la pelea entre los héroes que más tarde harán equipo contra su adversario común.
No obstante, la traca en este volumen la protagoniza el primer anual del Asombroso Spiderman. Por primera vez en un cómic Marvel aparecerán todos los personajes con serie propia de la editorial. Algunos tendrán más peso en el argumento y otros serán un mero cameo de un par de viñetas, pero todos, y digo todos, harán acto de presencia de una forma u otra. Lee y Ditko convirtieron un tebeo excelente en un catálogo de la editorial con llamadas a las series de los héroes invitados por si algún lector decidiera picar con un título adicional.
Spiderman contra los Seis Siniestros
Sí, amigos, llegó un día en que el Doctor Octopus decidió reunir a Kraven, el Buitre, Misterio, Electro y al Hombre de Arena para tratar de derrotar de una vez por todas al cabeza de red. Steve Ditko brilla con una fuerza inusitada al mostrar el particular tour de force al que deberá enfrentarse Spidey. Para dar fuerza y dramatismo a cada enfrentamiento, el maestro dedicó una splash page a cada combate. El resultado fue el mejor tebeo que había publicado hasta el momento Marvel Comics. A modo de extras, el anual también contó con numerosos pinups dedicados a los secundarios de la serie o a la tecnología usada por Spiderman para combatir el mal.
No obstante, esta entrega de la Biblioteca Marvel también brilla por otros motivos. Por primera vez estamos ante un puñado de episodios continuados en los que no debuta ningún nuevo villano. No era necesario. El lore de la serie era tan rico y variado que el equipo creativo podría centrarse en dar más fuerza y énfasis a los villanos preexistentes. De esta guisa, presenciaremos el regreso del Duende Verde en una simpática aventura que evidenciará la tendencia de los distintos autores que han trabajado con Spiderman a hacerle perrerías propias de las comedias de Buster Keaton o Charles Chaplin.
A título personal me quedo con la manera en la que Lee y Dikto comienzan a reflejar cómo el peso de la enorme responsabilidad de ser Spiderman hace mella en el pobre Peter Parker. El trepamuros sufrirá un colapso físico que, acompañado de una crisis de fe, le hará plantearse su breve etapa como justiciero enmascarado. Esta crisis de fe, combinada con la angustia adolescente propia de la edad y de los problemas financieros derivados de la compra de medicinas para su enferma tía May, serán a la postre uno de los motores de la serie y una de sus principales señas de identidad.
Otros detalles a destacar de estos capítulos de Spiderman son el debut de varios personajes secundarios que serán decisivos en el futuro de la serie, así como de la primera mención a cierta pelirroja que todavía tardaría un par de años en ser vista por estas páginas.
Pero sobre todo estamos ante un cómic de superhéroes puro, sin aditivos, con un protagonista bien definido que vive aventuras en el conjunto urbano de Nueva York (casi un personaje más de la serie) con sorpresas casi en cada número. Por lo tanto, me atrevo a afirmar que si el primer anual de El Asombroso Spiderman es el mejor tebeo Marvel hasta la fecha es porque se publica en la mejor colección Marvel hasta la fecha.
La edición se completa con sendos artículos de Julián Clemente y Stan Lee, la reproducción de páginas de publicidad, los correos de los lectores y la sección “La era Marvel de los cómics” de Sergio Aguirre.