Una de las principales virtudes que tiene la recuperación cronológica y coordinada de los primeros tiempos del Universo Marvel que estamos viviendo gracias a Panini es que estamos percibiendo de forma global lo que se cocía por aquella época. Que Jack Kirby era la gran estrella de los primeros tiempos de la Era Marvel y un torrente descontrolado de ideas ya lo sabíamos. Pero también estamos viendo que Steve Ditko era un artista mucho más experimental, tremendamente adelantado a su época, y que probaba cosas que nadie más, ni en su casa ni en las editoriales principales de la época, DC, Archie y Gold Key, se atrevía a hacer. Ya nos dio esta sensación en el primer tomo de esta serie, y lo confirmamos ahora en este Biblioteca Marvel Doctor Extraño 2 que hoy nos ocupa.
Recordemos por un momento cómo era el mercado del cómic a mediados de los años 60 del siglo pasado: no existía un circuito de librerías especializadas, no existían las recopilaciones en tomo de números antiguos y conseguir números atrasados era poco más o menos una utopía. Por ello, la estructura estándar de las historias de la época era la de números autoconclusivos o historias en dos partes, teniendo como mucho alguna referencia al pasado de los personajes, más para dar contexto al lector que para establecer algún tipo de continuidad. Pero Steve Ditko se atreve a algo nunca visto en estos primeros años de Marvel: a contar una historia que se extiende a lo largo de un buen puñado de números. Cada capítulo está razonablemente cerrado en sí mismo, pero la historia continúa de un número al siguiente.
El tomo abre con dos historias al estilo de lo visto en la primera entrega, que perfectamente podrían ser recolocadas en cualquier punto de la serie, en las que Stephen Extraño se enfrenta a dos hechiceros rivales, Demonio en el primero y Tiboro en el segundo, dos personajes de última fila que han tenido contadísimas apariciones en los casi sesenta años que han pasado desde su creación. Pero en el tercer número empieza un juego del gato y el ratón entre Extraño y el Barón Mordo, como herramienta de Dormammu, que llega hasta el final del tomo y se extenderá hasta los primeros números del siguiente.
En esta historia, Dormammu ayuda a Mordo a perseguir a Extraño por todo el planeta, usando espíritus del inframundo, personas encantadas y hechiceros simpatizantes. Mientras, Stephen tiene que intentar revitalizar a un debilitado Anciano, que no para de repetir una palabra: Eternidad. Efectivamente, estamos ante la saga en la que se presenta a la primera entidad cósmica abstracta que veríamos en Marvel, uno de los diseños de personaje más fascinantes de la editorial, con un toque psicodélico típicamente Ditko y que, a día de hoy, sigue esencialmente inmutable. Por el camino, nos iremos encontrando a personajes como Clea, que tuvo una breve aparición en el primer tomo pero de la que no sabremos su nombre hasta el tercero, o Kaecilius, al que vimos en la primera película del MCU interpretado por Mads Mikkelsen, y nuevos hechizos como las Imágenes de Ikonn o los Anillos de Raggadorr, que venían a unirse a las Bandas Carmesíes de Cyttorak o el Ojo de Agamotto. Poco a poco, el entorno del Doctor Extraño, tanto mágico como de personajes, iba creciendo. Quizás lo fascinante de este mundo tan diferente, ayudado por un artista en estado de gracia, hizo que Strange Tales fuera en 1964, año de publicación de estos números, la segunda serie más vendida de Marvel, sólo superada por el Journey Into Mystery de Thor. También hay que señalar que no había cifras de ventas de Spiderman o los Cuatro Fantásticos.
Hay que comentar a estas alturas una curiosidad sobre Strange Tales. Era una de esas series que incluía dos seriales, uno de ellos protagonizado por la Antorcha Humana, a la que posteriormente se uniría La Cosa, y el otro por el Doctor Extraño. En el número 135 americano, el serial de los dos miembros de los 4F sería sustituido por Nick Furia, Agente de S.H.I.E.L.D., donde acabaríamos viendo los legendarios números de Jim Steranko, de los que en este tomo sólo veremos las portadas. La cabecera Strange Tales desaparecería en el número 168, siendo renombrada a partir del siguiente a Doctor Strange, teniendo a partir de entonces números completos protagonizados por el personaje, cambio que veremos por aquí a la altura del quinto número de esta Biblioteca Marvel.
Ya dijimos en el número anterior que estábamos ante una serie quizás no tan popular como otras de la editorial, pero podemos afirmar sin ninguna duda que Biblioteca Marvel Doctor Extraño 2 es uno de los tomos en los que más se nota un intento de hacer evolucionar el medio en los primeros tiempos de Marvel. Estamos asistiendo (en diferido) a una serie que tiene calidad e interés en sí misma y no sólo por contexto histórico.