En la Biblioteca Marvel Daredevil 4 alcanzamos el número 19 de la serie, el último que dibujaría John Romita. Lo que debería ser una mala noticia no lo es tanto gracias a la llegada de una figura clave en estos primeros años de andadura del héroe ciego: Gene Colan. En estos números Daredevil vuelve a encontrarse con viejos conocidos y se consolidará la alianza entre el Gladiador y el Merodeador, y ni que decir tiene que el triángulo amoroso entre Foggy, Matt y Karen seguirá viéndose lastrado por los malos entendidos. Este tomo de Panini contiene los números 19 a 24 de la serie.
Ver estos números con la perspectivas de las décadas pasadas permite aceptar la salida de un Romita que comenzaba a brillar con fuerza, con la tranquilidad que da conocer lo que podemos esperar de un Colan que le dio un aire completamente diferente a la serie. Sus lápices aportan dinamismo a la acción y unas composiciones de página que traen aire fresco a una cabecera que no acababa de arraigar como esperaba y deseaba el bueno de Stan Lee. Lo que no sabía el «true believer» es que probablemente la culpa de que no cuajase con la fuerza de otras series como Spiderman o 4 Fantásticos fuera precisamente suya.
Y es que probablemente esta sea una de las series que más acusaba la ubicuidad de Lee, con tramas redundantes y poco trabajadas, haciendo que Daredevil volviese a recuperar personajes de números anteriores, como Gladiador, el Búho o Ka-Zar. Los lectores de otras series anteriores de la editorial ya estábamos más que acostumbrados a la tensión sexual no resuelta entre Peter y Mary Jane, Bruce y Betty o Donald Blake y Jane Foster, por lo que este triángulo que se había sacado de la manga entre Foggy, Karen y Matt no solo era algo esperable, sino que además tenía poco sentido, puesto que Foggy se presentaba como el típico socio fondoncete y menos brillante que poca sombra puede hacer a Matt. Por si eso fuera poco, teníamos que leer también absurdas tramas en las que Foggy decía ser Daredevil sin que nadie estallase en carcajadas. Una lástima que estos primeros años de personaje contasen con guiones tan pobres, porque el trabajo de Colan era fantástico, y más con las tintas de Giacoia, que a diferencia de Colletta en Thor, embellecía el trabajo del dibujante titular. Como decía, su llegada fue todo un soplo de aire fresco, y eso que suplía a quien suplía.
A la recurrente presencia de Gladiador y el Merodeador, tenemos que añadir unos números en los que aparecía el Trihombre (un androide con las características de tres hombres con sendas habilidades especiales) y la vuelta de Ka-Zar, con el inevitable malentendido que forzase una nueva pelea entre ambos personajes para acabar uniendo sus fuerzas contra un enemigo común. Números que aguantan sobre todo por el dinamismo de Colan, con unas escenas de lucha fantásticas y que no dudaba en usar splash pages con frecuencia, maravillosamente compuestas y en las que cada parte de la página contenía información relevante, más allá de dibujar una mera viñeta de mayor tamaño.
En definitiva, Biblioteca Marvel Daredevil 4 es un tomo que merece mucho la pena por disfrutar de un autor con un potencial narrativo avasallador, capaz de echarse a los hombros todo el peso de unas tramas inocentes y algo repetitivas, y convertir la serie en una lectura cautivadora, que invita a seguir leyendo más números. La buena noticia es que Colan aguantaría la friolera de ochenta números a partir de su debut, lo cual garantiza que merezca la pena continuar coleccionando esta serie, incluso con un Stan Lee en horas bajas.
Lo mejor: La fuerza que tiene el dibujo de Colan. Lo bien que le sientan las tintas de Giacoia o Ayers al dibujo.
Lo peor: La sensación de que Lee estaba en piloto automático, copiando fórmulas de otras series y con tramas poco maduradas.