La línea Biblioteca Marvel sigue avanzando en Panini y con el paso del tiempo se comienzan a sumar nuevas colecciones que iban apareciendo a medida que la popularidad de la editorial crecía de una manera exponencial. En 1964 surge la idea de desarrollar el concepto de un superhéroe ciego, una idea tan rompedora por el momento que incluso sirvió para recuperar a un autor que, de casualidad, acabó llevando a Marvel uno de los personajes que más calado tendrían décadas después en la historia de la editorial: Namor. Bill Everett había creado el personaje para otro proyecto que fue finalmente cancelado y cuando Martin Goodman lo contrató para escribir una de las primeras historias de su Marvel Comics #1 en Timely, recicló el concepto y lo utilizó. Tras años sin trabajar para la editorial, Stan Lee le ofreció este nuevo personaje ciego y el resto… es historia. En Biblioteca Marvel Daredevil 1 veremos los primeros seis números de la colección.
Los comienzos de la colección no fueron tan regulares como podamos pensar. Everett acabó abandonando el barco después de ese primer número y su sustituto fue Joe Orlando, con tintas de Vince Colletta. La idea que tenían era la de crear un equipo creativo estable que mantuviera aspectos visuales homogéneos que ayudasen al fandom a familiarizarse con el aspecto de los personajes. Pero Orlando tampoco aguantó más allá de tres números y dejó paso a otra leyenda del cómic: Wally Wood, quien sí aguantaría siete números más. Teniendo en cuenta que la colección era bimestral, se puede considerar que Lee y Wood (con la ayuda de Bob Powell más adelante) se convertirían en el equipo regular de la colección.
Aunque hoy día esos cambios de equipos sean algo muy habitual, en aquellos tiempos provocaban bastante inestabilidad. La idea que tenían era la de crear unas bases para lo que debía ser la colección y sus personajes, y el cambio de dibujante siempre iba acompañado de algunas modificaciones en el traje o en el propio aspecto de algunos de sus protagonistas. Igualmente, dificultaban el llevar a cabo historias con más recorrido que la del villano del mes. Y es que los villanos tienen mucho peso en esta colección, porque vista hoy con retrospectiva, los villanos de esta serie tardarían en tener el peso que pueden tener hoy día, y no eran más que una sucesión de personajes bastante ridículos, aunque algunos de ellos acabaran evolucionando años después hacia personajes mucho más interesantes.
Es el caso del Hombre Púrpura, Mr. Miedo o el Búho, quienes debutan en esta colección y se ven personajes especialmente estereotipados y con una apariencia incluso ridícula (¿qué necesidad había del tinte púrpura?), pero que años después serían recuperados y recibirían un contexto distinto que nos permitiría verlos con otros ojos. Pero si hay un villano estrella en la historia del cuernecitos y que aparece en este tomo no es otro que El Matador, ese torero que se dedicaba a darle pases de pecho a sus enemigos y que pulsaba interruptores con su estoque. Enorme ese número.
Pero si algo engancha de esta serie es el propio Matt Murdock, un personaje que creció con un padre boxeador que se esforzó por darle a su hijo una educación y que acabaría perdiendo la vista en un accidente con un camión que contenía sustancias radiactivas que le acabarían proporcionando un aumento de sus otros sentidos y un radar natural que le permitía ubicarse en cualquier escenario. A él se uniría su amigo de juventud Foggy Nelson, quien acabaría abriendo un bufete de abogados con Matt, y la guapa Karen Page, personaje que en los primeros números se convierte en otro de esos intereses amorosos que están ahí para dar volumen al protagonista de la serie, como ya hiciera Jane Foster en Thor o Gwen Stacy en Spiderman. Con la colección reunida en recopilatorios, es mucho más evidente que cuando se publicaba cada dos meses un número, pero ver a Karen todo el día pensando en Matt como su potencial marido y a Matt resistiéndose a entrometerse entre los sentimientos de su amigo Foggy puede llegar a desesperar un poco.
Porque, al igual que el dibujo de estos primeros seis números es bastante destacado, pese a las tintas de Colletta, el guión de Stan Lee está muy anticuado. Es sobreexplicativo y muy recargado, con algunas páginas repletas de un texto que en su gran mayoría sobra porque solo cuenta lo que ya estamos viendo o cosas que acabamos de ver suceder. Hay que tener en cuenta la época en la que estaban hechos estos cómics, y sobre todo, la técnica que existía en esos años para escribir cómics pensados casi exclusivamente para que fueran leídos por niños. Por cierto, que llegamos al punto en el que las cartas al director se regularizaron en todas las colecciones y serían una constante en la editorial.
En definitiva, Biblioteca Marvel Daredevil 1 es una oportunidad para recuperar el inicio de las aventuras de uno de los personajes más interesantes que ha creado Marvel. Un personaje cuya minusvalía nos hace verlo con una debilidad que acerca mucho al lector y le permite esa perspectiva de tipos superpoderosos… pero con fallas y defectos como las de cualquier otra persona. Si Peter Parker era un tipo que apenas llegaba a fin de mes, Bruce Banner alguien que no puede permitirse alterarse y Donald Blake era un médico cojo, Matt Murdock era un abogado que debía preocuparse de mantener su fachada de tipo frágil, aunque luego fuera capaz de valerse mejor que la mayoría de personas que conservaban el sentido de la vista.
Lo mejor: El dibujo de Wood. El desarrollo del personaje, a pesar de verse más claro hoy día la dificultad que tuvo la serie al arrancar.
Lo peor: No saber ver estos cómics como hijos de su época y entender los evidentes defectos que tienen. Vince Colletta.