Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Biblioteca Conan: Las Crónicas de Conan 3

Biblioteca Conan: Las Crónicas de Conan 3
Guion
Timothy Truman y Kurt Busiek
Dibujo
Paul Lee, Cary Nord, Tomás Giorello, Greg Ruth y Richard Corben
Color
Dave Stewart, Richard Isanove, Greg Ruth, J.D. Mettler, José Villarrubia y Tony Shasteen
Traducción
Joan Josep Mussarra
Formato
Cartoné. 17 x 26 cm. 496 páginas. Color
Precio
47€
Editorial
Panini Comics . Marzo 2023
Edición original
Conan #40-50 y Conan the Cimmerian #0-7 (Dark Horse)

Como ya anticipábamos en la reseña del tomo anterior, Biblioteca Conan: Las Crónicas de Conan 3 es un tomo de transición. En realidad, el relevo de guionista de Kurt Busiek por Tim Truman ya se había dado en la entrega previa, pero es aquí donde tenemos finalmente los últimos capítulos con Busiek y también los de Cary Nord, aunque curiosamente no sean los mismos.

Sin embargo, es también el momento en que se produce el salto de cabecera y, con él, un cierto viraje en argumento y tono. Alcanza aquí la cincuentena Conan, a secas, la serie que originaría el universo hiborio en Dark Horse, y da paso a Conan the Cimmerian. Perdemos a aquel príncipe y su siniestro visir y esa idea de crónica encontrada desaparece en favor del estilo más directo y visceral de un Timothy Truman, que tiene ahora ya las riendas completas, codo con codo con Tomás Giorello.

Biblioteca Conan: Las Crónicas de Conan 3

Decíamos que Timothy Truman es uno de los mayores exponentes del llamado grim and gritty de los ochenta, cosechando una popularidad más que considerable incluso siendo sus mayores éxitos series independientes como Scout o Grimjack. Curiosamente, cayó un tanto en el olvido durante la década siguiente, pero resurgiría con el cambio de siglo, gracias a este Conan, personaje del que se confiesa devoto. Giorello, como buen argentino haría sus pinitos en la editorial Columba antes de dar el salto a las editoriales norteamericanas, donde antes de Conan, se foguearía en varias series de Star Wars. No obstante, fue su periplo en la era hiboria — del que aún quedaba mucho por llegar a estas alturas — lo que terminaría de lanzarlo como artista y le abriría las puertas de DC, Valiant o Bad Idea.

Podríamos decir entonces que tenemos pues dos partes en Las Crónicas de Conan 3 y si bien las dos son 100% Conan con todo lo que eso implica, sí es cierto que lo que vemos al principio resulta casi una especie de progresión, de recogida gradual del testigo de Busiek y Nord y de rodaje entre los nuevos guionista y dibujante para acoplarse uno al otro.

Así, tras un número de pausa con Paul Lee dibujando, tenemos una saga de cuatro números que retoma las adaptaciones R.E. Howard con Villanos en la casa. Aunque hablamos de un relato de hace noventa años, de sobra conocido y que se ha trasladado antes a viñetas, baste situarnos diciendo que tenemos un Conan que ha acabado con sus huesos en prisión. A cambio de su liberación, tendrá que encargarse de un siniestro sacerdote, que encierra más de un secreto. Aún tenemos a Cary Nord en los primeros capítulos de esta historia, pero será justo después cuando entra Tomás Giorello, aunque opacado completamente por el tratamiento de color de Richard Isanove, cargado de textura pictórica, que funcionaba con Nord, pero no se termina de ajustar al cambio de dibujante.

Biblioteca Conan: Las Crónicas de Conan 3

Despediremos definitivamente a Kurt Busiek justo después, en la última historia de la saga de la juventud de Conan que ha venido contando con Greg Ruth. Nos llevan esta vez a la batalla de Venarium y desembocarán finalmente en el momento en que nuestro cimmerio favorito se echa el petate y comienza su periplo a lo largo y ancho del mundo hiborio.

Será entonces cuando Truman y Giorello son ya dueños y señores de la serie, pero sólo para despedirla en un último arco de tres números que adapta La mano de Nergal, un relato inacabado de Howard que terminaría Lin Carter. Nos llevan a un Conan enrolado como mercenario en el ejército de Turán en una historia que terminará tomando ciertos tintes lovecraftianos. Lo más notable es que aquí ya queda patente que Truman apuesta por un estilo más directo y menos verboso que su predecesor, con mayor énfasis en la acción, para la cual deja espacio al apartado visual del porteño. Descubrimos aquí un Giorello, que resulta aún bastante distinto de lo que veremos en los años posteriores, pero en el que ya vemos mucho más de su personalidad, en parte también gracias al cambio de colorista. Contaremos primero con J.D. Mettler y, sobre todo, el desarrollo serán mucho más patente con la entrada de José Villarrubia. Nos dejan ver un Giorello quizá aún por pulir en el movimiento y fluidez narrativa, pero con una potencia visual arrolladora y un acabado que nos da ecos del inevitable John Buscema, pero también de ese primer Mike Mignola de aquellos años ochenta en Marvel Fanfare, Hulk o Corum.

Y así llegamos en Biblioteca Conan: Las Crónicas de Conan 3 y a ese Retorno a Cimmeria que reza el título. Arranque así la nueva serie reformulada al nuevo rumbo que deciden marcar Truman, Giorello y Villarrubia, que devuelven al cimmerio a su hogar natal. Se unirá además a la ecuación el mítico Richard Corben. Aparcan temporalmente las adaptaciones directas de Howard, despiden al príncipe y al visir y comienzan una nueva estructura que se repetirá en toda la segunda mitad del tomo.

Biblioteca Conan: Las Crónicas de Conan 3

En el presente, tendremos a Conan de regreso en Cimmeria, tal y como indicaba que sucedía en una de sus cartas el maestro texano. No obstante, lo que veremos en este punto son historias de nuevo cuño de Truman y Giorello, aunque con no pocos elementos conocidos de la mitología del bárbaro. Paralelamente, se las apañan para insertar en forma de relatos las aventuras de Connacht, abuelo de Conan, en aquellos tiempos mozos en los que también él fue un bárbaro errante. Hacen tal vez, en esta parte, algo más de hincapié en un elemento fantástico que en las historias del presente dejan más en segundo plano. Para tal labor tenemos a Corben marcando un tono radicalmente distinto del de Giorello. Mientras que el porteño se mueve espectacularmente en las convenciones más tradicionales del cómic y la ilustración de espada y brujería, Corben despliega su peculiar expresionismo que respira a la vez realismo y estilización underground. Y lo más curioso de todo es que Villarrubia se adapta como un guante al registro de cada uno y ni siquiera es el mismo registro que utilizaba para Giorello en la serie anterior. Y es que este madrileño afincado en Baltimore no sólo es un artista portentoso, sino también increíblemente camaleónico.

Y es que Truman y Giorello aún tienen mucho que decir del bárbaro tras Las Crónicas de Conan 3 y no sería descabellado aseverar que puedan como el equipo más mítico de Conan en viñetas tras Roy Thomas con Barry W. Smith y John Buscema. Pero si esto no fuera suficiente para hacernos a la idea de la relevancia de estos cómics y nos parecieran pocos hitos, aquí arranca una relación de Villarrubia con Conan, que perdura hoy día, y se consolida definitivamente su vínculo con Corben, que había arrancado no mucho antes con el Cage de Marvel. Y es que hablando de la Casa de las Ideas, ellos lo iniciaron todo y permanecerán para siempre en la memoria, pero, por todo lo que hemos ido viendo en Biblioteca Conan: Las Crónicas de Conan y lo que aún veremos un tiempo más, la etapa de Dark Horse es ya por derecho propio un clásico moderno.