Tras los primeros omnibus de Conan el bárbaro y aquel experimento en Marvel Limited Edition que voló de las estanterías para ocupar los primeros puestos de las aberraciones especulativas, la respuesta de Panini ha sido, aprendiendo de sus errores, este Biblioteca Conan: La Espada Salvaje de Conan. Respetando el formato revista original, en blanco y negro, con papel poroso, tapa dura y a un precio más que competitivo.
La Espada Salvaje de Conan es el título con el que llegaron a España en 1982 esas historias de nuestro bárbaro cimmerio que no dudaban en la violencia más explícita o incluso algún desnudo que otro, aquellas historias PARA ADULTOS que en los kioskos se colocaban junto a nuestros Spiderman y Patrulla-X y que de algún modo tenían una mística especial con sus grises a aguada y su montón de artículos.
Es por eso que cuando leemos las intros que Roy Thomas ha creado para esta nueva edición, sorprende ver cómo tanto Savage Tales, la cabecera que Conan compartía con otros personajes, como la posterior Savage Sword of Conan, son fruto de una enorme sucesión de malentendidos, parches y decisiones de última hora.
Pese a todo el caos que había entre bambalinas, no hay duda de que el producto final es historia de los cómics y que, más allá de su valor histórico, estos tebeos con medio siglo de antigüedad conservan la potencia que tenían cuando fueron creados gracias a un cóctel muy básico, pero con garantía a prueba de tiempo: un gran concepto manejado por unos grandes autores.
Tenemos por un lado la fantasía de poder primaria y definitiva que, con sus matices, sigue siendo tan efectiva hoy día como cuando Robert E. Howard la creó. En el otro lado, tenemos a Roy Thomas en lo que fue la obra de sus vida, muy por encima de sus trabajos superheroicos. Además, no es ya tanto que a los lápices tuviéramos a Barry Windsor Smith y John Buscema (además de rellenos de lujo como Gil Kane o Jim Starlin), sino que en las historias de este Biblioteca Conan: La Espada Salvaje de Conan 1 y 2 tenemos un afán experimentador que no teníamos en Conan el Bárbaro. Es aquí donde eclosionó Barry Smith en historias como La hija del gigante de escarcha o Clavos Rojos. Aunque puede que no existiera ese propósito experimental por parte de John Buscema, no hay duda de que Roy Thomas quería que las historias de La Espada Salvaje se diferenciaran de las de Conan el Bárbaro y es ese el motivo de los grises de Pablo Marcos y, sobre todo, los acabados de aspecto grabado de Alfredo Alcalá que tanto odiaba Buscema y tan icónicos han resultado ser.
Por parte de Panini existe un propósito casi documental de recopilar todos los artículos, índices y todo el material más allá de las propias historietas. Incluso historias ya publicadas en los omnibus aparecidos hasta la fecha, se repiten en Biblioteca Conan: La Espada Salvaje de Conan para que no falte nada y es que esta vez Panini sí ha dado en clavo creando una edición completa y que podemos llamar definitiva, tanto en formato, calidad como en precio.