En casa Tortas somos muy fans del cómic de Terror. Y aunque es cierto que es un género que actualmente está en muy buenas manos, como pueden ser las de El Torres, Cullen Bunn o Junji Ito (por citar a tres autores totalmente distintos), siempre es un gustazo echar un vistazo al pasado para ver los cimientos de este tipo de cómic. Algo que podemos hacer gracias a la maravillosa Biblioteca de Cómics de Terror de los años 50, que lleva editando Diábolo en España desde hace unos años.
La editorial patria adapta a nuestro idioma la serie The Chilling Adventures of Horror Comics, cabecera editada por IDW en Estados Unidos y que ya ha alcanzando las 26 entregas en las cuales Steve Banes (del podcast de Terror The Horrors of it All) selecciona las historias más interesantes con carácter temático publicadas antes de la aparición del Comic Code. Por estos lares ya hemos podido disfrutar de historias de amor encantado, de Frankenstein, de criaturas del pantano varias, momias o zombis. Ahora llega el turno a los siempre agradecidos fantasmas.
Esta recopilación vió la luz en octubre de 2019. La versión española recopila dieciocho historias de fantasmas (una más que la original) en lo que supone el mejor tomo de toda la colección hasta la fecha (ojo, hablo de los que se han publicado aquí, que Diábolo no sigue el orden Yankee). Este puñado de relatos nos invita a dejarnos llevar por esos seres del más allá. Espectros, antiguamente personas, que siguen anclados a nuestro plano de existencia debido a alguna cuenta pendiente.
Es cierto que el tono puede ser aparentemente un poco naif porque pese a la ausencia de una censura, no debemos olvidar que fueron publicados en los años cincuenta. Una década en la que la Ciencia Ficción primaba en las novelas pulp y por ende reinaba en los quioscos de prensa. Sin embargo, los fantasmas tienen algo que les hace destacar sobre el resto de criaturas de pesadilla. Puede que sea su fútil y trágica naturaleza o el hecho de que requieran un mayor esfuerzo por parte del lector para entrar en la historia, al no tener una apariencia tan poderosa como por ejemplo un hombre lobo. De hecho, la clásica imagen del fantasma ataviado con una sábana blanca es lo primero que pensamos al pensar en ellos.
Los fantasmas son un tema habitual en la literatura: Hamlet de Shakespeare, El fantasma de Canterville de Oscar Wilde o Cuento de Navidad de Charles Dickens son solo algunos de los ejemplos más famosos. He querido citar estos tres porque se me antojan como claros precedentes para muchas de las historias incluidas en este bonito tomo. Un volumen que nos echa a la cara las historias más humanas contadas hasta la fecha en esta antología. Y es que la propia idiosincrasia de los fantasmas me resulta fascinante por el hecho de que sean seres sobrenaturales cuyas motivaciones vienen dadas por emociones de lo más mundanas.
Me explico. Antes he mencionado a un Hombre Lobo, cuando un Licántropo está en “modo felpudo” normalmente lo que hace es cazar, matar y alimentarse. Los zombis por lo general son lo mismo (salvo que haya vudú de por medio). Un Vampiro por lo general va de romántico perdido por la vida chupando la sangre de sus víctimas para alimentarse, instinto de supervivencia y preservación, propio de emociones primarias. Pero los fantasmas no. Nada más lejos de la realidad.
Aquí veremos fantasmas movidos por una desesperada sed de venganza contra alguna injusticia que con toda probabilidad les privó de su periplo entre los mortales, provocando un odio tan profundo y poderoso que les impide abrazar su descanso eterno. También seremos testigos de excepción de historias de amor más grandes que la propia vida, que les obligará a velar por su alma gemela pese a que esta ya no sabrá jamás de él. No están exentos de la avaricia o apego a bienes materiales que de nada les servirá por culpa de una intangibilidad fruto de su renovada condición.
Ciento cuarenta páginas llenas de emotividad, espectros, sesiones de espiritismo con sorprendentes resultados y, por supuesto, cierta dosis de moralejas metafóricas sobre destinos peores que la muerte en el caso de perpetrar algunas fechorías. Puede que no os provoquen ningún escalofrío, ni tampoco os cambiarán la vida. Pero os dejarán con una sonrisa de satisfacción una vez las hayáis leído, de eso no hay duda.
El puñado de divertidas e interesantes relatos que nos ocupan vio la luz en magazines como Adventures Into Fear, Mysterious Adventures, Adventures Into The Unknown, Journey Into Fear, Weird Horrors, Fantastic Fears o Beware! Muchas de estas publicaciones duraban pocos números para poco después ser resucitadas por la misma editorial con otro nombre, lo que fuera con tal de no perder hype. El apartado artístico (no siempre acreditado) cuenta con el arte de Ross Andru, Iger Shop, Kenneth Landau o Bob McCarthy. Verdaderos titanes del mundo del cómic que plasmaron su talento en estas páginas.
De todas las historias me gustaría recomendar El fantasma de la sombra blanca, Jurado de muertos vivientes (que nos deja claro que a todos nos llega la hora del juicio de una u otra forma), Venganza o, especialmente, La mujer sonriente. Si leéis el tomo, espero que comentéis esta entrada con vuestras impresiones.
Como es habitual la edición de Diábolo es sencillamente perfecta. Papel de calidad y una reproducción excelente. Siempre que me acerco a esta colección acabo babeando con la selección de portadas originales incluidas al final del tomo y disfrutando como un enano con los prólogos, que en esta ocasión viene firmado por John Rozum, guionista de cómics que vivió su momento de gloria en los años noventa escribiendo varias series para el sello Milestone de DC o algunos números de Expediente X para Topps.
Os dejamos con la tradicional lista de Spotify. Espero que la disfrutéis.