Desde que fueron creados en las páginas de los X-Men que se recopilan en este prólogo que supone Biblioteca Alpha Flight 0, los alfas han tenido montones de series y miniseries, la primera de ellas de nada menos que 130 números. Han participado en eventos globales Marvel, han tenido cruces con otras series y hasta spin offs, pero de algún modo es como si Alpha Flight fuese un trabajo de autor de John Byrne y todo lo que llegó después fuese una sombra.
Veamos, Alpha Flight existe porque así lo quiso John Byrne. Aunque es británico de nacimiento, muy jovencito emigró a Canadá. Es por eso que tenía especial simpatía por el personaje de Lobezno cuando comenzó en X-Men y motivo por el cual propuso la idea de rescatar algunos viejos conceptos para enriquecer el pasado de Logan, justo en los números de X-Men en los que descubríamos que se llamaba así. Es por eso que la gran mayoría de este volumen Biblioteca Alpha Flight 0 está conformada por números de X-Men de la etapa de Chris Claremont y John Byrne.
Comenzaremos con X-Men #109, donde Guardián es presentado como Arma Alpha procedente del enigmático pasado de Lobezno. De ahí saltaremos un año más o menos hasta el momento en que debuta Alpha Flight en combate contra la Patrulla-X al completo y otro año más para una tercera historia en la que hacen equipo contra el Wendigo.
Es en estos números donde se gesta la base de Alpha Flight, la estética, identidad y características básicas del grupo y de sus componentes. Todo eso crecerá e incluso cambiará cuando obtengan su propia serie, pero eso lo veremos más allá de este prólogo.
El resto de historias que completa Biblioteca Alpha Flight 0 son menos relevantes y se centran principalmente en Sasquatch. Este grandullón peludo naranja se postulaba perfecto para medirse con algunos de los principales forzudos del Universo Marvel como Hulk o La Cosa. Cabe destacar que incluso en el caso de Hulk, Byrne aprovecha que era su amigo Roger Stern quien escribía la serie para tomar cierta participación y control de sus personajes. Sin embargo, a partir de finales del año 80 empiezan a aparecer en otras series fuera de la supervisión de Byrne y tal vez los dos números de Marvel Two-In-One que los alfas comparten con La Cosa no sean un cambio excesivamente radical. Tal vez, los caracteres son un poco más exagerados, menos sutiles, pero nada particularmente sangrante.
Sin embargo, el número del Hombre Máquina, de DeFalco y Ditko (sin Byrne, por supuesto) es una completa marcianada. Tenemos un tebeo de 1980 que por estética, argumento y diálogos, podría colar como de 15 años antes.
Estaba claro que Marvel veía algo en estos personajes pero aún estaban lejos de ser lo que serían. Hacía falta que Byrne les dedicara una serie mítica para eso y probablemente nunca habrían sido nada más que un montón de personajes secundarios de no ser por él.