Loïc Godart, autor al que conocemos en España por su adaptación de En el corazón de las tinieblas de Joseph Conrad, es el autor completo de Bestias salvajes, uno de los últimos títulos editados por Nuevo Nueve Ediciones. Una sociedad en decadencia es el escenario para el crecimiento de unos jóvenes que acabarán siendo el reflejo perfecto de lo que influye el entorno en la educación y maduración de las personas a lo largo de sus vidas. Una historia dura, sin contemplaciones, y que compara repetidamente el componente animal del ser humano y su tendencia natural al salvajismo más puro cuando se pierden referentes.

La historia se apoya en Lola y Josh, un par de jóvenes que viven en una ciudad destruida, poblada de animales de todo tipo. Sobreviven como pueden, conviviendo con bestias salvajes… aunque con casi total seguridad diría que no son a las que hace referencia el autor en el título. Son dos jóvenes con nulos referentes: La madre de ella pasa el día de fiesta acostándose con todo aquel que se cruce con ella, y el padre de Josh es un tipo hosco y desagradable que se ríe de su hijo y aboga por la muerte de todos los animales con los que conviven.

Resulta curioso porque el autor no repara en ningún momento sobre cómo la sociedad ha llegado a ser como es en ese momento, ni qué ha desencadenado esa decadencia. Prefiere centrarse en cómo influyen esa sociedad tan hostil y la violencia imperante en el crecimiento como personas de Lola, Josh y también su amigo Guillaume o el joven Tony. Algunos quieren crecer a mayor velocidad de la natural, otros se ven sobrepasados y otros aceptan que siguen siendo niños y no ven necesario correr. La historia se apoya mucho en las reacciones y en las decisiones que toman sus protagonistas, y no tanto en los diálogos. Cuenta mucho más en lo que no verbaliza que en sus conversaciones, y permite que conozcamos mejor a sus protagonistas, sus inquietudes y su dificultad para crecer en un entorno carente de figuras adultas en las que mirarse.

En cuanto al dibujo, encaja a la perfección con el tipo de historia y el tono utilizado. Es un dibujo feista, en el que los animales resultan (intuyo que deliberadamente) más bellos que las personas, con una ambientación muy conseguida, con abundantes escenarios desolados y en ruinas, que se contraponen con la lujosa discoteca que sirve como representación de la edad adulta para los chicos. Aunque sin duda, uno de los mayores aciertos en cuanto a la ambientación es el color. Toda la obra está coloreada con una paleta de tonos ocres y rojizos en el que ni siquiera los bocadillos son de color blanco puro, sino que tienen una pátina que aporta suciedad como la que domina todos los escenarios. El toque rojizo de los cielos ayudan a imaginar algún tipo de desastre biológico o incluso climatológico pero lo deja todo a cargo de la imaginación del lector.

La edición es en cartoné, con papel estucado mate de alto gramaje y contiene como extras una galería de ilustraciones del propio Godart.

En definitiva, una obra que reflexiona sobre la violencia de la sociedad, el impulso natural del ser humano para dejarse arrastrar por ella, y la importancia de mostrar unos valores a los más jóvenes para que crezcan en base a ellos. Una invitación a disfrutar del paso a la edad adulta a la velocidad natural, sin necesidad de acelerar el proceso para «llegar antes». Nuevo Nueve sigue trayendo material selecto y de calidad, convirtiéndose en apenas unos meses en una de las editoriales de las que esperar con ganas su boletín de novedades.

Lo mejor: La ambientación. Cómo muestra la evolución de los personajes, sin necesidad de explicitarla con el texto.

Lo peor: Si estás de bajón por algún problema, tal vez sería buena idea posponer su lectura unas semanas…