Aleta resurge de sus cenizas en su nueva andadura bajo el ala de Sargantana y con ellos, llega Battlefields 6. Madre Patria, que nos trae de vuelta la cabecera bélica que Garth Ennis y varios de sus compinches habituales desarrollan con Dynamite Entertainment en su país de origen.
Tenemos en esta ocasión una pequeña rara avis, ya que estamos acostumbrados a que Battlefields, en la línea de lo que Ennis plantearía en War Stories para Vertigo, nos presentara historias individuales sin más relación entre ellas que compartir el marco de la Segunda Guerra Mundial. La diferencia estribaba en que mientras War Stories eran historias de un solo número, en Battlefields cada una es una miniserie. Sin embargo, en Battlefields 6. Madre Patria se saltan esta norma no escrita y regresan donde lo dejaron en el primer volumen para volver a la Unión Soviética y ver qué ha sido de la teniente Anna Kharkova, que protagonizaba Las brujas de la noche.
No es 100% necesario haber leído el primer tomo para entender la historia que se nos cuenta en Battlefields 6. Madre Patria. Sin embargo, con Garth Ennis no se trata tanto de entender como de sentir y si no hemos volado antes con la piloto Kharkova habrá muchas cosas que no nos lleguen tan adentro como si ya hemos combatido con ella codo con codo o tal vez mejor ala con ala. La Anna que encontramos aquí no es la piloto ingenua que conocimos en Las brujas de la noche. Las circunstancias del final de aquella historia le han forjado un carácter más hosco y desesperanzado. Tampoco forma parte ya del escuadrón femenino de la primera historia, sino que ahora lucha en una unidad de hombres.
Pese a esto, Ennis no cae en el recurso de contar la dura batalla de una mujer en el juego más masculino de todos. Por supuesto que habrá detalles que nos dejan ver de forma sutil que en los años cuarenta una mujer no era tratada del mismo modo que sus compañeros varones, incluso en esa URSS que proclamaba iguales a todos los camaradas. Sin embargo, Ennis no lo convierte en el eje de la historia y lo maneja con una sutileza absolutamente deliciosa. Donde sí tenemos a un Ennis más combativo (aunque recordemos que Battlefields acostumbra a dejar fuera al Ennis más incendiario), es con el pensamiento del estamento militar ruso, que ponía al mando a políticos y burócratas que no se manchan las manos en el campo de batalla. A través de Anna descubrimos un escuadrón falto de medios y en inferioridad estratégica, que basa su poder en el número y la devoción por la Madre Patria… lo que ya podemos suponer que puede no ir del todo bien.
Ennis incide una vez más en esa historia de guerra donde el foco no está en las batallas, sino en las personas que las libran. El resultado es que tanto los personajes conocidos como los nuevos te atenazan el corazón en no pocos momentos y con no pocos diálogos absolutamente geniales. Ennis nos ha acostumbrado tan mal que casi parece fácil, pero nadie en el panorama del comic-book actual es capaz de emocionarnos como el norirlandés.
En Battlefields 6. Madre Patria, a Ennis le acompaña de nuevo Russ Braun, quien ya estaría ahí en Las brujas de la noche. Braun es un dibujante solvente, de trazo agradable y narrativa correcta, aunque sin grandes aspavientos. Tal vez le falte un poco de punch en las escenas de batalla y, aunque el acting de su personajes funciona muy bien en los momentos intensos, en los más sutiles podemos verlo fuera de tono en más de una ocasión. En cualquier caso los momentos con los que Ennis busca emocionarnos funcionan, con lo que misión cumplida por parte de Braun.
Battlefields sigue garantizando como mínimo un nudo en la garganta por tomo y tal vez haya quien pueda acusarlo de “más de lo mismo”, pero ojalá no faltaran solo dos tomos más para terminar esa extraordinaria serie y tuviéramos “más de lo mismo” para años.
