Lo confieso: aunque Scott Snyder es un escritor que me fascinó en casi todos sus primeros trabajos, con el tiempo ha acabado siendo un nombre que me echa para atrás. Su etapa en Batman post Nuevos 52 arrancó con la memorable saga El Tribunal de los Búhos, pero ya había dado pistas de que era una buena apuesta con la muy interesante Espejo Oscuro. El problema es que tras el Tribunal llegó una no tan inspirada Muerte de la familia, y después una indefendible Año Cero, y acabaría arrastrando por el fango el recuerdo de ese escritor novato con potencial con series de las que nos ahorraremos los (merecidos) calificativos como Noches Oscuras: Metal o Sin Justicia. A estas alturas, el nombre de Scott Snyder es, para mí, motivo suficiente para no acercarme a un tebeo. ¿Y qué demonios hago entonces acercándome a este Batman: El último caballero de la Tierra? Me ha picado la curiosidad, la verdad. He escuchado a varias personas diciendo que es lo mejor que ha hecho Snyder desde la saga de los Búhos, y el hecho de que sea una obra editada en el sello Black Label fuera de toda continuidad me ha hecho pensar que igual una oportunidad había que darle. ¿Y ha estado a la altura?
La verdad, con un autor como Snyder mis expectativas estaban tremendamente bajas por muchas alabanzas que hubiera leído sobre esta obra. Así que sí, está por encima de lo esperado. Pero eso no quiere decir que sea un buen cómic. No, al menos, un cómic redondo. Porque El último caballero de la Tierra patina en algunos puntos… que son los mismos donde suele patinar Snyder tradicionalmente desde hace más de un lustro.
Y la verdad es que el planteamiento con el que arranca esta obra es tremendamente potente: Bruce Wayne despierta en el Asilo Arkham y nunca ha sido Batman. Todos sus recuerdos, todos los supervillanos con los que ha peleado, son los trabajadores de la institución en la que lleva veinte años. El Joker, en particular, parece ser una fabulación alrededor del doctor Redmund Hudd (Red Hudd… Red Hood), y también vemos por ahí a las inspiraciones de Harley Quinn, el Pingüino o el Acertijo. ¿Es una historia alternativa, es una versión realista de la historia del personaje a lo Realworlds, es una fabulación de una mente trastornada al estilo de lo que hizo Grant Morrison…? Fuera como fuera, quería saber más.
Pero claro, hay un pequeño detalle que se nos había olvidado a estas alturas: el escritor de esta obra es Scott Snyder. Así que cuando nos encontramos con bandazos argumentales sin demasiada lógica ni coherencia, con un chorreón de ideas arrojadas en la historia sin desarrollo posterior y con inspiraciones de las suyas tampoco podemos sorprendernos, aunque sí decepcionarnos al no seguir por el camino francamente interesante que nos planteaba al principio. Y si Snyder decidió reemplazar en la continuidad vigente la magistral Año Uno de Frank Miller y David Mazzucchelli con su tremendamente mediocre Año Cero, lo que hace aquí es contar su última (esperemos) historia de Batman, siendo El último caballero de la Tierra su versión personal de la legendaria El regreso del Caballero Oscuro, también de Miller. Pero pasado por un filtro postapocalíptico a lo El Viejo Logan con toques macarras estilo Metal. Y si en su día dijimos que se quedaba muy corto intentando ser un Grant Morrison en su faceta más Kirbyesca en Liga de la Justicia, intentando ser Frank Miller aquí tampoco le sale.
Pero así como el guion flojea bastante, el dibujo de Greg Capullo es un regalo visual para los que somos seguidores del dibujante neoyorquino. Si bien es cierto que los pin ups que suelta aquí y allá no le hacen demasiados favores al ritmo de una historia que ya flojea por sí misma, tiene ilustraciones hechas con muchísimo mimo y se notan. Esa versión anciana de Alfred que vemos en el primer número rompe el corazón. La versión monstruosa del Espantapájaros es terrorífica. Y la Gotham futura es fascinante. Sólo por el dibujo de Capullo ya merece la pena este tomo.
A ver, lo reconozco: no consigo sintonizar con lo que hace Scott Snyder. Le veo las costuras a lo que hace y no me permite disfrutar de sus tebeos. Pero también tengo que reconocer que es un problema personal mío. Que si el tipo consigue ser un superventas será porque le da al público lo que quiere leer, y la prueba es que todos y cada uno de los números que han salido a la venta de su reciente Death Metal hasta el momento han estado en el top 5 de ventas americano. Pero a los que sean capaces de entrar en su juego de molonismo exagerado y de las ideas más locas que puedas imaginar, este Último caballero les encantará. Una vez más, cuando salió a la venta en EEUU el volumen recopilatorio de esta obra en mayo de 2020, fue el tomo más vendido del mes. A ver, Snyder, no eres tú, soy yo. Es que no me gustas.