Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Batman Saga: El guante negro

Batman Saga: El guante negro
Guion
Grant Morrison.
Dibujo
JH Williams III, Chris Burnham, Tony S. Daniel, Ryan Benjamin.
Tinta
Sandu Florea, Jonathan Glapion, Mark Irwin, Saleem Crawford.
Color
Dave Stewart, Nathan Fairbairn, Guy Major.
Formato
Cartoné, 176 págs, color.
Precio
17,95€.
Editorial
ECC Ediciones. 2019.
Edición original
Batman #667-669, #672-675 (DC Comics).

Con Batman Saga: El guante negro, llegamos al cuarto tomo de la línea, tercero que contiene material del guionista Grant Morrison y segundo de los que contiene exclusivamente su etapa. Si Batman e hijo era una presentación, bastante asequible, de algunas de las líneas que quería introducir en su andadura en la colección del murciélago, y La resurrección de Ra’s Al Ghul era una historia coral en la que mover algunas fichas del juego, con El guante negro comenzamos a ver algún atisbo del Morrison más lisérgico, aunque aún mantiene un tono bastante comprensible para lectores menos exigentes.


Pero Morrison comienza a complicar un poco la trama, y nos presenta dos arcos argumentales de tres números y otro número de transición con la siguiente historia. El primer arco argumental, de tres números da nombre al tomo, El guante negro, y nos plantea una de las ideas recurrentes que más adelante se explotaría en esta misma colección: la idea de una organización de Batmen mundiales, extendidos por el planeta. En este arco se reúnen a los Batmen de diferentes regiones del mundo (Inglaterra, Argentina, Francia…), junto a sus sidekicks y Morrison plantea una historia de asesinato en mansión al más puro estilo Agatha Christie. El Club de héroes es una iniciativa del millonario John Mayhew que es quien reúne a este peculiar grupo de justicieros mundiales. Así conoceremos la existencia de la organización criminal que da nombre al arco y al tomo, otro de los puntos característicos de la etapa de Morrison con esa afición por los grupos con complejas infraestructuras pensados para hacer el mal.

De lo mejor de este arco es el espectacular dibujo de JH Williams III, que nos muestra unas páginas espectaculares, siempre buscando un diseño de página original y llamativo. Además va cambiando continuamente el estilo, pasando de un trazado limpio a un dibujo más pictórico e incluso añadiendo algunos efectos para los flashbacks que simulan el cómic antiguo. Difícil pasar por estos números sin detenerse en bastantes páginas a disfrutar del arte del dibujante de Sandman Obertura o Promethea.

Pero donde Morrison comienza a soltarse es en el siguiente arco argumental, que recupera a esos tres Fantasmas de Batman que había ido presentando en números anteriores: el Bat-Policía, ese policía que se hizo pasar por Batman en el primer número de la etapa de Morrison, en su enfrentamiento con el Joker; el Bat-Bane, la mole que casi acaba con Batman en el número 664; y el Bat-Diablo, ese enemigo con el que soñó Bruce y al que se enfrentó en el número 666 la versión futurista de Damian. Son un grupo creado por el Dr. Simon Hurt para reemplazar al vigilante de Gotham en caso de que algún día desapareciera el Batman original. Y aquí tenemos otra de las señas de Morrison: Hurt no es un personaje de su creación, sino que apareció por primera vez en el número 156 (Robin dies at dawn) allá por 1963. Este no es un mero detalle anecdótico, puesto que en ese número Batman sufre una alucinación con la muerte de Robin, algo que enlaza con lo que sucede en estos números.


Un enfrentamiento de Batman al Bat-Demonio desencadena una serie de alucinaciones y recuerdos, que conectan con las consecuencias del ritual Thörgal que Morrison creó para la historia de Batman en la serie 52. Se trataba de un ritual de purificación a través del aislamiento sensorial absoluto. A lo largo de esas alucinaciones recordaremos desde la muerte de los Wayne, Joe Chill o incluso Batmito. La clave de este arco es la continua duda de qué es real y qué no dentro de la historia. No soy muy fan del trabajo de Tony Daniel, pero tengo que reconocer que en estos números hace un buen trabajo y contribuye muy bien con su arte a construir esa atmósfera opresiva y asfixiante de la historia.

El último número profundiza en la relación de Bruce con ese interés amoroso que había desarrollado Morrison para el personaje: Jezabel Jet. La chica empieza a cansarse de ser un florero que asume sin preguntar las continuas idas y venidas del millonario durante sus citas. Ryan Benjamin no está a la altura de los otros dos dibujantes del tomo, pero hace un trabajo muy digno y que no desmerece para nada a la historia. Todavía estaba lejos de trabajos como su Brothers Bond que le valieran una nominación a los premios Eisner en 2018.


En definitiva, Batman Saga: El guante negro.

Morrison comienza a enmarañar su trama sacando a la luz pequeñas semillas que ha ido plantando en números anteriores y empieza a mostrar a las claras su intención de hacer una historia alucinógena en la que nos cueste discernir qué es real y qué no. La historia aún no se va de las manos, pero viendo el ritmo que lleva sabemos que no tardará mucho en llegar. Lo siguiente que nos espera es Batman R.I.P. así que no tendremos que esperar mucho para disfrutar/sufrir del Morrison más desatado.

Lo mejor: Ver cómo empieza a relacionarse todo, incluso aquello que no sabíamos a qué venía en los primeros números de la etapa. JH Williams III.

Lo peor: Si sois de los que el Morrison más loco os supera, aquí se empiezan a complicar las cosas…