Seguramente en el futuro, como ya hacemos en el presente —e incluso antes de que se empezara a publicar—, nos refiramos a este tebeo como el «Batman de Marini». Eso sí, creo que después de haber leído la totalidad de la historia, haría más justicia al contenido referirse al mismo como el «Joker de Marini». Y es que no puedes dar bola a un payaso macabro sin que te robe el show.

Desde hace poquito ya podemos disfrutar de la segunda parte de Batman: El príncipe oscuro, la incursión del suizo Enrico Marini en los dominios del que posiblemente sea el superhéroe más popular de cuantos se pasean por el multiverso. Un tebeo peculiar por su formato BD, que publica ECC Ediciones.

Antes de continuar, aviso: ¡arlequines y bufonas despistados se abstengan de seguir leyendo y vayan raudos a la reseña del primer tomo! Gracias.

Lo que teníamos hasta ahora era una trama muy sencillita en la que el Joker se enteraba de la existencia de una hija ilegítima de Bruce Wayne llamada Alina; una niña a la que el payaso raptaba con intención de extorsionar al ricachón de Gotham. En este escenario, veíamos al final del anterior tomo cómo un enfurecido Bruce se pateaba desesperado los bajos fondos de Gotham en busca de su archienemigo, y si nos fijábamos, también podíamos ver en la última splash page una nota del villano en la que ya se daba a entender que lo que pretendía obtener de Bruce no era más que una rara joya para Harley Quinn. Una de sus típicas idas de olla con las que mantener entretenido a Batman.

Y básicamente, lo que nos ofrece este tomo es el desenlace de este entuerto, con Bruce tratando de hacerse con la joya y así evitar que el Joker haga daño a Alina. Un acto final en el que Marini reparte los minutos de juego entre el murciélago y su némesis, con Catwoman como distracción de Bruce, y Harleen revoloteando alrededor de su «pastelito».

Una vez cerrada la historia, podemos decir que Marini ha optado por no complicarse la vida. Ha construido una trama sin ramificaciones y bastante común tanto en tebeo como en otros medios (en el cine de acción hemos visto esto infinidad de veces), y se ha preocupado por que las líneas de diálogo entren dentro de los cánones para cada uno de los personajes involucrados. Diría que el Joker y ese secuaz regordete llamado Archie, tienen momentos muy destacables y divertidos. Por lo demás, va sobre seguro y vuelve a tirar de alguna persecución en moto, y de Catwoman y Harleen haciendo lo de siempre, complementando a sus parejas. Así, logra un tebeo resultón, gracias sobre todo a un dibujo a un buen nivel con panorámicas de Gotham muy inmersivas —aunque con alguna perspectiva algo extraña… puede que intentando dar sensación de callejero caótico—, y que puede entretener tanto al fan acérrimo que siempre ha seguido al personaje, como a aquel que se empezó a interesar por las aventuras y desventuras gothamitas gracias a la famosa trilogía de Nolan (dudo que las últimas apariciones de Batman en la gran pantalla hayan atraído a mucha gente al personaje).

Quisiera destacar por encima de todo el color de Batman: El príncipe oscuro. Me gusta mucho, especialmente cómo cambia las paletas de colores de tonos más azulados a rojizos, y viceversa, según desee trasladar la acción a espacios cerrados o abiertos. Si se hace un barrido rápido de las páginas es palpable. Incluso va acompasado en muchos momentos con el personaje que protagoniza la página. Esto era más notorio en el primer tomo, ya que en este segundo, Batman y el Joker tienen mayor interacción y comparten muchas más viñetas. No es un tebeo de Batman, es un tebeo dedicado tanto al héroe como al villano, quien para mí está mejor retratado. Además, con el Joker y sus secuaces rompe más el tono general de la página mediante colores más vistosos en detalles: pelos, borlas, tirantes y demás accesorios.

Al margen de la serie regular de Batman, que considero es lo mejor que se ha hecho con el personaje desde hace muchísimo tiempo, la segunda opción más divertida para mí es esta. Sé que voy un poco a contracorriente con respecto a lo que leo en redes, y no creo que a nivel gráfico esté por encima de Caballero Blanco, pero sabiendo dónde está su punto fuerte, me parece que Marini ha atinado mejor que Murphy decidiendo hacer algo más ortodoxo y sin complicaciones a nivel de guion. Claro que también por ello, me parece que Batman: El príncipe oscuro es más un producto para el lector ocasional.

¿Veremos más BD dentro de poco con otros personajes de DC?

Entretenme, payaso.