Batman: The Telltale Series presentó a los fans una nueva y osada versión de la mitología del Hombre Murciélago, en la que la misión de Bruce Wayne como Batman se veía en peligro… ¡al descubrir que su padre fue uno de los villanos más retorcidos que jamás hubieran existido en Gotham City! Ahora la historia continúa en los cómics, con una nueva aventura que transcurre entre la primera temporada del juego y la segunda, titulada The Enemy Within.
La sinergia entre videojuegos y cómics no es algo poco frecuente. Sin ir más lejos, en los dos últimos años hemos podido ver por aquí adaptaciones de Super Mario Bros, Injustice: Gods among us, Borderlands y Batman Arkham Knight, por ejemplo. Y es que cuando un videojuego tiene éxito no tardan en aparecer adaptaciones cinematográficas y comiqueras. Todo sea por explotar la franquicia todo lo posible. En el caso de Batman: The Tellsale Series, el videojuego recibió críticas bastante buenas, aunque económicamente supuso un buen varapalo para el estudio Telltale. Ahora llega a nuestras estanterías la adaptación al cómic de este videojuego, llamado Los pecados del padre y publicado originariamente en 12 entregas en formato digital apaisado, para posteriormente ser recopilado en seis cómics en grapa, y ahora en nuestro país en un solo tomo. Este cómic continúa la historia del primer videojuego de Telltale, y hace de enlace entre éste y el siguiente, llamado The Enemy Within, lanzado en 2017.
En un inesperado arrebato de transgresión de la continuidad, se nos cuenta que Thomas Wayne fue un aliado del mafioso Carmine Falcone, y que utilizó su influencia como médico para declarar mentalmente incapacitados a todos aquellos que contradijeran a la mafia de Gotham, llevándose un buen pellizco por sus servicios. Así, Thomas Wayne resultó ser uno de los mayores criminales de Gotham, y sus actos tuvieron horribles consecuencias sobre las vidas de muchos gothamitas y sus familias. Familias que, ante la revelación de los hechos, piden cuantiosas indemnizaciones a Wayne Enterprises. Bruce Wayne, como heredero y presidente de la compañía, debe satisfacer estas legítimas demandas a la vez que protege la sostenibilidad de su empresa, mientras que como Batman investiga la identidad del misterioso asesino que se está cobrando las vidas de antiguos empleados del Asilo Arkham, que operaba bajo la supervisión de Thomas Wayne.
El guionista Christos Gage (Spidergedón, Cinema Purgatorio) hereda una historia que dejaba en una muy precaria situación a nuestro héroe, y con tales mimbres teje una historia que da igual protagonismo a Batman y a Bruce Wayne, al igual que en el videojuego de Telltale. Arranca de un punto de partida complicado, pues quien no haya jugado al videojuego se encuentra con que Thomas Wayne fue un villano abyecto, de modo que una de las características definitorias de Batman, que es el amor y el respeto por sus padres fallecidos, aquí empieza a cojear, puesto que sólo su madre Martha Wayne se salva (aparentemente) de la quema. Afortunadamente, esta premisa no es canónica, de modo que una vez superado el shock inicial podemos introducirnos sin peligro en una trama que nos presenta al villano Floyd Lawton, Deadshot, cuyo origen estará muy ligado a la historia de Thomas Wayne, y por tanto a la de Bruce.
El dibujo del italiano Raffaele Ienco (Postal) ha despertado en mí sensaciones contrapuestas. Por un lado su estilo tan realista, sobre todo en los rostros de los personajes, da como resultado algunas viñetas demasiado estáticas; pero por otro lado, es muy difícil sacarle ninguna pega destacable. Cumple sobradamente en las escenas de acción y en las de bustos parlantes, e incluso se preocupa por dibujar fondos, cuando muchos otros dibujantes dedican tanta importancia a los primeros planos que descuidan los decorados. Una vez termine de pulir algunos detalles que lastran su fluidez, en aras de la mayor expresividad, podemos encontrarnos ante un magnífico dibujante.
Si bien este Batman: Los pecados del padre se puede leer de manera independiente sin haber jugado a ninguno de los dos videojuegos, es cierto que haber jugado al menos al primero proporciona al lector información adicional sobre el entorno de los personajes. Sin ser una lectura sobresaliente, se deja leer con agrado: no es un producto creado exclusivamente para gamers, sino que puede ser disfrutado por cualquier fan del personaje. Como ha sido mi caso.
