¡Hagan sus apuestas señores! Porque hoy tenemos un cómic que echa chispas. Un tebeo de tipos duros que escupen en un cubo de madera vacío y consiguen que su lapo suene a metálico. Hoy hablamos de Juez Dred/Batman o de Batman/Juez Dredd, que no se me enfade nadie. ECC nos ofrece en cartoné más de 300 páginas que recopilan los cuatro especiales que unieron a los dos personajes hace casi 30 años y que fueron originalmente publicados entre 1991 y 1998. Como guinda tenemos un quinto especial que reúne al juez, jurado y ejecutor de Mega City One con el mismísimo Lobo. Una guinda para un pastel la mar de disfrutable.
Batman debutó en Detective Comics 27 en marzo de 1939 por obra y gracia de Bob Kane y Bill Finger. Por su parte, el Juez Dredd vio la luz en el número dos, de 1977, de la revista antológica 2000 A.D. con guiones de John Wagner y dibujo del añorado artista español Carlos Ezquerra. A comienzos de la década de los noventa surgió la idea de explotar a ambos personajes en un mismo tebeo. Algo lógico si tenemos en cuenta que por aquel entonces en DC ya le estaban cogiendo el gusto a juntar a su personaje más icónico junto a Superman con cualquiera que pasase por allí. Sí, Depredador, te miro a ti.
Si miramos con atención a nuestros protagonistas nos daremos cuenta que esta unión es mucho más lógica de lo que pudiera parecer. Ambos son defensores de la ley a ultranza, se rigen por un código inquebrantable, tienen una galería de villanos plagada de pintorescos psicópatas… Casi se podría decir que son dos caras de la misma moneda. No obstante, y viendo cómo terminan siendo muchas veces los casos en los que se ve envuelto Dredd, podríamos considerar al bueno de Joseph como una versión de Batman subida al once. Un cruzado de la noche versión Ultimate que ha llevado al extremo su obsesión de castigar el crimen. Es más ¿Qué es Megacity One si no una Gotham hiperbolizada?
Ahora bien, que nadie espere grandes momentos filosóficos o estupendos soliloquios en estas páginas. Estamos ante la definición pura y ruda de placer culpable: Un conjunto de historias realizadas para hacernos pasar un buen rato. Un juego en el que hay que saber entrar esperando un resultado muy claro. Nuestros contendientes se encuentran hasta en cuatro ocasiones utilizando justificaciones baratas o atajos argumentales para justificar pasar de un universo a otro sin tener que dar mayor explicación. A lo largo de las páginas veremos cumplido, en varias ocasiones, ese tópico maravilloso que reza que cuando dos héroes que no se conocen se encuentran por primera vez, antes de trabajar juntos lo que harán será darse de tortas. Pues en Batman/Juez Dredd pasará a menudo, salvo que esta vez lejos de sentirse arrepentidos tras terminar la trifulca, disfrutarán de esta y estarán contando los minutos hasta la siguiente.
¿Y las historias?
Todos los guiones vienen firmados por la dupla de guionistas escoceses formada por Alan Grant y John Wagner, que copan cada página de macarradas varias, humor negro, burradas y bastante mala baba. El primer especial, dibujado de manera sublime por Simon Bisley, nos deja escenas como el Juez Muerte vagando a sus anchas por Gotham y liándola parda en un concierto de Heavy Metal, o la simbólica escena de Dredd quitando la máscara a Batman. Este especial ya deja entrever por dónde van a ir los tiros (muchos, muchos tiros) en las secuelas. Lo cierto es que se hace corto dejando con ganas. Y como ya sabemos, de esto tomaron buena nota tanto DC Comics como Fleetway.
La siguiente historia tiene como artista a Val Semeiks. En este one-shot prima el desarrollo de personajes de acción (pero tampoco de manera exagerada, que la fiesta sigue presente) debido a la elección de un villano como Scarface. En esta ocasión es Dredd quien devuelve la visita a Batman en la más floja de todas las historias donde lo más destacado es, si me apuran, la portada de Mike Mignola.
Para el tercer especial, titulado El acertijo definitivo, se recupera el estilo pictórico con el dibujo de Carl Critchlow y Dermont Power. Todo un lujo contar con este último, pues suele estar más centrado en el mundo del cine, habiendo trabajado en sagas como Harry Potter y Star Wars (si bien es cierto que son producciones posteriores a este tebeo). Para el que esto firma es el mejor especial de todos, puesto que nos permite ver cómo Dredd y Batman tienen que trabajar juntos para escapar de un planeta donde un maníaco en la sombra les ha puesto a competir con otros seis seres de toda la galaxia en una suerte de remedo de Battle Royale, Perseguido y Depredador. Muy divertido, con momentos interesantes, y por supuesto, toneladas de acción, sangre y testosterona.
El último especial entre Batman y Dredd nos ofrece poder ver a Glenn Fabry desatado en los interiores de un cómic (no todo el tebeo es suyo, cuenta con varios ayudantes clónicos). A modo de despedida de estos dos titanes, Wagner y Grant ofrecen una lisérgica trama que involucra al Joker, a los Jueces Oscuros y a una secta de hedonistas que solo se preocupan de disfrutar la vida. Excesiva en cada plancha por lo que cuenta y lo que muestra. Un fin de fiesta a la altura de sus predecesores que bien podría servir de libro de estilo acerca de cómo deberían plantearse este tipo de cruces.
No te vayas sin disfrutar del bis
Como si de un macro concierto de Thrash Metal, Punk o Ska se tratase, este tomo ofrece el especial Lobo/Juez Dredd: Psicomoteros contra mutantes del infierno a modo de despedida definitiva del show. Con el dibujo detallista y gamberro de Val Semeiks (que ya se había ocupado de un buen número de episodios de “El Hombre”) tenemos 48 páginas de cafre frenesí y mucha coña. Una vez leído este cómic no podré volver a pensar en la monarquía belga sin partirme la caja… Bueno, antes ya me la partía pensando en la monarquía de cualquier país, pero no venía a hablar de eso.
¿Queréis pasar un buen rato? Si la respuesta es afirmativa, Batman/Juez Dredd es vuestro cómic.