Tras ser contenida en un tomo Focus dedicado a Jorge Jiménez, ECC lanza dentro de la línea Grandes Novelas gráficas de Batman La guerra del Joker, una historia contenida dentro de los números 95 a 100 de la serie regular cuando James Tynion IV se hizo guionista principal. Jorge Jiménez había llegado a la colección 5 números antes, pero no es hasta este momento en el que se hizo dibujante regular y continuo de la serie. Una historia que, a pesar de seguir una línea argumental que los lectores de la serie regular sabrán ubicar mejor, se puede leer sin ningún problema como tomo independiente, puesto que es una historia con un comienzo y final cerrados.
El grueso de la historia gira en torno al plan definitivo del Joker para hacerse con el control de Gotham: adquiere poder sobre Empresas Wayne y lo utiliza para obtener información sobre Batman, sus gadgets… y para dominar a las bandas rivales criminales, a las que contrata con el dinero y los juguetes de Wayne. Batman intentará, una vez más, pararle los pies al payaso, pero se encontrará con Punchline y un arma inesperada que lo retrasará más de lo esperado. Aliados inesperados, enemigos nuevos y una Batfamilia que no se encuentra en su mejor momento, todos tendrán su peso específico en esta historia de 6 números (aunque el último de mayor extensión, por ser el 100).
La historia no descubre la pólvora. Enfrentamientos entre Batman y el Joker hemos visto cientos. Pero Tynion es consciente de ello y prefiere hacer una historia con mucha acción, divertida y que tira de muchos guiños a los seguidores del personaje. El plan de Joker cuenta con mermar psicológicamente a Batman para que no consiga detenerle, y para ello va a tirar de elementos como el callejón del crimen, su padre o Alfred. También es plenamente sabedor de lo que cualquier lector espera encontrar en ciertas decisiones de los personajes y juega un poco con nosotros, consiguiendo alguna sorpresa inesperada.
Ya digo que no es necesario haber leído lo anterior, no hay nada que venga de la historia hasta el momento, más allá de la muerte de Alfred, la ausencia de Gordon o algunos personajes como Clownhunter o la propia Punchline. Tampoco habría venido mal en un tomo de este tipo, pensado para venderse de manera independiente para que cualquier lector ocasional se pueda acercar a él, algún artículo introductor, aunque ya sabemos que no son demasiado habituales, por lo que tampoco debe pillarnos de sorpresa. En todo caso, la historia no deja lugar a excesivas incógnitas, así que en este caso es el menor de los problemas.
El dibujo de Jorge Jiménez es, probablemente, lo más atractivo que tiene el tomo. No solo por sus diseños sino por el dinamismo que le aporta a la historia, que se beneficia especialmente de un dibujante como Jorge. Sus perspectivas forzadas, fondos con destellos y acción explosiva ya no sorprenden a nadie que esté un mínimo actualizado en el mundillo. Pero una de las cosas más atractivas de esta edición es que se incluyen, a modo de extras, bastantes páginas a tintas del granadino, lo cual permite apreciar mejor el detalle de su dibujo y deleitarse con él. Además, su conexión con el colorista Tomeu Morey es muy buena, más conservador que Alejandro Sánchez, quien en su Superman tenía un color mucho más vivo y vistoso, aunque por otro lado, encaja mejor con la franquicia del murciélago, más oscura.
En definitiva, Batman. La guerra del Joker es una historia de lectura atemporal muy entretenido. Aunque los personajes se encuentren en una situación concreta, realmente el peso de la historia se lo lleva esa conexión de dos personajes antagonistas que se conocen al dedillo. Es una lucha, no solo psicológica sino estratégica, en la que, como bien dice Harley Quinn en un momento dado, sabes que se va a volver a repetir, y que volveremos a vivir otro enfrentamiento como este en cualquier momento. Con un dibujo de un Jorge Jiménez en uno de sus momentos más dulces en lo artístico, se trata de una de esas lecturas que puedes recomendar a aquellas personas que quieren acercarse al personaje, sin miedo a equivocarte.
Lo mejor: Que se trata de un arco argumental que te puedes leer de manera independiente. El espectacular dibujo que tiene.
Lo peor: No aporta nada nuevo ni será recordada como una obra clave… pero qué demonios, hay veces que apetece leer con el único objetivo de echar un buen rato, sin más.
